La vida no se le presentaba muy fácil a Sasuke últimamente. Al menos, si conmemoramos los últimos sucesos de su vida. ¿Porqué decir de su vida, si podemos decir los sucesos del último mes?
El asunto del nido, el cumpleaños de su hermano, aún no está preparado para recordar la imagen mental de él masturbándose frente al viejo verde que idolatraba su Omega.
Oh dios, su maldito Omega. El causante de toda su desdicha, que se vaya al carajo todo el lío de la aceptación. El no quería aceptar a su bajo instinto, él quería deshacerse lo más rápido de ese odioso conflicto. Aunque el palpitar acelerado de su corazón al ver a Tobirama, se estaba volviendo un caos aún mayor.
Acostado hecho bolita en su cama, el azabache se regozija en sus propias sábanas, mientras sostiene entre sus manos esa sudichosa camisa que aún contenía parte del aroma de Tobirama. De vez en cuando, ese tipo de actos impulsivos de su obsesión le provocaban asco, pero, ¿Que más podría hacer él al respecto? Difícilmente Tobirama volvería a darle de esa manera tan intensificada su aroma.
Podría decirse que, gracias a todos estos hechos, cada vez se le complicaba más ver al Senju a los ojos durante las sesiones, aún así intentaba que no se notara ni una pisca de su incomodidad, después de todo sabía que si Tobirama veía que se sentía incómodo en su propia sesión de psicólogo, tendría que cambiar de profesional así poder expresarse mejor.
Chispazos caen del cielo, resuenan tenuemente en la chapa de la caja del aire acondicionado que está fuera del consultorio. No es la gran cosa, pero Tobirama se alarma un poco por ciertas sabiendas.
- ¿Estás caminando Sasuke?- una pregunta firme.
El Uchiha lo piensa un segundo, podría decir que no y llamar un taxi; después de todo la sesión terminaba en poco menos de cinco minutos, o sinó, podría decir que sí y ver cuáles son las opciones alternativas del Senju.
- Si, no creí que llovería.
- Está bien, te llevo.
No sorprendió mucho esa respuesta a Sasuke, después de todo, la confianza que había entre Tobirama y el había crecido bastante, hablando fuera y dentro del consultorio. No sería la primera vez que lo lleva hasta su casa en estas situaciones, tampoco es la primera en que le habla entre el roce de la cordialidad y dar una orden.
Un poco de un jugo ácido parecido al vómito le sube por la garganta al pensar que su Omega se siente muy a gusto cuando cita sus frases con ese tono. No mentiría si dijera que algo en su panza revolotea ante la idea de que en algún momento puedan llegar a algo más que la cordialidad.
Ya en el auto, la lluvia se intensifica, como si hubiera esperado a ese momento para poder terminar de caer.
Sasuke se dedica a escuchar el loco va y ven del limpia parabrisas y las gotas chocando con parsinoia por todo el auto, también se percata de cómo Tobirama libera un poco de su aroma, aunque esta vez el café está un poco más amargo de lo usual, como si estuviera preocupado.
- ¿Pasa algo Senju?
- Hace frío, la lluvia más el frío no son buena combinación Sasuke.
- Habla directo, no te entiendo nada. - suelta medio ofendido, odiaba cuando el albino empezaba a hablar sin un punto fijo, como si esperara que el lo supiera todo.
- Granizo chico listo.
No termina de pronunciar que una nueva tormenta se desata, solamente que esta vez la furia azota con agua congelada. Tobirama sabe que no es profesional y que tampoco es buena idea, pero su departamento está mucho más cerca que la mansioncita del barrio privado de Sasuke. (Palabras propias del Senju), por lo que toma la decisión rápida y se desvía del camino.
- No preguntes, ya sabes a dónde vamos, no quiero seguir haciendo mierda mi auto.
Una pequeña y casi imperceptible sonrisa se posa en los labios de Sasuke, es algo que pasa desapercibido por Tobirama, aunque no puede evitar oler ese aroma feliz que sueltan las feromonas de su acompañante.
Esas moras dulces le quitaban la cordura.
Los dos podrían decir que el pequeño trayecto de la puerta del auto hasta la entrada del lugar los había empapado y golpeado más que toda la lluvia que habían estado afrontando.
Mojados entran al departamento, Hashirama no está por hoy, estos pequeños hechos hacen que su mente divague un poco de más; mucho más si Sasuke sigue liberando sus feromonas de esa manera.
- ¿Estás en celo? - pregunta medio desconcertado mientras tras su vista, Sasuke se quita la remera empapada - Apestas.
Esas palabras salen de su boca, pero a su vez su propio aroma se dispersa en el departamento a montones, si las cosas siguen así todo se tornará mal para ambos.
- ¿Porqué lo dices? Ya tomé mis supresores Senju..
Le juguetea Sasuke, se hace el tonto, no está bien pero su Omega le súplica estar un rato entre los brazos del alfa. Quiere ver cuánto aguanta, cuánta cordura tiene.
- Mira crio Uchiha si en serio cr...
Se ve inmediatamente interrumpido por una acción del Omega. Una acción a la que ningún Alfa puede resistirse.
Sasuke volteó su cabeza con suavidad para un costado, dejando expuesta la suave piel de su cuello. Podría llegar a decir, que esa acción era mucho más excitante que aquella vez en la que Sasuke se masturbaba al lado suyo completamente desnudo.
Un ronquido gutural sale del fondo de su garganta al momento que empuja al Uchiha al sofá y se posiciona arriba de el. El ambiente pesa de la cantidad de feromonas expulsadas en tan poco tiempo, eso marea a Sasuke y también marea a Tobirama.
Roza sin miedo sus caninos contra la tersa piel de su acompañante, eso no evita que haya algo en lo más profundo de su mente que impida que los clave. Una pequeña parte lúcida que le está clavando estacas en el subconciente para que no se sobrepase, o al menos tanto.
Aún así, se detiene. No puede. No ahora.
Se aparta con una sensación de realización, Sasuke nota en su mirada un deje de arrepentimiento, también otro de locura. No puede evitar sonrojarse y cubrirse ante esa mirada que parece que lo juzga, hasta el momento Tobirama nunca lo había visto de esa manera. De mala manera. Lo miraba como si estuviera haciendo las cosas mal.
Y sí, estaba haciendo las cosas mal.
– Senju.
Lo llama, tranquilo, como si todo su comportamiento no hiciera estragos en su mente.
– Iré a bañarme. Llama un taxi y vete Uchiha.
No tiene tiempo para más palabras, ya no puede hacer nada. Su ego no le permite salir con prisa tras Tobirama, tampoco le deja gritar perdón. Se odia y se detesta por eso; solamente demostrándose a sí mismo cuánto se odia.
_
La ducha termina. Aún no puede con su propia conciencia. Se permite a sí mismo unos minutos dentro del cubículo del baño, respira hondo y su corazón va regresando a su ritmo normal poco a poco. No va a mentirse, está completamente asustado.
Escuchó el momento en el que Sasuke se fué del departamento, pero a pesar de eso se siente un prisionero en el baño.
Shockeado.
Mención especial a MelanyGabrielaAlfeki por el apoyo especial a la historia<3
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Psicología amorosa. tobisasu omegaverse
DiversosSasuke es un joven de 26 que acaba de salir de la universidad de meeicina con el mejor promedio. Toda su vida a hecho al pie de la letra lo que le dicen sus padres, sin objetar, llegando a ser el hijo perfecto, una copia de su hermano. Una noche sus...