Al dia siguente la princesa Aemma habia tocado la puerta. Ella estaba con los ojos llorosos, no habia dormido en toda la noche pensando en su amado príncipe verde y el como se gano la decepción de sus hermanos. Nadie en su familia le hablaba por lo que hizo la noche anterior, no le perdonaban que haya dejado ir al chiquillo tras ese dragon y para el colmo defender al ahora tuerto cuando llego el momento, le llamaban traidora a la sangre. Aemma no era una persona que sepa llevar bien esos tratos, solia encerrarse en su mundo cubierta por las sabanas mientras se rompia en llanto, se sentía tan sola... necesitaba consuelo por tantas emociones encontradas, ayer habían pasado tantas cosas...
- ¿Puedo estar con ustedes? Les pregunto a sus tres tios. La muchacha estaba deprimida y un sentimiento de culpa la ahogaba. Sentia que le habia fallado a la familia, tanto negros como verdes. Parecia que los vinculos nunca iban a cerrarse. - Yo, de verdad lo lamentó... -Dijo con lagrimas que brotaban de sus ojos. Jamas había estado asi, no lloraba tanto desde que era una bebé- Mis hermanos no tienen mal corazón. Ellos... s..solo... ¡oh Aemond.!- La albina no queria que la grieta siga en la familia. Amaba a todos, incluso a la reina Alicent, por el simple hecho de estar en la familia, ¿como podias odiar a alguien que era de tu sangre? ¡Debian estar unidos!, ¡eran una familia!, ¿que importaba el color de su "bando"? - Tu madre tuvo razon anoche, alguien debe pagar el precio pero no quiero que mis hermanos sufran. - La chiquilla saco una daga de acero Valyrio y se lo entrego al niño sin ojo, ella estaba agachando la mirada, temblorosa, tratando de mentalizarse para prepararse para el dolor que iba a sentir, solo esperaba no desmayarse- Escoge el que gustes. Estaremos a mano. L..lamento no haberlo evitado. Debi quedarme a hacerte guardia.- Los ojos de la bastarda de Daemon Targaryen se cerraron mientras clavaba sus uñas en su cuerpo preparandose por lo que venia. La pequeña princesa de cabellos como la nieve, brillantes como la plata estaba dispuesta a sacrificarse, sus hermanos no serian tocados y el tuerto merecía justicia, no podia dormir tranquila si el seguia asi- Hazlo rapido por favor...n..no me voy a enojar, yo te amare siempre, eres mi sangre... de verdad lo siento tanto, debi ser yo en tu lugar.
El tuerto le miro por unos segundos. Si, estaba impactado, no se veia venir es, el pasar ese dolor solo para querer unir a negros y verdes, una grieta marcada que ya no tenia reparación. Aemond tiro la daga hacia un costado acariciando dulcemente su rostro con tristeza notando como la pequeña tenía unas ojeras demasiado marcadas evidenciando que no habia descansado absolutamente nada. Asi como ella tenia un instinto para protegerle el lo tenia con ella, le gustaba aquella bondad, la pureza que emanaba le recordaba a su hemana Helaena, solo que mas calida puesto que a la mayor no le gustaba que la toquen.
- El de la deuda es tu hermano, no tu- Respondio sin titubear sosteniendo aun su cara. Los hermanos del principe estaban intrigados, la prometida de Aegon sentía que podia respirar por ahora- ¿Crees que yo seria capaz de hacerte daño?- Pregunto sorprendido mirando a la bastarda- A ti nunca... jamas- Acto seguido la atajo hacia el para abrazarle provocando en ella un fuerte sonrojo.
El futuro matasangre tenia fuertes sentimientos hacia la princesa queriendo despozarla cuando cumpla la edad apropiada, hacerla su mujer. No obstante sabia que no se podia vivir solo de amor. Aemma Velaryon no solo era la unica capaz de despertar en el tales sentimientos sino que seria su pieza clave en aquel juego de ajedrez. Si los negros le habian robado su infancia y mutilado su rostro, el arrebataria la unica hija de sus lideres pagando el precio Rhaenyra y Daemon con una misma persona. Si, de solo pensarlo estaba emocionado, inclusive el patizambo que en los siguentes años ayudaria junto a Otto Hightower en este plan.
- Anoche dijiste que yo te gustaba pero no me diste tiempo para responderte- Si, hablaria de lo sucedido. Es por eso que los hermanos compronetidos se fueron de la habitación por petición de Helaena aunque Aegon se fue a rastras- Siento lo mismo por ti querida sobrina- Confeso al fin el Targaryen haciendo que ella se sonroje estando igual que el dragon del escudo de la casa real.
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Amor en La Danza De Dragones: Aemond Targaryen x Aemma Velaryon (Fanfic)
FanfictionEn el mundo de la cancion de hielo y fuego siempre hubo un dilema entre el amor y el deber, la danza de dragones no es una excepción a la regla floreciendo la semilla del amor en medio de la tragedia. Dos dragones enamorados que nacieron con diferen...