capitulo 3

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se removió al sentir un aliento caliente que se expandía por todo su cuerpo. Abrió  sus ojos y se sorprendió al ver que tenía un furia nocturna en sus cuatro patas sobre todo su cuerpo.

— o-oh... Dios mío —susurró apunto de llorar.

Su pecho subía y bajaba escandalizado al verse atrapado por las feroces garras afiladas que tenía a cada lado de su cabeza. Su pecho parecía vibrar y sentía que sus pulmones iban a dejar de funcionar en unos segundos.

Miró a al enorme bestia de ojos filosos y color rojo intenso y supo que el dragón enserio estaba furioso.

— p-porfavor... No me hagas daño —decia una y otra vez mientras sus lágrimas empapaban su cara.

Al ver que el animal simplemente le miraba desafiante y de vez en cuando gruñía, supo que no le iba hacer daño, o eso quería pensar. Así que con su cuerpo tembloroso dio vuelta quedando pegado contra la feia tierra y empezó a arrastrarse como si de una serpiente se tratara.

La bestia lo miraba desafiante, le gruñía y eso lo ponía ansioso. Así que sin demostrarse como un peligro se arrastró despacito para no dar una impresión al enorme dragón y que quisiera comérselo de un solo bocado.

Pujó un poco y soltó un chillo al sentir un fuerte rasguño en su tobillo. Volteó un poco su cabeza y vió como el animal le había clavado una uña de su garra en lo profundo de su pierna hasta la parte de su tobillo.

La sangre le hizo sentirse más débil de lo que se sentía. Sabía que no tenía escapatoria.

— porfavor, sueltame ¿Si?. Suelta pequeño dragón —cantó como si de un arrullo se tratara para calmar a la feroz bestia.

Y así sucedió.

Como si el animal entendiera lo soltó del fuerte agarre para observarle sobre su asiento. Lo miraba cual cucaracha era, y jimin agradecía por ello.

Su pecho pegó contra el suelo al sentir el enorme bulto sobre su cuerpo impidiéndole seguir.

— yo no me dejas respirar —dijo con dificultad al sentir como el pecho del dragón lo cubría— bestia salvaje...

El furia nocturna lo empujó aún más contra la tierra poniendo su enorme pata sobre la cabellera blanca del muchacho.

— está bien, lindo. Eres muy lindo, porfavor déjame respirar —rogó jimin al sentir que su tórax podría romperse.

Sintió que lo liberaba y decidió ponerse cara a cara para no seguir siendo aplastado. Lo miró y descubrió que sus ojos habían cambiado a unos enormes ojos (para nada dilatados) de color verde olivo.

Se asustó un poco al ver como la misma pata se ponía sobre su pecho algo desnudo por la enorme rasgadura de su camisa. Titiritero un poco por el frío de la madrugada, y su mente voló unas horas antes, cuando fue el ataque de las bestias nocturnas. Miró al cielo y suspiró con lágrimas en sus ojos, su mejor amigo, soomi... Todos ellos estaban muertos por un ataque tan inminente.

Sintió frío y sus huesos calaron en agonía por la posible hipotermia que se le venía encima. Vió como el dragon parecía detallarle todo movimiento en su contra y después lo soltó. Enserio lo había soltado.

Se sentó en la tierra y a tientas busco su daga, vio como estaba a unos metros suyo y dudo en hacer algo. Posiblemente el dragón atacará con tan solo un movimiento en falso.

Vió como caminaba a un cúmulo de pasto y le encendía fuego, algo que alertó a jimin. Pisó el fuego y luego se acostó sobre el haciendo un especie de nido. Luego miró a jimin con sus enormes ojos pidiéndole...

FURIA NOCTURNA //Kookmin//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora