CAPITULO 59

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Narra omnisciente:

La noche estaba cayendo lentamente sobre Konoha.

¿Y dónde estaba la Uzumaki?

Escondida en un pequeño parque del lugar... Para ser más exactos, acostada en la parte de abajo de un tobogán.

Se sentía mal y eso era innegable, aún así, faltaba poco para que le entregaran el resultado de los análisis que se había realizado esa mañana. Todo de parte de su amiga, Sakura.

—Se que no es el mejor momento, pero debemos hablar —habló internamente su bijuu.

—¿Que quieres? —contestó de mala forma —Ahora mismo no estoy para tus cosas.

—Creeme, esto es importante —insistió.

—Está bien, dime —pidió la chica, sentandose en el juego para niños.

—... Verás, yo no soy el bijuu de ocho colas —confesó.

Esa confesión logró que la pobre rubia se cayera del juego por el sobresalto.

—¿Que estás... ? —No pudo acompletar la oración.

—Quiero decir... Al menos no el oficial —se apresuró a aclarar.

—Explica bien esto —pidió. Esto era demasiado raro para ella.

—Pues verás... —Comenzó a contar— Los bijuus son criaturas que nacieron gracias a el Sabio de los Seis Caminos. Con el objetivo de que el Jūbi, una mezcla de todos nosotros, no volviera a destruirlo todo, se supone que dividió en nueve partes el chakra de aquella criatura y cada una de estas partes fue dotada de forma física y de nombre propio.

—Si está dividido en nueve partes, ¿Por qué tú no eres el octavo? —llegó a interrumpir.

—Pues, si no me interrumpes, te digo —se quejó.

—Perdón —se disculpó rápidamente— Sigue, sigue.

—Al parecer, algo falló esa vez, en lugar de dividirse en nueve partes, fueron en diez. El problema fue que dos bijuus salieron con ocho colas cada uno. El más conocido siendo Gyūki.

—¿El que es? —preguntó con curiosidad la joven.

—Es una criatura, algo así como un toro fusionado con un pulpo, se dice que este habitó en la aldea oculta de las nubes.

—Eso explicaría el porque Akatsuki, nunca se preguntó por mi bijuu de ocho colas —Murmuró pensativa— Aún así, tengo otra duda.

—¿Cuál es? —interrogó. Hoy andaba más abierto que de costumbre.

—¿Por qué no saben de tí? —preguntó rápidamente— Digo, nunca escuché que te mencionaran o algo así —dijo en un murmullo, tratando de hacer memoria.

—La historia siempre omite detalles —explicó brevemente — La gente si supo de mi existencia. Para algunos siempre fuí un mito... Eso está ese día.

—¿Cuál día? —para este punto, la chica ya andaba concentrada 100% en la historia.

—El día del ataque del Zorro de las nueve colas. Esa vez, también participé, sin embargo, no me fuí en contra de la aldea, sino, en contra del cuarto Hokage.

No hubo respuesta por parte de la Uzumaki. La mención de su padre la había dejado muda.

—Cabe mencionar que no fué porque yo quisiera, aunque no es algo de lo que me guste hablar —Confesó.

Nuevamente, no hubo respuesta. No le importó en lo absoluto y siguió contando la historia.

—La mayoría me borró de aquel momento, pero aún hay gente que recuerda haber visto a otra bestia esa noche.

Hubo un breve silencio, dónde lo único que se escuchaba era el sonido del fuerte viento que había.

—Creo que eso sería todo —concluyó la conversación, sin más nada, la voz del león dejó de escucharse.

T/N: —¿Y que se supone que haga con eso? —murmuró, con su cabello tapándole la cara gracias al aire.

Un pequeño dolor de cabeza se hizo presente en ella.

¿Será que este día podía ponerse peor?

Pues si, si podía y eso pronto lo descubriría.

T/N: —Supongo que... Debo de contarle a la Hokage sobre esto —Fue su última decisión.

Se levantó del piso (Dónde se había quedado sentada desde su caída) y decidió poner en marcha el camino hasta al hospital.


Demasiado corto, pero este capitulo es más bien para corregir mis errores del pasado.

Lamento no haber escrito, está vez, no tengo una excusa, perdón.


La hermana del dobe Sasuke x tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora