Tras la muerte de su madre, Daiana junto a su padre y hermanos deciden dejar su vida en México para poder empezar una nueva en Canadá.
Al mudarse ella le promete a su abuela volver a enamorarse, pero otra parte de ella jura que no se enamoraría de...
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Después de dos semanas de rogarle a Zac que me enseñara su uniforme nunca quiso, pero ahora ya lo iba a poder ver ya que hoy era su partido contra los "Dunkas" una preparatoria como a cinco manzanas de la nuestra.
Me encontraba ya en las gradas lista para ver el partido, fuera de que quería ver su uniforme los partidos masculinos si que se ponían buenos. Demasiado buenos.
— Crees que ganen los panteras? —pregunto Alexita comiendo palomitas, de donde las había sacado?.
— Puede que si, por lo que me contó Zac les ganaron el año pasado.
Zac me había dicho que los destrozaron pero que en este había una probabilidad de que ganaran.
Ambas escuelas estábamos ya listos gritando a todo lo que daba, teníamos nuestras botargas y porristas animando a las escuelas. De un lado estaban nuestra escuela y enfrente la otra.
Sonó una música avisando que ambos equipos tenían que salir ya a la cancha para dar comienzo, todos fueron saliendo hasta que salió Zac. Creó que nos pusimos de acuerdo para lo de los uniformes. De número traía el "23" la fecha de mi cumpleaños puedo imaginar y de apodo o nombre el "D'angelo" mi apellido. Si que se le veía bien mi apellido en el.
Muy guapo se veía, nuestras miradas se cruzaron a lo cual solo me guiñó el ojo y me dio una sonrisa.
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El partido ya había terminado y como se vio nuestra escuela gano pero esto solo era el comienzo de las competencias, el marcador estuvo demasiado reñido pero al final ganamos por seis puntos. Si que estuvo bueno el partido.
— Me debes un pastel de chocolate —me volteé a ver a Alex ya que habíamos apostado.
— Esta bien pero vamos mañana hoy salgo con Douglas —dijo riéndose. — Nani voltea rápido y ve —dijo señalando discretamente a la cancha.
En ella estaba Izac y una porrista de los Dunkas, era bajita y rubia muy rubia a decir verdad, apostaba que era la capitana. Le estaba tocando el brazo a decir verdad sus músculos.
Ja no estaba celosa o tal vez si.
El cómo lo veía y como los estaba tocando y coqueteando si que no me gustaba. Decidí acercarme pero antes de que bajara el último escalón Zac me tendió la mano para ayudarme.
