Capítulo 7

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— Tato, Peter, ya me voy. Les deje desayuno en la cocina. — Grito desde el recibidor para poder despertarlos.

— Pisklę, dzisiaj zaczynamy trening. Dziękuję za śniadanie i życzę miłego dnia. (Polluelo, hoy comenzamos con el entrenamiento. Gracias por el desayuno y ten un buen día.) — Dice Noah desde su habitación.

— Que te vaya bien, cachorro. — Agrega un adormilado Peter.

Sonrío saliendo de la casa. Subo al Jeep, pongo mi playlist y salgo rumbo a la escuela. En lo que dura el recorrido, no puedo dejar de pensar en la reunión que hubo ayer en la noche en el loft ¿Fue la mejor decisión no haber asistido? Es decir, no creo que hubiera sido muy bienvenido de haber ido, probablemente Jackson, o Malia, o Kira, a quien creo que nunca le he agradado, habrían dicho algunas cosas no tan amables.

Parqueo rápidamente y corro al escuchar la campana. Afortunadamente no comparto clase con nadie de la manada hasta después del almuerzo.

— ¡Bilinski, vaya a la oficina del director! — Grita el entrenador tan pronto entro al aula.

Con una mueca por el fuerte grito, me doy rápidamente la vuelta y salgo de la clase. Que yo sepa, no me he metido en ningún problema ¿o sí? Y tampoco creo que me quiera en su oficina. Espero que no hayan llamado a papá— Rezo esperando no haberme metido en ningún problema. — Dudo un poco antes de tocar la puerta pero lo hago eventualmente.

— Adelante. — Dicen desde adentro.

Un hombre de mediana edad me recibe con una sonrisa, que hizo que bajara un poco la guardia. Asiento como saludo y me quedo parado en un

— No se quede ahí parado. Adelante, siéntese. — Tomo asiento dejando mi mochila en el suelo.

— ¿Cómo se encuentra señor Stilinski? — Comienza con curiosidad.

— Estoy bien, gracias por preguntar ¿Y usted? — Respondo un poco perdido.

— Muy bien. — Se hace un pequeño silencio en el cual el director me miro directamente a los ojos durante un corto tiempo, pero suficiente tiempo para ponerme incomodo y correr la mirada.

— Estoy orgulloso de usted, Mieczysław. Nunca tuve a un alumno tan sobresaliente como usted. — El uso de mi primer nombre por parte del Señor Allen me causo una gran confusión. Es la primera vez que alguien, a parte de mamá y papá, me dice mi nombre correctamente, pero no solo correctamente, con acento polaco. Levanto una de mis cejas y lo miro curioso. — Por sus actitudes en clase, y por las respuestas en los exámenes que ha realizado, todo el personal que le da clase en este momento piensan que sus clases no representan ningún tipo de reto para usted, por lo que les he propuesto hacer un examen general, y de acuerdo con el resultado, usted será ascendido al curso correspondiente.

De todo lo que me imaginé que diría, este escenario nunca pasó por mi mente. Retuerzo mis manos un poco inseguro antes de volver a mirarlo.

— ¿Ya se lo dijo a mi papá?

— Él sabe todo, no se preocupe. Y está totalmente de acuerdo con lo que usted decida hacer. — ¿En qué momento lo contactaron? ¿Por qué no me dijo nada? Me pregunto. De todas formas, tato es lo máximo.

— ¿Debo darle una respuesta en esta momento? — Pregunto finalmente.

— Claro que no, pero la espero para el final de la semana.

— Muchas gracias, señor Allen. — Sonrío recogiendo mis cosas.

— Una cosa antes de que se vaya. Mieczysław, alguien como usted nunca debería dejarse pisotear. — Dice crípticamente justo cuando suena la campana. — Es mejor que se apure antes de que llegue tarde a su clase con el profesor Nikolaidis. — Siento saliendo de su oficina, no sin antes escuchar — Suerte en su examen.

El secreto tras su miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora