Capitulo 2

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En la catedral Douma estaría oficiando una misa, vería con deseo alguna feligreses que iban, se relamia los labios cuando algunas contaban sus pecados en el confesionario, a la vez se reía de ellas por qué detrás de una mirada de una señora honorable o señorita decente se escondía fechorías llenas de mentiras y lujuria.

Termino la misa una hora después, paso otro rato más y mientras salían los últimos el estaba recargado en un árbol, veria por los barrotes como corría la tal Shinobu pero soltaria una  mueca de desagrado ya  estaba con ese chico que le gustaba.

Suspiro y al ver las  rosas rojas que estaban adornando la iglesia, recordó aquella bailarina que le había impresionado...  Dijo:

- Kotoha espero algún día verte ~

Un grito se escucharia  Douma vería que pasaba, hombre de apariencia tosca  estaba molestando a Kotoha,  la estaba jaloneando del brazo...

- Vamos mujer... Yo puedo darte la vida que mereces súbete al auto

Kotoha estaba dándole golpes con su bolso y gritaba

- No!!! Déjame en paz, no quiero nada tuyo vete!!!!

Douma vería una oportunidad de oro, y no estaba su hijo así que iba a protegerla....pero su intento de rescate sería fallido, su compañero se llevaría el crédito.

Michikatsu llegaría dándole un golpe en la sien al tipo dejándolo en el suelo, vería a Kotoha y  se acordaría quien era ella ya que la había visto bailar, le tomaría de la mano y le diría seriamente:

- No deberías sola, las calles de este lugar son solitarios y peligrosos.

Kotoha separaría su mano y bajaría la mirada y diría:

- tan solo vine a este lugar a buscar consuelo~

Kokushibo soltaria una carcajada, ya que en este lugar estaría el menos adecuado para que la consolara y el diría

- mejor deberías ir a casa, puedo llevarte si gustas...

Kotoha caminaria y diría amablemente con una sonrisa:

- agradezco su atención pero necesito que alguien me escuche sin juzgarme...además mi hijo vendrá por mi.

Kokushibo estaba algo enojado, se daría la vuelta y  se subiría a su auto.

- no creo que sirva de mucho pero  haya usted si quiere perder su tiempo, en caso de que no venga su hijo no dude en llamarme, tenga  mi tarjeta.

Le daría una Kotoha,  está la tomaría y la guardaría en su bolsa, caminaria directo hacia la catedral.

Douma correria aprisa no quería que ella lo notará pero estaba bastante frustrado de no haber rescatado a la chica.

Se metería al confesionario...estaría enojado, sacaría un cigarro de todas maneras no había nadie ahí, pero el sonido de unos tacones harían que apagará su cigarro y por los orificios  vería a Kotoha de cerca.

Kotoha se veía muy linda con ese vestido azul hasta la rodilla y ese suéter blanco, con esa pashmina verde que tenía su perfume  su pelo estaba recogido, pero en sus ojos esmeralda estaban inundados en lágrimas...  Abriría la puerta donde estaba listo para confesarse.

Douma estaba del otro lado,estaba nervioso y a la vez tenía deseos de besar esos labios carmín, diría con una amabilidad falsa.

- buenas tardes hija mía hay algo que te agobie este día, puedes decírmelo yo puedo interceder para que tus plegarias sean escuchadas.

Kotoha se había quedado por unos instantes callada y de repente un sollozo soltaria y sus ojos estaban manchados por el rimel que usaba, sus ojos esmeralda denotaban tristeza

Bailando entre los lotos ( Doukoto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora