17. Él

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El cielo esta nublado, sin embargo se percibe el calor en el aire. California no conoce la temporada de frio me parece.

Bajé la vista al reloj en mi muñeca, han pasado tres minutos desde que lo ví por última vez. Estaba comenzando a desesperarme cuándo el viento trajo el olor a su perfume.

King se paró a mi lado, a la distancia de una persona. La miré pero ella a mí no, ni siguiera un segundo.

No hablaré contigo aquí.  - Dice.-

Me arrodille para fingir abrochar mis cintas.

¿Dónde?

— Lejos de aquí.

Caminó alejándose con cada paso que daba. Me puse de pie y la seguí tal cual había hecho anteriormente.

No pensé que fuera buena idea dejarla tener el control por lo que me adelante rebasando a la chica y hacer que sea ella quién me siga ahora.

King viene por detrás con una mala cara, una que hace últimamente desde que nos volvimos a ver.

Llegué hasta mi auto y me subí. La veo detenerse, niega con la cabeza de una forma discreta. Se rehúsa abandonar el parque.

Abrí la puerta para hacerle saber que me bajaría y que me acercaría a ella, entonces King camina deprisa hacía mi automóvil. Cerré mi puerta y abrí la de ella para que se montará lo más rapido posible.

El motor del auto sonó, me eché de reversa. Aceleré abandonando la zona.

Luego de unos veinte minutos salimos del radar de la zona donde viven los Moore.

Me adentre a la carretera que te lleva a la playa, pise el acelerador, las vistas lo ameritaban. King toco el cinturon de seguridad confirmando que estuviera bien puesto.

No voy a matarnos. - Solte tras el montón de silencio en el que veníamos.-

No me pienso arriesgar. Además, Recuerdo como solías manejas. - La ví un segundo. Usa un vestido negro, gafas de sol, una pañoleta negra y un labial en tono rojo oscuro. Se ve misteriosa pero con la clase que a obtenido en estos años.- Ve a la izquierda. - Me dice. Nos miramos y entonces hago lo que le pide aferrando mis manos al volante y aumentando la velocidad como un loco.-

Sigo el camino hasta que la carretera finaliza en un estacionamiento, detrás de eso esta a una de las tantas entradas a la playa.

Apagué el auto. Bajé del mismo y me recargue en el frente, admiré la vista. El mar es tan inmenso, se ve increíble y peligroso.

Escuché su puerta abrirse. Entonces seguí con la dinámica con la que comenzamos, yo por delante y ella siguiéndome.

Bajé los escalones a la playa y me adelanté un par de metros. El sonido de las olas es bestial.

Giré para verla. King esta en el último escalón, aquél que divide a la playa con la madera de la estructura que pisa. Observó sus tacones. Parece que es un dilema para ella el hundir sus zapatos caros en la arena.

Avancé tranquilo hasta ella, la tuve de frente y nos vimos directamente a los ojos, ninguno dijo nada, nuestras actitudes, rostros y posturas hablan por nosotros.
Me fuí acunclillando hasta que me atreví a tocar su tobillo, entonces ella levantó un poco la pierna y yo saqué su tacón, su mano se apoya en mi hombro para luego permitir que saque su otro zapato. Las uñas de sus pies van pintadas de un negro perfecto.

Volví a ponerme de pie, King aclara su garganta y plancha su vestido con el pasar de las palmas de su mano sobre la tela.

Gracias. - Dice al agarrar sus tacones de mis manos.-

𝐂𝐀𝐙𝐀𝐍𝐃𝐎 𝐀  𝐋𝐀  𝐙𝐎𝐑𝐑𝐀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora