SAVE ME LS.

CAPITULO 4

Me puede corregir cualquier error. 

Harry se encuentra solas con el alfa que estaba detrás de él y por el cual su hermana lo odia más.

Alex Martín era un alfa muy guapo, y por lo que había escuchado en los pasillos venía de una buena familia. Le gustaba demasiado, tal vez no le hubiera importado a nadie si el rizado hubiera aceptado las interminables propuestas del alfa, sin embargo, Martina tenía que verse interesada por Alex y arruinar la ilusión del omega.

Ahora se encontraban encerrados en un salón, el cual la puerta había sido cerrada con llave por el alfa.

—¿Puedes abrir? — ordena alterado.

—No — le dice tajante —no, hasta que hablemos.

—No tengo nada que hablar contigo — trata de llegar a la puerta, pero el alfa se atraviesa en su camino.

—Yo creo que sí — baja su mochila y trata de llegar a Harry y este se aleja —¿Qué cambió?

—No quiero nada contigo Alex.

—No decías lo mismo hace un tiempo atrás, tiene un mes de haberme dejado en el olvido sin explicarme qué fue lo que pasó — estaba dolido, porque la verdad era que Harry era el omega que su alfa quería.

—Lo siento — dice bajito al ver el semblante del alfa — no quería dañarte.

—¿Me puedes explicar entonces? — suplica — yo comprenderé Harry.

—No puedo estar contigo, aunque quisiera. Mi hermana está detrás de ti y no quiero tener problemas con ella y mi familia.

—No me interesa ella — aclara.

—Lo sé.

—Ellos tienen que entender que el que me interesa eres tú, nadie más.

—No es tan fácil — niega con la cabeza —Ale — le dice con cariño y tristeza —consigue a alguien que, si pueda estar contigo, te agradezco la paciencia y el tiempo que tuviste conmigo — el alfa también negó y lo abrazó fuerte.

—Puedo estar a que tu estés listo; yo puedo esperar por ti.

—No, no te hagas esto. Pronto te irás a Francia, yo sé que encontrarás a alguien allá, no te aferres a mí.

—No creo pod...

—Se feliz, por favor — el alfa no dijo nada más, solo lo abrazó de nuevo y le dio un beso en la frente.

El omega de Harry no estaba tan triste, que muy al fondo sabía que no era su alfa.

Harry si lo estaba, no por el hecho de haber dejado ir a un excelente alfa, sino porque tenía que salir lo más pronto de esa casa para que su padre lo dejara ser feliz.

...

Se quedó en su casa aprovechando que Gala y su padre no estaban en la ciudad y que Martina se fue con ellos, tenía que estar al pendiente del correo que llegaba a la casa.

Como un acosador, vio al cartero y corrió hasta él, espantando al pobre hombre.

—Ay joder, qué susto — dice agarrándose el pecho.

—Lo siento — dice apenado —pero necesito que me de la correspondencia, por favor.

—No era necesario que salieras de esa forma — lo regañó — de igual forma te iba a llegar... — le arrebato de las manos los cuatro sobres.

—Muchas gracias señor cartero — le grita cuando ya estaba por llegar a la puerta y el hombre solo suspiró cansado.

Dos de las cuatro cartas tenían su nombre, temblaba por los nervios. Las abrió y leyó detenidamente las dos y en la última parte decía: