Pasaron un mes y unos pocos días.
Alexandra ya podía ejecutar correctamente los quad's y era la mejor, sin dudad ella se llevaría el oro.
Pero desdé que Alexandra ejecutó los cinco saltos, ella tenía toda la atención de Eteri, ni siquiera Davis podía pasar un entrenamiento con su mamá. Por que ella quería estar siempre supervisando a Sasha.
Y desdé que eso pasó, a Eteri se le olvidó todo, incluído mi programa. Supongo que nunca tuve uno y solo fue algo para “recargar” energía. Honestamente volver a los reflectores me llenaba de emoción, quería volver a sentir al público aplaudiendo mis rutinas, pero eso ya no era para mí.
Hacé unas semanas Alexandra empezó a darme ciertas indirectas con quererse cambiar el color de sus cabellos y es que según ella, si lo hacía daría comienzo a una nueva Alexandra, una Alexandra ganadora.
No faltaba casi nada para la prueba de skate en donde haría por primera vez los saltos y lastimosamente yo no estaría junto a ellas, pues yo no tenía nada que hacer en esa prueba.
Aún que me emocionaba saber que podría estar en los juegos Olímpicos, como comentarista, pero estaría.
— ¿Tienes hambre? — Pregunté algo cansada. Sí bien no tenía un gran rol en los entrenamientos, mi cuerpo me comenzaba a pasar factura.
Y por gracia de Dios, Eteri nos dió un merecido descanso, aún que pienso que es algo así como “preparense por que mañana ni el sol descansa”.
— No, aún es temprano. ¿Podríamos ir? — Alexandra otra vez intentaba convencerme con lo del cabello. Ya cansada por lo mismo decidí cumplir su capricho.
— No te vuelvo a cumplir un capricho, esté es el último — Dije poniendo en marcha el auto en dirección a una estética.
— Eso mismo dijiste hace dos semanas — Retó ella rescostandose en el asiento. Sus padres ya me conocían pues pensaban que era un chico el que siempre oa recogía y el que siempre la llevaba.
Y se aliviaron cuándo vieron que solo era una amiga, podría decirse que ahora me tienen más confianza a mí que a su propia hija.
Al llegar a la estética, le hicieron primero una prueba en el cabello a Alexandra y no se qué tantas cosas más.
El estilista me explicaba cada paso que daba, pero yo no entendia ni lo que hacía y solo opté por asentir y fingir que sabía perfectamente lo que hacía.
Colocaba un shampoo y luego una pasta amarilla, luego papel térmico. Y duró unas dos o tres horas con ese papel sobre la cabeza. Mis ojos se cerraban solos sobre el sofá de espera, pero mi estómago pedía comida.
— ¿Segura que no tienes hambre? — Rogaba por que ella me dijera que sí, pero ¡Oh! Sorpresa, la niña no tenía hambre.
Me quedé dormida, cuando le quitaban el papel de la cabeza a Sasha, no podía con las ganas de dormir y lo hice. Me dormí sobre el sofá.
No se cuánto tiempo pasó desde que me dormí, pero cuándo me desperté, o mejor dicho, cuando me despertaron Sasha ya tenía todo el cabello y cejas de color rojo.
Todo el sueño que tenía dentro de mi sistema se evaporó como por arte de magia.
— Sasha — Hablé atónita al verla así.
— ¿Me veo bien? — Preguntó sonriente.
Yo asenti repentinamente, pues se veía completamente hermosa.
— Estás muy hermosa — Me acerque a tocar su cabello y después coloque mis manos alrededor de su rostro para tocar sus cejas.
— Gracias — Murmuró poniendose roja por la vergüenza.
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|| 𝐅𝐢𝐫𝐞 𝐚𝐧𝐝 𝐈𝐜𝐞 || - 𝐀𝐥𝐞𝐱𝐚𝐧𝐝𝐫𝐚 𝐓𝐫𝐮𝐬𝐨𝐯𝐚
RomanceElla siempre fue el fuego; hipnotizaba a todos cuando salia a la pista, incluso cuando solo practicaba para pulir sus técnicas. 𝑬𝒍 𝒄𝒐𝒉𝒆𝒕𝒆 𝒓𝒖𝒔𝒐, como todo mundo lo hacia, era arte verle patinando. Nunca me acerque a ella por miedo al rec...