SAVE ME LS.

CAPITULO 3

ME PUEDEN CORREGIR CUALQUIER ERROR, POR FAVOR. 

Pasaron tres días luego del supuesto accidente, regresó a su trabajo y Oliver lo recibió tan alegre como siempre, solo que ahora lo recibió también preocupado.

—Mira cómo te dejaste esa carita tan bonita tuya — lo estaba inspeccionando —¿te encuentras bien?

—Estoy bien Oli — el pelinegro lo abrazó fuerte.

—Me preocupé por ti— lo soltó — No te preocupes por mover nada o limpiar, solo quédate en la caja yo me encargaré de lo demás.

—No es necesario.

—Si lo es, sólo siéntate ahí, pon tu cara bonita y las personas nada más tienen que pagar, te lo ordeno como jefe.

—No eres mi jef...

—Shshsh silencio — sonrió amplio antes de perderse en uno de los pasillos.

Avanzaron las horas y casi cerraban. Sin hacerle caso a Oliver, se puso a limpiar el mostrador y el lugar de la caja, escuchó la campanita de la puerta.

—Bienvenido — dice sin ver quien había entrado hasta que se sentó de nuevo en la silla y se sorprendió cuando vio al doctor que lo atendió en el hospital.

—Hola — saluda también sorprendido, de igual forma le sonríe cordial.

—Hola — no iba a negar que estaba embobado, estaba vestido casual y se veía tan bien —¿en qué puedo ayudarle?

—¿Cómo estás? — pregunta, ignorando lo que le había dicho el omega — te veo bien.

—Uh sí, estoy bien, gracias — paso inconscientemente sus manos en el golpe de la mejilla. —¿Deseaba algún libro en específico?

—Yo... bueno estaba buscando un libro sobre medicina.

—Tenemos varios, si me pudiera especificar cual es.

—Claro — saca su teléfono y busca en su galería la foto —es este — le enseña y omega busca en el computador la lista para ver si se encuentra.

—Si lo tenemos — anunció —¿solo necesita uno?

—Puedes tutearme Harry, me haces sentir viejo.

—Vale, lo siento — estaba tímido, más de lo normal — entonces ¿solo necesitas uno?

—Harry no sabes lo que me acaba de pasar —Oliver lleva con una caja en la mano riéndose — estaba sacando estás cajas, tropecé con una... ¿Lou? — lo nombra.

—Uh hola Oli — saluda amable.

—Hola — su vista se pasa del alfa al espacio exterior de la tienda —¿y Caleb?

—Ahorita viene.

Oliver era de todo alguien que dejaba pasar las cosas ya que era muy curiosos con su entorno.

—¿Ya se conocían? — fue directo — porque Harry está más tímido de lo normal — el rizado lo vio mal y se sonrojó.

—Si, en el hospital — confiesa el castaño.

—Él fue el médico que me atendió — antes de que el omega pelinegro dijera algo, Caleb entró a la librería, este corrió hacia él.

—Hola Omega — dice después de que su novio se le tirara encima y lo lograra agarrar—Hola Harry — lo menciona en un saludo amble y este le contesta de la misma forma.

—Alfa te extrañé — y olivando a Harry y Louis los dos se fueron a otra parte de la librería para poder hablar — ya regresamos.

Por alguna razón el aroma de Louis lo tenía embobado, tal vez por lo abrumado que se sentía en el hospital no se había percatado de este; era un olor fresco a lluvia, con toques de eucalipto, era tan relajante.

—¿Hace tiempo qué trabajas aquí? — se sienta en uno de los sillones que estaba enfrente de la caja.

—Unos meses.

—Vale, con esto me doy cuenta que tengo meses de no venir.

—Te ves muy joven para ser doctor —comenta y no sabe en qué momento agarro ese tipo de confianza. Louis sonrió amplio.

—Si un poco...bueno acabo de finalizar mi internado — confiesa.

—Uh — se sorprendió — que bien.

—Sí, me gradué hace unos meses— pero Louis no quería hablar de él —¿en qué facultad estás?

—Todavía no termino el colegio, la otra semana es mi graduación — se sintió apenado por alguna razón.

—¿Qué piensas seguir?

—Abogacía.

—Es muy buena carrera, mi madre es abogada — comenta alegre — bueno era, ahora es juez.

—Nos vamos Tomlinson — interrumpe Caleb y detrás de él venia Oliver bastante sonrojado como para saber que no estaban hablando.

—Si. Claro — se levanta del sillón, con una mueca, quería seguir hablando con el rizado.

Harry observaba disimuladamente al alfa y luego pasaba su vista a la pareja despidiéndose. El alfa castaño se acercó a la caja y Harry comenzó a jugar con sus manos sin saber a dónde ver.

—Espero verte otro día Harry — habla bajo y el omega lo vio a los ojos; esos ojos azules hermosos.

—Que tengas un buen día —el castaño no estaba diciendo ni haciendo nada de otro mundo y él se sentía tan tímido, y antes de salir de que los dos alfas se fueran, el omega les empacó los libros y ellos lo pagaron.

Cuando los dos ya no se vieron más por la calle, el pelinegro a paso lento y con una risa burlona llegó al rizado, se recargo de la mesa con codos y sus dos manos sosteniendo su cara.

—Entonces...

—No — se va para comenzar a arreglar sus cosas.

—Podemos salir juntos — lo sigue — o sea Tomlinson y Caleb son mejores amigos.

—Oli él es mucho mayor que yo y además no tengo tiempo para salir en estos momentos.

—No es tan mayor, tiene veinticinco.

—Y yo diecinueve... y eso no tiene nada que ver porque no estoy interesado en nadie — Oliver rueda los ojos.

—Como digas — la verdad no le cree, porque las mejillas del rizado lo delataban. —Nos vemos mañana — le da un abrazo — y cuídate, no seas tan torpe porque me quedaré sin el mejor empleado que he tenido.

—No soy tú empl...

—No — lo calla — no escucho nadita— lo acompaña a la puerta — nada de nada — Harry se ríe de la actitud del pelinegro, se vuelven a despedir y Oliver cierra la puerta.

Debía que confesar que Oliver hacía sus días alegres, era su único amigo y la familia de este era muy amable con él.

Llegó a su casa y la soledad lo abrazó. Sin poder pegar un ojo en toda la noche, se llegó la mañana y de nuevo a empezar la rutina.