Tras la muerte de su madre, Daiana junto a su padre y hermanos deciden dejar su vida en México para poder empezar una nueva en Canadá.
Al mudarse ella le promete a su abuela volver a enamorarse, pero otra parte de ella jura que no se enamoraría de...
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Las vacaciones de Navidad ya habían llegado, Zac se había ido ya a Corea y mis parientes ya empezaban a llegar al país.
El frío en Canadá ahora si que era insoportable y ni hablar de la nieve, nevaba tanto que los coches se quedaban atascados.
Tocaron el timbre y como era la única que no estaba haciendo nada tuve que salir abrir.
— Pero si miren quien es, nuestra piccolo D'angelo —grito mi tío Gabriel dándome un abrazo.
— ¡Tío Gaby!.....hola que gusto verte de nuevo, pasa. —entro y se quedo viendo la casa.
— Tu padre si que tiene el toque aún. —dijo quitándose el abrigo.
— Esta en la cocina, dame tu abrigo. —me dio su enorme y muy pesado abrigo, mi tío Gabriel media dos metros que podía esperar.
Termine de colgar el abrigo y volvieron a tocar, así que fui abrir.
Una vez que abrí y eran mis tíos Zika, Leak y Laion, hermanos de mi papá,mi padre tenía cinco hermanos, los anteriores junto con Gabriel y mi tía Lina. Mi hermano era el segundo hijo.
— Pero miren a esta piccolo ya no tan pequeña. —saludo mi tío Zika.
— Hola tíos, pasen que hace demasiado frío.
Pasaron y de igual forma me dejaron sus abrigos, no tan pesados como el de mi tío Gaby. De igual manera termine y volvieron a tocar.
Me deberían pagar por esto.
Al abrir ahora eran todas mis tías con mis primos, ellas eran esposas de mis tíos hermanos de mi papá.
— ¡Mi pequeña Daiana! — chillo mi tía Fani esposa de Zika.
— Hola tías y primos, pasen que hace demasiado frío.
Salude a mis cuatro tías y a mis primos, tenía demasiados primos. Tan solo de primos eramos veintiuno y eso de los más cercanos. Los D'angelo eramos demasiadas generaciones.
Todos mis tíos, tías y primos ya se encontraban en la casa. Mañana iba hacer navidad así que estaban conversando que se iba a cenar.
— Yo opino que Lasaña, es lo más rápido y delicioso que hay. —opino mi tía Lina
— Pero los niños siempre piden más. —dijo papá.
— Y si mejor cada quien trae dos platillos, los que quieran. —sugerí.
— Yo digo que sí y ya solo falta el postre. —dijo mi Tío Zika, el siempre estaba pensando en comer.
— Los primos lo podemos comprar —hablo mi primo Roy a lo cual todos lo apoyamos en su opinión.
— Okey entonces ya si gustan pueden ir hacer sus compras porque mañana va estar saturado todo. —mando mi tía Fani.
Todos se pararon y empezaron a ver que iban hacer para cenar mientras que los primos los mayores fuimos directo al centro comercial.