POCIONES

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-¿Que quieres qué?... La cara de Draco Malfoy daba risa, la mandíbula le colgaba casi hasta el suelo y tenía los ojos abiertos como platos.

Todo el gran comedor se quedó en silencio cuando sin aviso previo Harry Potter se había levantado de su asiento en la mesa de Gryffindor y se había dirigido hacia un grupo de Slytherins entre los que se encontraba Draco  Malfoy.

-Quiero saber si de verdad me puedes dar clases particulares de pociones repitió el chico de gafas, como bien dijiste de verdad las necesito, verás quiero ser auror y necesito notas perfectas en todas las clases sino no podré entrar al programa de entrenamiento y creo que eres el único que puede ayudarme.

Todo seguía en completo silencio, nadie podía creer que Harry Potter le estuviera pidiendo ayuda al que por años fuera su rival.

-Muy bien Potter dijo Draco poniéndose muy serio, pero solo si prometes que estudiarás y tomarás esto en serio, la creación de pociones no se puede tomar a la ligera.

-Lo prometo contestó Harry con una sonrisa ¿Cuándo empezamos?

-Esta tarde tengo tiempo libre, le pediré al profesor Slughorn el salón otra vez, nos vemos ahí comentó Draco.

-Muy bien dijo Harry, me voy porque tengo clases, muchas gracias y nos vemos después.

En cuanto el moreno abandonó el gran comedor el cuchicheo y las miradas no se hicieron esperar, Draco Malfoy por su parte reanudó su desayuno luciendo confundido.

-¿Por qué quieres tomar clases de pociones? Las miradas suspicaces de Hermione no se hicieron esperar cuando Harry les contó sus planes para la tarde.

-Porque soy un desastre Hermione, tu misma lo dijiste ayer que fuimos a la asesoría, Draco es el mejor en pociones, no voy a desaprovechar ésta oportunidad.

-Muy bien, espero que de verdad lo aproveches contestó la chica y que no estés tramando nada, por fin podemos tener un año tranquilo en Hogwarts y me gustaría que siguiera así.

-Tienes mi palabra dijo Harry sonrojado.

☆☆☆

Por la tarde un muy nervioso Harry Potter se dirigía al salón de pociones, al llegar a la entrada el corazón le latía con fuerza, tocó y esperó a que la voz de Draco Malfoy le dijera que podía pasar pero no fue así, en su lugar el que habló fue Jonathan Tripe.

-¿Qué haces tú aquí? Preguntó Harry desconcertado una vez que entró al salón.

-Buenas tardes para ti también Harry contestó el chico castaño, estoy preparando todo para tu asesoría, le dije a Malfoy que con gusto ayudaría.

-¿Draco te pidió que vinieras? Preguntó Harry con la voz apagada, el muchacho sentía que una piedra enorme se había apoderado de su estómago y no lo dejaba respirar.

-No precisamente dijo Jonathan, todos escuchamos cuando le pediste clases particulares a Draco así que me ofrecí a venir.

Por alguna razón el hecho de que éste chico se hubiera "ofrecido a ayudar" le molestaba a Harry de una manera que el moreno no podía explicar; estaba a punto de pedirle a Tripe que se fuera cuando Malfoy llegó al salón.

-Buenas noches Potter, me da gusto ver que ya estás aquí y que te tomas ésto en serio; gracias por ayudarme Jhon...

Con la mención de su nombre el chico castaño volteó hacia Draco con una sonrisa en los labios que a Harry le pareció bastante tonta.

-No hay de que Draco contestó el chico sonriente, si quieres me puedo quedar durante toda la sesión.

-No es necesario dijo Harry antes de que el rubio pudiera contestar, la verdad es que me da pena estudiar frente a otros por eso le pedí a Draco que me ayudara sólo a mi.

Jonathan estaba a punto de contestarle a Harry cuando Draco lo interrumpió...

-Ya puedes irte Jhon, de todos modos no voy a necesitar más ayuda.

Tripe abandonó la sala con mala cara, en cuanto cerró la puerta Draco volteó hacia Harry...

-¿Por qué no te cae bien? Preguntó el rubio...

-¿Quién? ¿Tu novio? Contestó Harry en un tono que pretendía ser divertido...

-Jonathan no es mi novio dijo Draco sonrojado.

-No es que me caiga mal comentó Harry tratando de quitarle importancia al asunto es que de verdad me da pena, nadie debería ser tan malo en pociones...

-Muy bien dijo Draco, te voy a creer, vamos a empezar... creo que contigo la teoría no ayuda, eres más práctico y no te cuesta seguir instrucciones así que por ahora te voy a dar los ingredientes y tu vas a preparar algunas pociones, después lo intentaras ya sin mirar la lista y así podrás memorizarlos, conforme repasemos las pociones podrás recordar para qué sirven... ¿estás de acuerdo?

Harry solo asintió con la cabeza...

-Muy bien vamos a empezar con una fácil, la poción pimentónica para aliviar el resfriado, aquí está todo le dijo entregándole un pedazo de pergamino con las instrucciones, sólo síguelas al pie de la letra y lo lograrás, al final de la hora te reviso y te doy notas de cómo lo hiciste...

Harry intentó concentrarse en la realización de la poción, seguía poco a poco las instrucciones que Draco había escrito, midiendo concienzudamente todos los ingredientes y revisando dos veces cada medida, por su parte Draco estaba sentado al lado de la mesa de Harry dándole espacio para trabajar y tomando notas de vez en cuando, el moreno nunca había visto a su antiguo enemigo tan cerca, se dio cuenta de los rizadas que eran sus pestañas y de lo lacio de su cabello que poco a poco se iba esponjando con el calor del caldero hasta quedar desordenado de un modo en que a Harry le pareció bastante lindo.

La hora pasó volando, al finalizar Harry tenía en su caldero una versión bastante decente de la poción pimentónica, Draco lo felicitó y le dio el pergamino que había escrito con una breve reseña de los usos de la poción y los ingredientes.

-Ahora estudia todo esto le dijo Draco a Harry y me avisas cuando te sientas listo para intentar hacer la poción sin necesidad del pergamino.

-Muchas gracias dijo Harry, te prometo que estudiaré para poder prepararla sin ayuda lo más pronto posible.

Así pasaron unas cuantas semanas, Harry preparaba las pociones con ayuda de los pergaminos de Draco para después estudiar hasta el cansancio y regresar al aula para impresionar al rubio con sus avances. 

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