Empezar Desde Cero

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—Hinata ya no llores, he hablado ya con tu madre y dijo que te apoyará en todo, ella intentó conectarse con la familia de Kageyama, pero no hubo resultados. El idiota desapareció como si nada. —Contaba Kenma sentado al lado de Hinata.

—es un imbécil que no merece a Hinata, deberías quitarte ese anillo. Solo te hará recordarlo y te dolerá más. —Dijo Atsumu intentando quitarle aquel anillo que Kageyama le había dado en Navidad. Algo que representaba el lazo que tenían.

—No... Quiero mantenerlo, a pesar de que Kageyama me haya abandonado, quiero recordarlo como la persona que me hizo más feliz en su momento.

—... Entiendo... Entonces está bien, no te obligaré a nada. —Dijo Atsumu alejándose más de Hinata.

—Shoyo... Kageyama no merece que esté llorando por él, es verdad que fue una persona muy especial para ti, pero tienes que pasar de página. Nosotros te ayudaremos ¿Verdad, idiota? —Kenma miro a Atsumu quién tenía su vista en una de las ventanas del cuarto de Shoyo. —¡Miya Atsumu!

—¿Ah? —Kenma lo mató con la mirada, luego dirigió la vista hacia Shoyo y volvió a ver a Atsumu. —¡AH... Obvio Shoyo, nosotros estamos aquí para apoyarte en todo y no solo tienes apoyo de nosotros, sino también de tus demás amigos.

—Sí... Tienes razón, no sé cómo les explicaré que Kageyama me abandono mientras estoy embarazado.

—Tranquilo Shoyo, está todo bien. Si quieres yo se los puedo explicar por ti, ya sabes para no provocar estrés a ti y al bebé.

—Kenma, eres el mejor amigo que puedo tener.

Kenma sonrió ante escuchar las palabras de Shoyo y revolvió su cabellera naranja, miró a Atsumu e hizo señales para qué lo acompañará hacia la puerta.

—Shoyo, ya volvemos. Arreglaremos esto con Atsumu y les explicaremos a los demás.

Ente asintió, hacía la explicación de su amigo, y tomó uno de los peluches que había sacado del cuarto de su hermana y se acurrucó en una orilla de la cama con él. Estaba harto de todo, harto de él. De sus problemas y de fingir la sonrisa y justo ahora que no lo hacía... Pensaba que era una molestia para sus amigos, así como lo fue con Kageyama, ya ni aguanto más y se acostó completamente en la cama, colocando su cabeza en una almohada y llorando, esa almohada todavía tenía el olor a Kageyama.

Sabías que esto iba a pasar, pero decidiste solo ignorarlo y ser feliz.

La conciencia de Shoyo había perfectamente que decidió ser feliz, aunque sea por esos momentos que tenía a Kageyama tan cerca, tan pegado a él.

Lo que tuviste alguna vez cerca ahora lo tienes lejos.

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Mierda... Ahora es cuando dejo todo, me he pasado a despedir con los del Karasuno, excepto alguien que es muy obvio, no sé si arrepentirme de haber amado a esa persona, tal vez no. Pero toda esta mierda, me está haciendo demasiado daño, quiero empezar de cero.

Tome mis maletas cuando indicaron que el avión estaba listo, camine por los pasillos y llegue hacia mi destino, subí al avión para irme a Italia de una vez por todas, mire a mi alrededor y había tantos alfas, omegas y betas. Ninguno de sus olores me agradaba.

Al tomar mi asiento miré hacia la ventana, mirando por última vez Japón, el lugar donde crecí y mi abuelo me enseño un montón de cosas, las cuales aún recuerdo, todas y cada una de ellas.

Alguien se sentó a mi lado y su aroma me llegó, era un aroma tranquilizante. Mire a esa persona y era una chica de cabello rubio con ojos verdes, unos ojos hermosos y un cabello ondulado hasta la cintura.

Lazo Inquebrantable [KAGEHINA omegaverse] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora