Extra 1

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—¿Te gusta la vista, amor?

—Sí... Es asombrosa... Me pregunto que estará haciendo Hikaru en este momento.

—Seguramente destruyendo cosas, como el demonio que es.

—¿Eso crees? —Me di la vuelta para así ver su rostro y apreciarlo con más detenimiento, Kageyama con el pasar del tiempo se volvía aún más guapo que antes. —¿Cómo es que entre más envejeces, más guapo te vuelves?

—Que va... Que solo tengo 22 años, idiota.

—Y yo 23, te ganó por un número.

—No importa si eres mayor de edad, siempre seré más alto que tú, y eso te jode.

—A veces quisiera matarte.

—Y yo follarte hasta que grites mi nombre y los vecinos escuchen.

—¡Pervertido! —Grite, dándole un golpe pequeño en la cabeza.

—Kageyama... ¿Vamos a caminar un rato, si?

—Tch... Bien.

Kageyama y yo tomamos algunas de nuestras pertenencias y salimos a caminar, de pronto nos encontrábamos en un puente abrazado y meneando nuestros cuerpos como si estuviésemos en un baile.

Un baile bajo la luz de la luna.

La luna estaba llena y brillaba un montón, parecía un gran foco de luz rodeado por un montón de focos pequeños.

—Shoyo... ¿Quieres bailar de verdad?

—Vale, ¿pero como lo haremos?

Kageyama tomó su teléfono y busco algo que yo no pude ver, al cabo de un rato lo encontró y colocó su teléfono boca abajo, en una de los banquillos del puente.

—¿Qué música has puesto?

—Ya lo verás.

Kageyama sonrió y tomo mi mano, la otra mano la coloco en mi cintura y yo la coloqué en un su hombro, me acerco más a él y no me apartaba la mirada de los ojos, sus ojos brillaban gracias a la luz de la luna y vaya mirada la que se cargaba este hombre, con solo su mirada podía decirme todo lo que no se puede decir con palabras.

No habíamos pasado tanto tiempo juntos, ya que cuidábamos a Hikaru, pero aunque sea en unos minutos de momento juntos, siempre eran los mejores, su olor, su mirada, su sonrisa, su cuerpo, su voz. Todo en él, me llamaba la atención, no había cosa de Kageyama que no me gustase.

Terminado la canción Kageyama y yo nos quedamos mirando directamente a los ojos del otro, sus ojos azules eran lo mejor del mundo, en verdad agradecía que este hombre estuviese a mi lado.

Nos acercamos cada vez más y más, hasta llegar a que nuestros labios se tocasen, cruce mis brazos por la nuca de Kageyama y este por mi cintura, pegándome por completo a él.

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Al momento de llegar al hotel, por alguna razón, ambos estábamos totalmente nerviosos, sabía que todo esto terminaría en tener sexo, pero no entendía porque  el nerviosismo de ambos. No era nuestra primera vez, hemos tenido sexo un montón de veces, que es difícil recordar todas las veces.

—¿Por qué estás tan nervioso...?

—Cállate... Tú también lo estás —Dije, sentía mis mejillas arder con cada mirada que Kageyama me daba —. Me cambiaré, así que volteate.

—¿Perdona? —Kageyama pareció sorprendido con mis palabras, ni siquiera yo entendía porque era necesario pedirle eso, pero por alguna razón, me daba mucha vergüenza.

Lazo Inquebrantable [KAGEHINA omegaverse] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora