VETERINARIO ✦ DYBAREDES AU!

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    Paulo se levantó con un fuerte dolor inusual en sus caderas. Le costaba volver a la actualidad ya que apenas podía abrir sus ojos. Solo supo que apenas intentó tomar el impulso de levantarse estuvo a duras penas de caerse.

    Sino fuera por su novio que lo cazó entre sus brazos. Leandro estaba despierto desde antes y solo ponia atención a los movimientos absurdos que apenas el cuerpo de Paulo podía mover.

    —Buenos días hermoso —Su aliento chocó en el cielo del castañito que se estremeció por culpa de la voz ronca del menor.

    —¡Te odio Leandro Me hiciste pija!

El menor no pudo evitar hecharse a reír ante la molestia de su pequeño novio.

    —Vos eras el que me pedías.... —Murmuró y este lo miró enojado. 

    —Cállate guarango —Se escondió debajo de las suaves sábanas, Leandro pudo notar que Paulo estaba avergonzado aún.

Paulo no podía pensar con claridad las cosas que le había susurrado en su oído  Leandro mientras tallaba suavemente con ayuda de una esponja por todo su cuerpo.

Si podía sostener que su novio era uno de los más tiernos después de haber tenido relaciones. Su cambio de ánimos lo hacia sentirse muy seguro en si mismo, Leandro siempre buscó esa confianza en Paulo, siempre confió en su palabra.

Definitivamente era el mejor novio que tenía.

Y ahora que no supo como terminó con el cuerpo de su novio abrazandolo por detras en estilo cucharita mientras repartía suaves besos por su espalda.

    —Te amo Paulo —Suspiró dejando que el aliento golpeé en la piel de sus omóplatos, erizando por completo la piel del cordobés.

    —Yo también... —Susurró bajito.

    —¿Qué? —Se hizo el sordo y plantó una sonrisa en sus labios.

    —Sordo que sos... —Rió.

ৎ୭  𖧧  ⊹

    —Nos vemos después amor. Cuídate. —Habló finalmente el más alto y plantó un beso en los labios de Paulo.

    —Suerte Lean. —Susurró sobre sus labios y sonrió.

Se bajó del lado de copiloto mientras llevaba a rocky en brazos; este aún no entendía nada y solo se dedicaba a dormir plácidamente en los brazos de paulo.

El frío mañanero se sentía cada vez más, entonces cuándo Paulo estuvo dentro del local prendió la estufa para mantener calientito el lugar.

    —Hoy le daremos una sorpresa a papá, rocky ¿Te parece bien? —Lo miró al pequeño perrito quien lo miraba confuso y movia su colita.

En el resto de toda la mañana Paulo atendió algunos clientes. Agradecía que Rocky era un buen perrito bien portado y no hacía tanto alboroto.

En más, se durmió casi todo el día. Aquello le recordó bastante a Leandro.

La idea de la sorpresa consistía en llevarle una cajita que Paulo compró con mucho esfuerzo, dentro contenía dos brazaletes y dos anillos para compartir. Por fuera la cajita estaba decorada con un bonito lazo rojo donde estaba dentro de una bolsa de cartón blanca que contenía una cartita que decía "Para Lean, por parte de Paulo, tu novio, que te ama mucho"

Esperaba tanto que a Lean le gustase. Se pondría mal si es que el mas alto no era lo que esperaba.

Además como su novio siempre salia un rato antes que él, decidió que Paulo cerraría unos quince minutos antes del horario normal.

Porque iría hacia el lugar de trabajo donde Leandro tendría que estar por salir de trabajar. Junto con rocky y su sorpresa.

Estaba tan nervioso, por lo que revisó por todo el local de no haberse olvidado de nada, tomó a Rocky en brazos y agarró las llaves.

Ya fuera y frente la puerta, por accidente se le patinaron de sus manos las llaves.

    —La puta madre —Soltó; limpió sus manos sudadas en su pantalón de trabajo y se agachó para juntar las llaves.

Porfín cerro de la puerta de vidrio. Se aseguró bien que no haya quedado abierto nada y se dedicó a caminar con rocky en su brazo izquierdo; este estaba tapadito con una manta y no podía faltar un ponchito de lana que tenía puesto, un regalo por parte de Paulo.

Y en su otro brazo el regalo para Leandro.

Caminó por las veredas frias y solitarias del centro, lo usual no había aún tanta gente circulando a estas horas.

Pero tampoco le importaba mucho, en su mente solamente recorría su novio y la reacción que podría llegar a tener.

Mordisqueó de una manera brusca sus labios. ¿Y si no le gustaba? ¿Sería el mejor novio?

Cuando dobló por la siguiente esquina, encontrándose con la gasolinería. Y curiosamente no vió a Leandro.

Arqueó sus cejas confuso y recorrió el lugar. El lugar donde se cargaba combustible para los autos no había ni un alma.

De pronto escuchó unas voces escabullirse por sus oídos. Paulo desconfiado caminó lentamente sin hacer ningún ruido y espió por detras de una pared que si doblabas daba a paso un pequeño pasillo que conectaba una especie de lugar que se guardaban cosas.

En el pasillo no había nadie, asique caminó lentamente por el pasillo y se topó con la primer puerta que se iluminó en sus ojos.

Rocky se removió en sus brazos incómodo, quejándose en un pequeño ruido, a lo que Paulo intento no moverse mucho más, quedandose quieto.

   

  ' No, no puedo... sabés que podría pasar si nos quedamos acá '

' Dale lean... hacelo por mí '

A cierto punto le costó mantenerse de pie y no poder creer lo que estaba escuchando.

Un nudo inexplicable se formó en su garganta al reconocer en instantes la voz de Leandro.

En un movimiento brusco se removió para mirar ambas figuras dentro del lugar oscuro, con claridad se podía ver a Leandro abrazar la figura femenina contraria que Paulo no pudo reconocer.

Sabía que era compañera de trabajo o algo así.

En un momento a otro, se sintió lo peor y con unas lágrimas rebeldes resbalar por sus ojos, huyó.

Rocky asustado comenzó a llorar suavecito, el movimiento rápido que daban los pies del cordobés para correr lo estaba asustando.

Su corazón estaba destrozado. Y no vió otro camino que regresar a su casa, con su Alma hecha pedazos.

Esperando que todo fuese un sueño.