Capítulo 3

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Y sí, el único que continúa actuando de esa forma es Jackson, también sé que no debería darle la importancia que le doy pero los lazos hacen todo más doloroso. Y pensar que solíamos ser inseparables cuando éramos pequeños. Recuerdo con un poco de nostalgia mientras me dirijo a la única clase que no comparto con la manada, latín y otras lenguas olvidadas.


— Y así es como concluimos la clase hoy. Recuerden leer О АРОТО∑ (α) y О АРОТО∑ (β) del capítulo tres.

Escucho mientras recojo me dirijo a la salida.

— Señor Stilinski, una palabra por favor. — Añade el señor Nikolaidis antes de que saliera del salón.

— ¿Sí profesor?

— He notado que mi clase no significa un desafío para usted ¿Está de acuerdo en que le haga un examen? Sólo quiere comprobar su nivel de conocimiento. —Dice con una sonrisa.

—Oh... Vaya. Eh, está bien. — Digo sorprendido.

— ¿Le parece bien la próxima clase?

—Claro ¿Eso es todo? — Digo mirando a la puerta.

— Sí, ya puede retirarse. — finaliza mientras organiza unas hojas que hay en su escritorio.



Mientras me dirijo a la cafetería pienso en lo cerca que esta el aniversario de matka (mamá), lo que soy, lo que verdaderamente ocurrió con el nogitsune, en cómo me gustaría contarle todo a la manada. Estoy cansado de cargar con estos secretos, y no estoy seguro de cuanto más pueda aguantar.

— ¡Stiles, por aquí!

Busco con mi mirada a Lydia, y la veo haciendo señas desde una de las mesas que se encuentran al lado de la salida. Me dirijo a ellos con mi máscara puesta en su sitio y una sonrisa plantada en mi rostro.

— ¿De qué me he perdido? — pregunto una vez estoy sentado.

— No mucho— Responde Isaac encogiéndose de hombros— Sólo Malia metiéndose en problemas con el señor Miller. Ya sabes, lo de siempre.

— ¡Oye! — Se queja Isaac cuando Malia lo golpea fuertemente en el brazo. — Todos sabemos que es verdad— Murmura, aunque es algo obvio que "todos" lo escuchamos.

—Sabes que él me odia— Responde Malia rodando sus ojos.

— Él no te odia. Sólo— Soy interrumpido por un gruñido y los ojos de Malia parpadeando en azul.

—Eso no es asunto tuyo Stiles. No te metas donde nadie te llama. — Masculla destilando enojo de sus palabras.

Lo único que hago es cerrar mis ojos, suspirar. De fondo escucho como todos la regañan, pero estoy cansado y prefiero no escuchar más, por lo que me pongo de pie y carraspeo un poco para llamar la atención de los chicos.

— Creo que se me está haciendo tarde para ir por mis cosas para la próxima clase... Sí, sí. Lo siento chicos, nos vemos después. — digo de forma rápida y nerviosa antes de volver mi vista y salir de la cafetería, aprieto mis puños antes de correr fuera de la escuela. Lo único que necesito en este momento es ir al nemeton, el único lugar seguro, a parte de mi casa, donde puedo cambiar.


—¡¿Pero qué carajos les pasa?!— Grita Scott una vez Stiles sale. — Estamos intentando que vuelva a confiar en nosotros, en ser una verdadera manada. Y lo único que estamos logrando es que se aparte más que antes.

—Lo sé, lo sé. Lo siento, ¿está bien? — Malia responde abruptamente.— Saben que no soy la persona con más tacto. A demás, no me gusta que critiquen mi vida académica— mientras cruza sus brazos en su pecho.

El secreto tras su miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora