capitulo 3: mocoso de mierda.

135 17 9
                                    

La vida de Sasuke, sus costumbres, sus maneras, su ser fisico, todo lo que constituye el conjunto de su persona, aparecen como algo de tenebroso y de brillante a la vez. Su persona era singular, seductora, y desde la tragedia, marcada con un indefinible sello de melancolia. Era notablemente bien dotado de todas mameras. Joven, había mostrado una rara aptitud para los ejercicios fisicos, y bien que era pequeño, con pies y manos de mujer, llevado ademas en todo su aspecto un caracter de delicadeza femenina, era mas que robusto y capaz de maravillosos rasgos de fuerza. De niño a ganado una apuesta de nadador que sobrepasa la medida ordinaria de lo posible.

Se diría que la naturaleza de a aquellos de que quiere sacar grandes cosas, un temperamento perspicaz, como da una poderosa actividad a los arboles encargados de simbolizar el duelo y el dolor. Esos hombres con apariencias miserables, algunas veces estan tallados como atletas, buenos para la orgia y para el trabajo, prontos en los exesos y capaces de sorprendentes sobriedades.

A decir verdad, todo esto en su tema aparte cuando nos concentramos en lo que Sasuke fué hasta hace unos meses.

Tobirama cree que tiene el sustantivo perfecto para describir al chico ya no tan joven. Un taxi, o en todo caso, un mocoso de mierda.

Con las pocas y casi nulas horas que habían llevado en la terapia del día anterior, pudo sacar un par de congeturas apresuradas. Solo congeturas, porque Sasuke no parecía a abrir la boca para hablar de más; tal vez ese hecho le fastidiaba, pero también creía que volvía a su paciente, interesante. Y esperaba que se mantubiera por un rato más de esa manera, porque le parecía aburrido tener que lidiar con personas que hablaban hasta la medula sobre lo que habían soñado la noche anterior o su cena.

Se mantiene en el sofá de su oficina, en una postura casual mientras toma pequeñas notas disparatadas en su libreta. Acababa de terminar una seción con una mujer beta, que había sido engañada por su esposo alfa; en un principio la mujer había venido porque se autodiagnosticaba de depresión, pero fué solo una tristeza “sana” o así es como prefiere llamarle.

No es la primera vez que atiende un caso de infidelidad, mucho menos si se trata de el tipico cliché de la pareja beta-omega o beta-alfa, donde el omega o alfa cae preso de sus más ocultos instintos y comete una relacion con el segundo genero que le toca por naturaleza.

Ciertamente, se concidera con suerte de no tener que estar preso de una pareja, ya le basta con su ruidoso hermano con su novio Madara. ¿Con el tío de su paciente? ¿Acaso eso lo volvía familiar del pequeñajo Uchiha? Mejor no pensarlo, esa catastrofe es lo último que quiere saber en su vida.

– ¿Tobirama Senjū? – se escucha una voz masculina detrás de ls puerta.

Olfatea un poco el aire, encontrandose con un ligero aroma a menta dulce, muy tenue pero con la suficiente precencia para notar que es de un alfa.

– El mismo, pase.

Se deja ver un hombre alto y de gran porte, con un ojo cubierto de una tela negra y el otro mirandole con atención. A Tobirama no le basta tener que ver otras características para notar que es un Uchiha.

– Buenos días, soy Obito Uchiha. – hace una leve reverencia, el Senjū nota que lleva parches a pesar de que su aroma se siente. – Pariente cercano de Uchiha Sasuke y hasta donde sé... Usted debe ser su psicólogo.

– Si.

– Itachi no a podido estar presente y se encuentra ocupado, por lo que yo vine para tener un registro minimo de como proseguirá, que días serán las citas y en todo caso, si tiene una devolción, cuando será.

– Aún es muy pronto para dar fecha de una devolción – hace un gesto con su mano para que el otro hombre se siente frente suyo. – A decir verdad el Uchiha no quiere tener otra cita, pero se ve obligado a hacerla; me gustaría en otro momento si me podría otorgsr detalles sonre la relación de Sasuke e Itachi.

Obito frunce un tanto el ceño al esxichar como su primo es dirigido como "el Uchiha", pero deja que su acompañante prosiga. Ya bastante fastidiado estaba por tener que repetir en voz alta algo que acababa de terminar de pensar hace segundos.

– La proxima cita será el miercoles que viene, probablemente será todos los miercoles de aquí hasta su recuperación completa. – pasa las hojas de su libreta, hasta encontrar el dato que buscaba. – y será en una cafetería, quiero ver su reacción con las personas y el entorno.

– Lo dice como si fuera un animal.

– ¿Acaso no lo somos?

– No discutiré. – El albino encarna una ceja, con un toque de sorpresa. – gracias por la información, lo comunicaré.

Su instinto le pide bajar la mirada, pero se niega, derrepente su confusión –de que un Uchiha no quiera pelea– se mezcla con el temor que se genera cuando las feromonas de su acompañante se vuelven más presentes; demostrandole que no debe oponerse a nada de lo que diga, ya que es un alfa puro.

Luego de eso el hombre se va, dejándolo solo. Aprovecha el momento para dejar que sus orejas y cola salgan de su escondite y que sus feromonas se tranquilicen, con Fakagu habían tenido varios encuentros no amistosos, en los que el Uchiha usaba ese tipo de feromonas para sacarlo de quicio, pero se había acostumbrado. En cambio, este aroma a chocolate amargo era totalmente diferente al del actual fallecido.

Cualquier otro de su segundo género le habría dicho que en este momento se veía patético, pero poco le importa.

Tal vez ya es momento de regresar a casa.

[...]

Queda estoíco en su lugar al ver en su sala a nadie más y nadie menos que a la persona que menos quería ver. Su hermano; quien no se da cuenta de su actual situación y rápidamente se tira sobre el, abrazándolo con ese cariño que le da tanto asco, pero si viene de Hashirama puede que sea soportable.

Su hermanito era beta, con algunas capacidades extrañas que tiran para alfa. Un segundo género nuevo, habían mencionado que le llamarían "xion" ya que no era la primer persona con esta clase de peculiaridad. Aún así, como no es algo totalmente confirmado, sigue llamándose beta.

– ¡Tobi! – anuncia cuando se separan y le tiende de los hombros, sacudiendo a Tobirama de atrás para adelante seguidamente.– ¿CIERTO QUE ESTÁS ATENDIENDO AL CHICO UCHIHA? ¿COMO SIGUES VIVO?

– ¡Idiota deja de sacudirme! – Pide el albino, aún dejándose hacer.

Hashirama detiene el movimiento, pero tampoco pierde el tiempo. Toma con fuerza la mano de su hermano y lo jala hacia el sillón de la sala, empujándolo hacia el sofá individual y sentándose en frente de el.

El albino observa como Hashirama separa un poco sus piernas, apoyando sus codos sobre sus rodillas y uniendo sus propias manos, entrelazando sus dedos con cautela poco propia de el mismo; en una perfecta Sasuke Pose”.

– Tienes que contármelo todo.

¿En serio debía volver a repetir lo mismo?

Psicología amorosa. tobisasu omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora