Capítulo 3

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-No, me niego- habló Snape enfurecido- primero decís que tenemos que protegerla, y ¿ahora queréis mandarla a Ilvermony?- Preguntó sarcásticamente- Me niego, en Hogwarts estará protegida, yo puedo...

-Es decisión de ella Severus- habló Narsissa tranquila- y a mi tampoco me gusta que se vaya tan lejos, y mucho menos lejos de nosotros..

-Pero fue su decisión- concluyó Lucius, tocandose el puente de la nariz.- No podemos hacer, y lo hemos intentado.

-Pero...

-Pero nada- dijo Melinda entrando- es mi decisión y quiero ir a Ilvermony. Además en mi tercer año pediré que me transfieran para estar aquí.- aclaró sorprendiendo a los mayores.- Que aún que sea una niña, no significa que no tenga las cosas planeadas. Se a la perfección que estando lejos de Hogwarts y de los mortífagos, estaré a salvo. Además que Potter este en el colegio no es algo bueno para mí, si Voldemort- dijo su nombre con asco, provocando miedo a los demás- quiere acabar con él. Cuanto más lejos esté de él, más difícil le será saber de mí. Y estoy segura que en Ilvermony puedo aprender cosas diferentes, y eso me dará una pequeña ventaja contra él.- Sentenció orgullosa.

-Hhmm, orgullosa e inteligente como toda una Black- alagó Lucius.

-De acuerdo- acepto Severus.- Pero quiero recibir una carta de tu parte todos los días sin falta, además de que voy a hablar con Dumbledore para que la directora de Ilvermony me envíe informes de tus estudios- Melinda suspiró, sabía que no había forma de sacarle esa idea de la cabeza, con lo que acabó aceptando.

-Esta bien. Me iré a preparar mi maleta, ya que mañana comienzan las clases.

-Espera iré a ayudarte...

-No te preocupes, Dobby lo está haciendo.- Aclaró calmando a su tía, la cual asintió con la cabeza.

-Con permiso- dijo para darse la vuelta y salir del despacho, pero antes de cerrar la puerta, escucho a su tío.

-La estás protegiendo como todo un protector mágico, Severus- soltó divertido, mientras Severus gruñía.

-¿Protector mágico?- Se preguntó a si misma, dirigiéndose hacia su habitación.

Melinda....

Una vez llegó a su habitación, se encontró a Dobby cerrando la maleta.

-Dobby- lo llamó, capturando su atención- tu me conoces desde que era un bebé ¿verdad?- Preguntó sutilmente.

-Por supuesto, conozco a la pequeña ama Malfoy Black Lestrange desde que su madre la trajo aquí- Aclaró rápidamente.

-Hmm, ¿sabes lo qué es un protector mágico?- Preguntó directamente, observando como Dobby se ponía nervioso.

-Yo..yo..yo... no puedo decírselo, si lo hago... el amo Lucius y el amo Snape me castigarán- habló con miedo.

Melinda suspiró, sabía que si su tío y Severus habían amenazado a Dobby no habría forma de conseguir información por parte de él.

-De acuerdo, no te preocupes Dobby.- Le sonrió- además, gracias por tu ayuda.

Dobby asintió antes de desaparecer, mientras Melinda se dejaba caer en la cama.

-Me tocará investigar a mi sola- susurro para sí misma.

Al cabo de unos minutos se quedó dormida, deseando con todas sus fuerzas, que todo fuera bien en Ilvermony, además de poder aprender cosas únicas y fantásticas.

































Severus....

-Que me preocupe no tiene nada que ver con que sea su protector mágico, Lucius.- habló rápidamente Severus.

-Asi que te preocupas por la pequeña.- Aclaró Narcissa sonriente.

-No pienso aguantar vuestras chorradas. Me voy a despedir de ella, y luego iré a hablar con Dumbledore.- dijo mientras caminaba hacia la puerta.

Mientras Severus salía por la puerta, pudo escuchar las risas de Lucius y Narcissa, provocándole dolor de cabeza.

-Idiotas- susurro para sí mismo.

Una vez llegó a la habitación de Melinda, observó como esta estaba dormida. Sonrió al verla, mientras se acercaba para acomodarla mejor y taparla, no sin antes poner hechizos protectores a su alrededor por si las moscas, según él.
Una vez concluyó, se dirigió a Hogwarts, más concretamente al despacho de Dumbledore.

-Severus, hijo, ¿que te trae aquí? No me digas que estás ansioso por comenzar- soltó divertido el viejo.

-Estas loco- soltó.

-Severus- recriminó Minerva.

-Lo siento- sé disculpó entre dientes- vengo a pedirte un favor- los dos ancianos se sorprendieron ante aquello.

-Severus, no me pediste un favor desde...

-Lily, lo sé- dijo con algo de tristeza, pero sin sentir ese dolor que llevaba su nombre consigo.

-Me alegro que puedas decir su nombre- dijo Albus feliz.- Pero dime, ¿en qué puede ayudarte este viejo?- Preguntó sentándose en su silla.

-Necesito que la directora de Ilvermony me pase cada semana, a poder ser, todo lo relacionado con los estudios de Melinda Malfoy, este año comenzará sus estudios ahí- pidió.

-Severus, ¿se puede saber por qué necesitarías esa información?- Preguntó Minerva sorprendida.

Severus dudo entre decírselo o no, pero ¿qué otra podría hacer? No le podía mentir al viejo, sabía que con él la oclumancia no servía, además de que tal vez, Albus ya supiera lo que ocurría, ese hombre sabía todo lo que ocurría en el mundo antes de que ocurriese de verdad.
Al final se decidió.

-Porque Melinda Malfoy es mi protegida- sentenció.

-¿Tu qué?- Preguntaron los dos ancianos al borde del desmayo.












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La Protegida de SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora