En el mundo de la cancion de hielo y fuego siempre hubo un dilema entre el amor y el deber, la danza de dragones no es una excepción a la regla floreciendo la semilla del amor en medio de la tragedia. Dos dragones enamorados que nacieron con diferen...
Aquella mañana el príncipe Targaryen se levanto mas temprano de lo usual por petición de una de las criadas confiables de su madre. Con todo aquella extraña actitud sumado al silencio sepulcral mas extraño de lo normal en la fortaleza roja el tuerto ya se hizo una idea de que era lo que estaba sucediendo realmente asi que beso la frente de su amada acariciandole su rostro sabiendo que posiblemente seria la ultima vez en mucho tiempo que se veria asi se pacifica con lo que iba a suceder. Luego de eso le dejo encerrada sin que se diera cuenta dandole ordenes a los guardias de que la princesa no tenia permitido salir (eso si, debia estar bien cuidada por el embarazo y recibir todas las atenciones)
Aemond llego a la habitación de su hermana que estaba ya recibiendo la noticia por su madre cuando esta buscaba a su primogénito. Solo basto una mirada para darles a entender que lo sabia todo y que estaba para servirle como el hijo del deber que era.
No fue de extrañar que el futuro matasangre fuese la persona a la que la Hightower recorrió cuando esta se alejó por primera vez de su padre queriendo usar sus propias cartas ya que el mayor queria que todo fuese a paredes cerraras y extinguir a toda la estirpe de Rhaenyra y Daemon a sangre fria para evirar una guerra (a excepción de la esposa de su nieto, por supuesto) mientras que Alicent aun sentia cariño por la que fue su amiga de la infancia queriendo salvarle al hacer una coronación en público con todos los simbolos de legitimidad del conquistador para que esta no sea cuestionada y usar la diplomacia para razonar con su hijastra. Aemond tenia una clara preferencia por el modo de su abuelo. Al fin de cuentas el planeo el acontecimiento desde las sombras desde que cumplió sus catorce primaveras, anhelando el poder si es que si su hermano mayor no aceptaba, preparandose años para esto. No obstante el Targaryen tenía la lealtad hacia su familia por sobre todas las cosas. No estaba dispuesto a ir en contra de su progenitora que era de las pocas que le habia dado apoyo en todos estos años. Si, eran sacrificios que hacia, su familia estaba por encima de su propia ambición.
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El principe verde esperaba sentado junto a su madre en el lugar donde habian acordado reunirse Sir Criston Cole. El último llego un tanto extrañado.
- Confio una vez mas en usted Sir Criston y en su lealtad- Le dijo la reina viuda- Debe encontrar a Aegon y traerlo hasta mi. El destino de los siete reinos depende de ello- Una carrera contra el reloj, eso es lo que seria- Todo lo que pueda sentir hacia mi, como su reina...
- No le fallare- Dijo cruzando sus miradas.
- Ire contigo- Respondio el tuerto.
- Ese no es mi deseo Aemond- Refuto la madre de este yendo hacia su amado hijo mientras que este se ponia de pie para tener ese momento gon la castaña. Sin dudas eran los que tenian la mejor relación. La mujer queria proteger a su hijo, lo trajo para que rebelase información mas no quería que se adentrarse en Kingslanding por la reputación que esta tenia- Si algo ha sucedido- Pronuncio puesto a que sabia que el debia tomar el trono en caso de que pase lo peor, no podia perder dos hijos por una causa.
