🌿Almorzando con las hermanas vampiro, en el ojo de la ley📚

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Mi cabeza dolía y apenas podía abrir los ojos, lo último que recuerdo es que estaba en el hospital, pero olía al viejo apartamento en el que vivía con los niños y Yejun. Me desperté de golpe y fui recibida por el sonriente rostro de Yejun.

-Al fin despiertas, pensé que el médico te puso mucho sedante-Yejun estaba sentado a un lado de mi colchón.

-Yejun, ¿Que pasó?

-Hale me dijo que te sentías mal, te llevó al hospital y te desmayaste, aún así te hicieron análisis, tienes anemia, debes cuidar tu alimentación, se que es difícil en nuestra situación, pero... me parece que ya no lo será más. De verdad le gustas, eh.

-¿Que? No entiendo ¿A qué te refieres? No, espera, primero quiero saber cómo llegué aquí.

-Yo te llamé al celular, Hale me contestó y me contó lo sucedido, luego fui al hospital y juntos te trajimos aquí en el auto amarillo. Hale me dijo que te habían puesto unos calmantes porque tenías dolores.

-Si... ahora dime qué querrías decir con: "De verdad le gustas" ¿A quién?¿Por qué?

Él soltó un suspiro cansado.

-Hablo de Rosalie Hale, ella se tomó la libertad de llenar nuestro refrigerador, le dije que no era necesario, pero no me escuchó e hizo lo que le pareció.

¿Qué?¿Pero quién se cree? No, no, tal vez solo quiso ser amable... ¿Pero por qué sería amable? ¡Dios, ella es tan confusa!

-Y amm... hay algo que no te he dicho aún, son las tres de la tarde ya, ella salió a las doce para recoger a los niños del colegio y la guardería, pero aún no vuelve.

-¡¿Qué?!-me puse de pie y corrí a la puerta.

-Tus... Gabrielle-Rosalie estaba en la puerta sosteniendo a Zoe mientras Mateo y Bianca corrían por el pasillo. Ella apartó la mirada avergonzada-No llevas pantalones.

Miré mis piernas desnudas, pero no le tome mucha importancia pues al menos traía ropa interior, me encogí de hombros.

-¿Tú no tienes reloj?-ella se desconcertó con mi pregunta-Los trajiste a casa dos horas tarde, sabes que también comen, ¿no?

Puedo ser la persona más amable del mundo, pero cuando se trata de mi hermano y esas niñas puedo llegar a desconocerme. Ella lejos de ofenderse, sonrió y me extendió a Zoe.

-Ya comieron-fue su voz, tal vez su mirada sobre la mía o el pequeño roce de sus dedos con los míos al momento que tomé a Zoe. Si soy honesta, fue todo eso lo que hizo que mi corazón se acelerase-Los lleve a comer comida italiana, pensé que estaría bien, pero ahora veo que debí preguntar, incluso llamar o dejar un mensaje.

Y mi corazón se oprimió al escucharla hablar de esa forma, fui muy dura con ella.

-Rosalie...-ella me miró con seriedad, él brillo que traía cuando llegó a casa se había esfumado-La próxima vez que quieras ir con ellos a algún lado solo avísame, no me voy a negar a no ser que no sea razonable.

-¿Y eso a qué viene? Soy una desconocida, tienes razón al enojarte, no tienes por qué decirme esas cosas para que me sienta mejor.

-Pero qué dices-reí ligeramente, y me llevé un mechón de cabello tras la oreja-Somos compañeras de clase, ya los has cuidado antes como niñera eres de confianza.

-Solo por esas cosas no...

-Me has llevado al hospital, yo estaba mal, pudiste dejarme en la puerta emergencias e irte, pero no te moviste de mi lado hasta que me atendieron y llegó Yejun. Y también llenaste mi refrigerador, por cierto... no recuerdo haber tenido uno en primer lugar.

Inexorable / Rosalie Hale x ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora