SAVE ME LS.

CAPITULO 8

Elena llegó de visita, Harry abrió la puerta y se sorprendió al ver a la omega parada.

—Hola cariño, perdón por venir así de repente, le pregunté a Louis si estaban en casa y me comentó que el está aún en el hospital — se disculpa y levanta dos bolsas que traía — traje comida y unas cosas para ti.

—Hola, claro. Pasa. — le ayudó con las bolsas.

—Mira, te traje esto — sacó un libro empaquetado — Louis me dijo que te gustaba leer, lo tenía en mi biblioteca, es nuevo.

Harry lo tomó con alegría, aunque sentía que no tenía que recibirlo.

—Gracias Elena — lo observa con cuidado, como si se le fuera romper. — Lo pondré con mis demás libros.

Se levantó y lo colocó en el lugar que Louis le dio, el castaño ya tenía alguno y Harry fue colocando más en cuánto fue comprando, además de los que le regalaron la familia de Oliv.

—Diana es jueza, ella se alegró mucho cuando supo que tú estaba estudiando leyes — comentó Elena cuando Harry regresó al sillón.

—Me lo menciono Louis.

—Están muy felices contigo... — se quedó pensativa — estamos.

—Yo también lo estoy.

—Cuando tenía más o menos tu edad — Harry la miraba un poco perdida, como si estuviera sufriendo — me enamoré de alguien mayor también, él era un amor de persona conmigo al inicio. Cuando pasó el tiempo se comportaba de una forma distinta, aún así yo lo amaba — ella lo miró fijo — hasta que vino el primer golpe, fue por algo tan insignificante, yo iba dejarlo, cuando me di cuenta de que estaba embarazada de él, mis padres se enteraron y me echaron de la casa.

Harry no sabía a que quería llegar, ¿se preocupaba de que Louis le hiciera algo?

—No tuve más que irme con él — siguió — cuando se enteró de mi embarazo su actitud cambió, todo había cambiado — Harry le estaba prestando atención, aunque no entendiera la razón por la que le estaba contando todo eso — hasta que... nos teníamos que mudar, él había ascendido. Me alejé de Diana, ella nunca lo conoció porque pasaba mucho viajando, me alejé de mi hogar. —Unas lagrimas comenzaron a asomarse y correr como cascada en sus mejillas — el día que mi cachorro nació, no lo pude conocer. Sólo me dijeron que se había ido con mi hijo, no sé cómo le hizo, solo sé que me dejó sola en ese hospital, sin mi familia y amigos. Llame a Diana y ella se encargó de que regresara y comenzar a vivir un luto. Ya nunca supe nada de él... de ellos.

Para Harry fue como un foco que se alumbró en su interior, el lugar se quedó en silencio y el no podía ni moverse.

—Yo... — tartamudeó —¿cómo se llamaba él?

Su corazón estaba palpitando tan duro que sentía que en cualquier momento se le iba a explotar.

— Nicolás Style.

Como un valde de agua helada, sintió un escalofrío pasar por todo su cuerpo.

¿Cómo tenía que sentirse? No lo sabía, no estaba feliz, tampoco triste y mucho menos enojado.

Solo comenzó a llorar negando con la cabeza, no quería ilusionarse. Pero quién más sería, no creía que hubiese más de dos Nicolás Styles. Sus manos comenzaron a temblar y Louis entró justamente en ese momento. Su mirada pasó de su tía a su novio, los dos se encontraban en el mismo estado.

—Lou — llamó casi con suplica, él alfa llegó hasta él y lo tomó en brazos para tratar de calmarlo. —Ella, papá — no podía hablar.

—shshsh cálmate amor — sabía que es lo que había pasado sin siquiera preguntar, le dio a Elena una mirada de compasión, ella ya se miraba más calmada.

Pasaron algunos minutos cuando el rizado se tranquilizó, su cara estaba empapada y sus mejillas y ojos estaban rojos.

—Harry — le llamó ella suavemente.

—No sabes lo que sufrí con él — el omega se encontraba abrazado a Louis y este le daba caricias en sus rizos —la veces que me mandaba al hospital por cualquier idiotez, me encarraba, mi madrastra y mi hermana eran malas conmigo, nadie en esa casa tuvo misericordia de mí.

—Hasta qué lo ayudé a salir del hospital, ya nos habíamos conocido en esas circunstancias — termina de explicar Louis.

Harry le contó cada cosa que hacía, ella sintió pena y culpa. Había encontrado a su hijo, por capricho del destino pasó, quizás fue muy precipitado decirlo, pero no podía dormir desde el primer día que lo vio en la casa de sus amigos. Cuando llegó a su casa ella comparó y se parecían demasiado y todo era demasiada coincidencia, su aroma eran parecido; ella olía a canela y fresas, se sabía que la mayoría de omegas heredan al aroma de sus madres.

No sabía cómo actuar, se sentía tan estúpida, estaba tan cerca y nunca pudo encontrarlos a pesar de haberlos buscado por un tiempo largo.

—Estaban tan cerca, tan ridículamente cerca, no entiendo, ni siquiera se fue del país.

—No vivíamos acá cerca hasta que él tuvo que ascender de puesto, nos tuvimos que mudar a un lugar céntrico. Papá ante la sociedad es Gael Russo, sólo los más conocidos sabían su nombre completo. Por eso es muy difícil dar con él por Nicholas Style.

—¿Es Nicholas Gael Style Russo? — Harry asintió — Harry, se que soy tu madre, lo siento y si tu me permites, nos haré una prueba para descartar cualquier duda.

—No — respondió y vio como ella se tensaba — yo... no ahora, no en este momento. Yo quiero procesar todo.

—Cariño — su voz se escuchaba como suplica — yo no quería abandonarte, te arrebataron de mis manos cuando ni si quiera pude conocer tu cara — le toca su rostro con sus manos temblorosas — verte crecer y darme la satisfacción de cuidarte, yo jamás te hubiera dejado Harry, a pesar de que no fue fuiste planeado te esperaba con tanta felicidad, que el día que te llevaron todo se quebró dentro de mí.

A Harry le dolía escuchar esas palabras, la vio a los ojos y había una pizca de ilusión entre ese mar de dolor. Odiaba a su padre, lo odiaba demasiado por haberlo separado de la mujer que lo quería, solo para castigarla. Solo era un niño.

—Él te odió tanto por haberle dado un hijo omega, esperaba que su primogénito fuera un alfa al cual pudiera moldearlo a su antojo.

—Ni si quiera pude saber cual era tu casta. — Ella vio que Louis les dio su lugar y no se metió en nada — por favor cariño, permíteme demostrarte que soy tu madre.

¿Quería seguir sufriendo? Porque desde el momento que diga que sí, todo va a cambiar. Tendría a su madre junto a él, lo que tanto anhelaba por años, por fin se iba a cumplir.

—Está bien — y una sonrisa gigante creció en Elena.

—Te prometo que recompensaré cada año en los que no te tuve en mis brazos — y lo abrazó fuerte y con lágrimas entre sus ojos.