🌿Jaula de oro, la libertad es dura📚

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Me gusta pasar el rato en el jardín trasero, las flores y el olor a tierra húmeda; silencio y tranquilidad, es el lugar perfecto para leer libros o descansar en el césped mirando la forma de las nubes.

-Mira, mamí, es un... un... ¡Un wou wou!-mi hermano de cuatro años señaló emocionado la nube a la que se refería y sonreí.

-Así es peque, se parece a un perrito.

-Un pellito.

Sonreí divertida pues aún no sabe pronunciar correctamente la "R".

-¡Gabrielle!-exclamó una furiosa voz masculina, me senté de inmediato. El señor Francis Wilkerson se paró frente a mí con una carta-¿Qué mierda es esto?

-Una carta, ¿me disculpas un segundo? Teo, escondí una caja de galletas en mi habitación, si la encuentras puedes quedártelas.

No hizo falta que se lo dijera dos veces, Mateo se fue corriendo emocionado a la casa.

-Ya hablamos de esto, Francis-me puse de pie y quité el polvo de mi ropa para luego mirar con calma a sus ojos furiosos-No me gusta que grites delante de mi hermano.

-Durante cuatro años me has visto la cara de idiota ¡¿Acaso no he cumplido todos tus caprichos?! ¡Responde!

-Francis...

-La ropa que llevas-rasgó mi blusa con violencia-los estilistas que te arreglan ese largo cabello-en su mano tomó un gran mechón de mi largo cabello y tiró hacia atrás para que yo lo mire-los abogados para tu padre, la medicina de tu hermano, los pequeños caprichos que se dan-con su otra mano me tomó del mentón aplastando mis mejillas con fuerza-La cama en la que duermes, el pan que te llevas a la boca, esta casa ¡Todo lo pago yo! YO ¿Y que es lo que recibo a cambio? Nada.

Veo el sobre en su mano, es del banco así que empiezo a entender de qué se trata esto.

-Solo quiero hacer lo que sueño, ya me arrebataron mi libertad no quiero...

-¡Cállate!-tras la bofetada caí al suelo y sentí que mis oídos estaban zumbando, aún así escuchaba sus palabras como un eco lejano-¿Fui yo quien te pidió matrimonio?¿Fui yo él que te obligó a casarte?¿Fui yo?

Negué.

-¿Quién fue? ¡¿Quién?!

-Mi padre-contuve mis sollozos.

Mi madre murió cuando nació Mateo, mi padre trabajaba muy duro, pero se perdía en los juegos de apuestas. Yo cuidaba de Mateo y papá...Pasado un año mi padre se endeudó y Mateo presentó problemas cardíacos, entonces lo conocí a él, Francis Wilkerson, el hombre al que mi padre debe dinero. Francis dijo que le parecía bonita, entonces mi padre me ofreció como moneda, y fui buena para que también accediera a pagar los gastos médicos de Mateo.

-¿Acaso me negué a ayudar a tu hermano?

-No lo hiciste, nos ayudaste.

-Y me lo pagas gastando mi dinero en estúpidas clases de baile, un curso de primeros auxilios, una licenciatura de traducción e interpretación ¡Estupideces! Has estado estudiando a mis espaldas cosas inútiles ¡Tres años! Me has visto la cara de idiota tres años. Incluso ahora lo sigues haciendo ¿Qué pasó quieres ser enfermera? Según esto pagaste completo y solo te falta un año ¡Con razón tan ocupada!

-Despides a las enfermeras que contrato para Mateo, yo solo...

-¡Ah! Así que ahora es mi culpa. Déjate de idioteces, Gabrielle, lo único que quería era una esposa que vaya de compras y tenga una vida fácil solamente encargándose de que los sirvientes hagan bien su trabajo, mírame-con sus fuertes manos tomó mis hombros, dolía-Has estado gastando mi dinero en esas mugrientas clases de baile ¿No es así? ¡Responde!

Inexorable / Rosalie Hale x ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora