La Protegida de Snape

Capítulo 7

Melinda se levantó como un resorte de su cama, estaba más que nerviosa, estaba emocionada por lo que podía ocurrirle hoy en clases, y lo que aprendería.

Con emoción y ganas, comenzó a despertar a sus compañeras y amigas, asustándolas, y provocando que las tres le tiraran sus almohadas, logrando que así, Mel callera al suelo, pero sin parar de reír.

Una vez listas, bajaron al comedor, sentándose en su respectiva mesa, y comenzando a comer con ganas.

-A primera hora tenemos encantamientos, luego transformaciones, y por último 2 horas de pociones.- Informó Selena mirando el pergamino.

-Me pregunto que tan buenas serán las clases de pociones- dijo Mel, llevándose un trozo de tortita a la boca.

-Mirar a la nueva, piensa que es la lista- dijo un chico mayor que ella, que había decidido meterse en la conversación de las cuatro jóvenes.- Ni que fueras la hija de uno de los mejores pocionistas- soltó con diversión, haciendo que muchos rieran.

-No seré la hija, pero si soy la sobrina de uno de los mejores pocionistas y profesores del mundo mágico- soltó con tranquilidad y arrogancia, callando así a los mayores.

-¡Eso es mentira! Solo eres una Malfoy más, una mortifago, una perr......

-¡Jamás vuelvas a meterte con mi familia maldita escoria!- Amenazó apuntando al chico con la varita.

-¡Benet!, ¡Malfoy! ¿Qué creéis que estáis haciendo?- Habló el director iracundo al verlos.

-Señor, comenzó ella, yo tan solo estaba intentando explicarle...

-Eso es mentira- saltaron las 3 amigas, defendiendo a Melinda.

-Comenzaste tú, intentando dejarla por debajo, cuando esta más que claro, que sabe más que tú en pociones.- Soltó Selena con orgullo, mirando a su amiga, sabiendo que lo que había dicho era cierto.

-Maldita....

-Benet castigado después de clases.- Dijo el director.- Ni siquiera hemos empezado, y ya estás haciendo de las tuyas.

-Pero Señor... ella tan solo es....

-Soy Melinda Malfoy Black Lestrange. Hija de Bellatrix Lestrange, sobrina de la familia Black y Malfoy, y alumna y protegida desde que naci, del profesor y pocionista Severus Snape- informó asombrando a todos, salvo a los profesores, los cuales, ya tenían cierta información de la joven, además, de saber quien era el padre de esta.

-¡Todos a clases!- Gritó el director.- Señorita Malfoy, acompáñeme.

Melinda les dio una mirada de tranquilidad a sus amigas, logrando que estas fueran a sus clases algo más relajadas.
Durante el camino, Melinda decidió no hablar, no quería meterse en problemas, o poner las cosas peores. Sabía que esto le llegaría a Severus, y la carta que recibiría, no sería para nada amable.

-Pasé- esta hizo lo que el director le pidió, entrando al despacho de este.

Melinda se temía lo peor, era su primer día, y ya llamarían a sus padres, o peor aún, a Severus.
Melinda tragó con dificultad al ver al director escribir una carta, y peor aún, fue oír el nombre que le daba a su lechuza.

-Entregáselo al profesor Snape- Dijo el director alto y claro, provocando que Melinda cerrará sus ojos con fuerza, esperándose una carta, o peor aún, que Severus apareciera en aquel despacho.

Todo Hogwarts estaba comiendo tranquilo. Las clases de la mañana fueron algo tranquilas, pero muy teóricas, aunque no podían quejarse, pero si estaban algo aburridos, ya que ni los gemelos Weasley hicieron alguna de sus bromas.
Todos estaban comiendo y hablando tranquilamente, incluido los profesores, hasta que vieron como por las puertas del Gran Comedor se colaba una lechuza, llamando la atención de todos, al ver como esta se posaba delante del profesor Snape, llevando a miradas intrigantes.

Severus al ver la carta, la abrió con rapidez al ver que en ella estaba el sello de Ilvermony.

"Estimado profesor Snape,

Me pongo en contacto con usted, para comunicarle sobre los avances de la señorita Malfoy.
Miner, mi lechuza, le entregará un frasco con lo ocurrido esta mañana"

Severus levantó la mirada, viendo como la lechuza sacaba de su ala un frasco, con el recuerdo del director.
Le sorprendió el hecho de que no fuera como lo demás, sino, que era un brebaje, con algo de incertidumbre y desconfianza, se llevó el vial a la boca, tragando el contenido.
A los segundos, todo lo acontecido en el Comedor de Ilvermony, apareció en su mente.

-¡Melinda!- Gritó colérico, asustando a todos, esperando que la joven con aquel nombre se levantara, pero lo único que ocurrió fue que Snape le dio de comer a la lechuza, y se fue dando un portazo, hacia su despacho.

-Alguien está en problemas- comentó Albus mirando a Minerva divertido, al leer la carta que le había llegado a su muchacho.

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Pido disculpas por la tardanza, pero a partir de ahora, intentaré actualizar cada semana.