El dolor de un maldito adios

10 0 0
                                    

Pasé un largo tiempo usando una máscara pesada sobre mi cara, una máscara que estaba hecha de los pedazos rotos que siempre dejaban esparcidos dentro de mi, para así disimular que nadie podía romperme más, que a pesar de parecer alguien oscuro aún asi podía mantener todo bajo control, pero nunca fue mas lejos de la realidad, siempre fui una persona difícil de quebrantar, al menos eso era lo que hacía ver en el exterior, cuando todos me decían que ni siquiera podía reír entre todos esos rostros al rededor mío, quizás la única amistad que tenía en ese lugar lleno de desconocidos era la que veía mal, aunque pasando por momentos difíciles nadie es igual, yo no estaba presente del todo, perdiéndome en mi cabeza como si nada importara o como si yo no importara, entre algunas personas que parecían alegres y que de vez en cuando me sacaban una carcajada por las cosas que decían  o hacían.
Nadie me llamaba la atención mas allá de las palabras o risas, de todos modos estaba algo rota para pensar en querer a alguien o viceversa, y ahora creo que estar de esa manera siempre pudo haber sido mejor.
Recuerdo no prestar atención a nadie, recuerdo no sentir emoción por esos que querían llamar mi atención, se sentía menos mal solo parecer arromatico.

Fui antipática desde el primer momento en el que se me acercó, al menos en ese lugar con tanta gente, porque la primera primera vez lo vi solo como alguien con una personalidad constante, en persona al menos, porque por mensajes era tan natural decir cualquier cosa, ya sea por el momento o porque las madrugas sacaban lo que realmente uno es, y en ese momento mis insomnios me hacían ser tan suelta, sin miedo a ser y dejar ser, pero luego fui como que más discreta, cómo no, la gente que siempre está activa de aquí para allá me generaba ansiedad y eso que yo no podía dejar de temblar a veces solo por sentir que estaba entre gente incómoda, pero eso no era mucho problema para mi, tenía tanta energía que unas cuantas veces llamaba mi atención, pero de forma que ¿por qué no se queda quieto?

Pasar tiempo con ellos era reirse de estupideces, aunque solía aislarme cuando sentía que aún mis recaídas me estaban metiendo cadenas entre las muñecas y tobillos, pero volvía cuando podía, de todos modos no era tan importante darles el contexto de mi disociacion y melancolía, aunque de seguro pensaban que era alguien que no sabía nada de la vida y era patética, todos piensan piensan pero no razonan.
Hice cosas autodestructivas en silencio, pero al menos tenía personas con quienes pasar el rato para al menos decir o hacer algo sin sentido, expresar la rareza de cada uno y combinarla  de alguna manera.
Una amistad rara entre personas diferentes pero que aun así se entendían a su manera (sale mal)

Él para mi era solo una persona más, solo un artista demostrando su arte de manera banal, yo era un soñador al que siempre decían que «despertara» pero solo quería escapar de mi cabeza y no sobrepensar tanto, me autodenominaba un fantasma, siempre lo fui. y a pesar de que parecían entenderme, al final me trataron como el fantasma que creía ser, enterrado en un hoyo del que no podía salir.
Cuando comencé a darme cuenta que él sentía «cosas» por mi persona, ni siquiera supe como tomarlo, estaba entre la barrera de que me daba un poco igual y me llamaba la atención lo «aleatorio» que fue la tensión con alguien a quien consideraba un amigo, pero ni siquiera me daba cuenta en el principio, repito, yo era un ser invisible que no llamaba la atención, y él solo se empeñaba en lo hiperactivo, a mi me sacaba de quicio que siempre andara saltando y hablando de todo y de nada, o quizás era que yo aunque quisiera no podía hacerlo, por eso es que fue extraño interesarle, usualmente yo no era quien llamaba la atención de alguien, ni siquiera me esforcé en impresionarle, mi personalidad no es muy constante y la mayor parte del tiempo estaba confundido, tenía mis defensas bajas y me dejé guiar por la luz apagada. (que mierda me pasaba) ni siquiera daba señales de querer ser "acorralada" contra una pared, pero no era la primera vez, al menos con él.

Sinceramente me ponía demasiado nerviosa quedarme a solas, era como si se me bajara la presión o como si me empezara a quemar de pies a cabeza, demasiado intenso, lo sé, pero es que era así, una de las pocas veces en las que temblaba y no por la ansiedad, sino por el nerviosismo de que literalmente su mirada estaba sobre cada movimiento que hacía, siempre fingía que no me daba cuenta, pero una amiga no disimulaba el decirme que él estaba detrás de mi, que siempre se interesó en mi, él me llamaba la atención pero no de esa manera, pero intentar verlo con otros ojos me hizo darme cuenta que su "hiperactividad" era tierna, creo que ir de a poco saliendo de las recaídas y olvidar a esas personas que me abandonaron tiempo atrás me abrieron los ojos a las posibilidades, y sinceramente, sentir que tenia la atención de alguien que se estaba volviendo especial era tan irreal.

《🌘●••Memories of a Questioned Mind••●🌨》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora