Diciembre

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03 de diciembre.

Se suponía que Anthony y yo saldríamos en unos días con otros de sus amigos, nos quedaríamos en una cabaña no muy lejos de la ciudad. Yo ya estaba en mi casa por lo que tendría que primero hacer el viaje hasta allá para luego salir con él.

Antes de eso, claramente debía consultarlo con mi madre. Las cosas no andaban muy bien en todos los sentidos, así que no tenía idea de que esperar.

—"Le comenté a mi mamá sobre lo de ir, me dijo que si, pero el problema es que no tiene plata y me tocaría decirle a mi papá y va a decir que no".

—"Amor eso es lo de menos".

—"Cómo que lo de menos, no no".

—"Yo te ayudo con eso K, no te preocupes".

—"No amor, me siento mal".

—"Ay mi vida".

Me frustraba el hecho de que por primera vez en muchísimo tiempo, podía salir lejos y con un permiso real, y sobre todo quedarme varios días, y por una tontada no iba a poderlo hacer.

12 de diciembre.

Ya habían pasado varios días desde que estaba buscando la forma en la que pudiese ir, hubieron muchos cambios en el camino, pero al final se pudo lograr. En la mañana, alisté mis cosas y tomé un bus para la casa de Anthony iba a ser un viaje largo y medio tedioso al mismo tiempo. Al llegar estuvimos un par de horas en su casa, luego tendríamos que ir por Charles y Aitana, que también irían con nosotros.

Los últimos días habían sido todo lo que quise en un inicio, la relación perfecta, con confianza y un sin fin de amor para dar. De cierto modo siento que lo que sucedió había logrado forjar esa confianza que ni yo sabía que podía llegar a tener. Descubrirme y aprender sobre mis emociones, lo que me lastima y me hace más fuerte.

Fuimos a la casa de Charles para salir de allí, ya estaba cayendo la noche por lo que coincidiría con el tráfico algo pesado. Anthony estaba manejando, y yo iba de copiloto, por lo que tenía que estar en lo posible pendiente a todo.

La carretera era demasiado oscura, era demasiado difícil ver a través del cristal, las farolas del auto eran la única iluminación que teníamos, así que nos tardamos un poco más en llegar.
El lugar era realmente precioso, una vista al pueblo iluminado por las pequeñas luces encendidas, parecían estrellas. El frío calaba en mis pulmones, haciendo que me costase respirar, con cada paso que daba.

Anthony me tomó de la mano mientras íbamos a por algo de comer. La calidez de sus manos era algo que a veces no lograba explicar, no importaba dónde estuviésemos, su contacto lograba apaciguar el frío de mis manos o de mí en general.

Fue una noche increíble, aunque no hablé demasiado, disfrutaba escuchar cómo Aitana, Charles y Anthony hablaban entre sí, sobre sus experiencias durante la época del colegio, o las bromas vagas que alguna vez llegaron a hacer.

Después de ello regresamos a la cabaña, Aitana y Charles se quedaron en la habitación de la esquina, Anthony y yo, nos fuimos a la otra.

El frío era lo suficientemente intenso como para buscar refugiarme en los brazos de Anthony, buscando así su calor.

13 de diciembre.

Anoche casi no dormimos...bueno, cosas. Por lo que nos levantamos algo tarde, casi al medio día. Fuimos a buscar algo de comer cerca del pueblo, y lo llevaríamos a la cabaña.

Luego de que almorzáramos, Aitana y Anthony, se fueron a la piscina. Por mi lado me sentía algo incomoda, no llevaba traje de baño, y mi relación con mi cuerpo no estaba en su mejor punto. Charles por su parte estaba ocupado con algunas cosas de la universidad.

MIS CONVERSACIONES AL AIREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora