3. ¿Tramas algo?

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Robert me habló de lo increíble que sería mi proyecto. Me habló sobre una casa magnífica. Tendríamos varias reuniones para ver los detalles. La manera en que se expresa de lo que se convertirá el proyecto me hace imaginarla y saber que será bellísima ¿Eso fue lo que te atrapó de él? Su forma de expresarse. Tal vez eso fué.

Subí las escaleras a mi departamento con los pensamientos revueltos. Pasé la mano por mi cabellera.

Saqué las llaves de mi bolsillo. De manera torpe estás cayeron al suelo. El ruido de una puerta abrirse me hizo mirar sobre mi hombro.

En una de las puertas vecinas sale una chica en medio del ruido que hay dentro de su departamento. Percibo gente hablando y el sonido de la tv alto.

— ¡Cuidate Miranda! - Alguien de adentro grita.-

Sí. - Dice pero ya cerró su puerta. La chica me ve y yo me vuelvo a mi puerta.- Buenas noches. - Saluda.-

Buenas noches. - Contesto sin mucho interés pero de una manera educada.-

Entré a mi departamento. Encendí el televisor y me tiré en el sofa a verlo.

Tengo dinero suficiente para costear el proyecto. Había ahorrado durante todos estos años.

Mi cabeza viajó hasta Robert. Es un hombre distinto a mí o a Daniel. ¿Que fue lo que encontraste encantador en él? Me pregunto como funcionan juntos y sobretodo como es posible que tengan cinco años. ¿Cuándo lo conociste?

Tengo tantas dudas en cuanto a ellos dos que quiero resolverlas. Para ello se me ocurrió que debo convertirme en su amigo, uno cercano al que le cuente todo.

Y así lo haría. Seré su nuevo mejor amigo y él no lo sabe. Tengo una excusa perfecta para acercarme y es esa casa inexistente.

Robert me había dicho que volviera mañana a las 3 de la tarde para ver una lista de propiedades que tenía a su disposición para crear en ellas.

Me preparé la tarde del día siguiente. Siendo cauteloso llegué media hora antes para asegurarme de que King no apareciera.

A las 3 en punto estuve dentro de la empresa.

Robert me recibió en su oficina igual que el día anterior.

Munson. Ya estaba esperándote. - Miró el reloj de su muñeca.- Muy puntual, me agrada.

— No me gusta hacer esperar. - Contesté ligeramente.-

Entonces adelante. - Fuimos hasta su oficina. Nos sentamos en el escritorio. Sacó un par de hojas y estás tenian un nombre y un croquis. Me pasó las hojas que fuí desfilando y prestando atención.- Las primeras son las mejores, así pedí que las acomodarán. Estan en los mejores sitios de la ciudad.

— Ya veo. - Guardé silencio después de eso. Terminé de ver las cinco opciones que se me presentaron.- El problema es que soy nuevo en la ciudad y conozco ninguno de estos lugares. No puedo decidir por uno. - Empecé a decir. Miré al hombre.- Puede que esto te resulte inesperado y hasta fastidioso pero, ¿Te importaría mostrarmelas? Es que no puedo visualizar lo que quiero si no tengo nada enfrente.

— Ya veo, eres alguien visual. Entiendo. - Robert me vió unos segundos y luego sacó una agenda de uno de sus cajones.- Comprendo. Mira tengo una junta a las cuatro, si me esperas una hora podemos ir y yo mismo te las mostraré. Espero que no te importe esperar mucho.

Si quiero volverlo mi amigo tengo que acceder.

Sin ningún problema. Esperaré.

Asintió.

𝐂𝐀𝐙𝐀𝐍𝐃𝐎 𝐀  𝐋𝐀  𝐙𝐎𝐑𝐑𝐀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora