🌿Marcas en el cuello y una horrible persecución, los vampiros existen📚

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Habían pasado dos meses desde que hablé con Rosalie, ella me buscó las primeras dos semanas y yo me mantuve firme en mi decisión. Yejun, los niños y yo vivíamos cómodamente en el departamento contiguo al de Melissa en un condominio en un barrio no tan peligroso, Melissa había sido de gran ayuda todo este tiempo.

-¿Tomarás el autobús o te recogerá tu amiga?-preguntó cizañosa mi compañera de trabajo, Amelia Pérez, una señora que al principio se mostró amable hasta que vio la pulsera en mi mano, desde entonces trabajar no solo es un cansancio físico sino que también emocional y mental.

No le di respuesta y continúe cosiendo botones.

Todos los días entramos a la fábrica y ella está asignada a mi lado, hace comentarios despectivos, presume a su familia y me crítica todo el tiempo.

-Que grosera-le dijo la señora Amelia a su amiga, la señora Felicia-Una le habla y no responde, pero que se puede esperar de alguien como ella, una degenerada.

Tomé aire buscando paciencia y luego bote el aire con un resoplido, juro que si no necesitará el trabajo ya le hubiera respondido como se merece. Lastima que en el contrato está especificado que nada de peleas o discusiones con colegas de trabajo, de lo contrario se pagará una multa de 500 dólares y el despido será automático.

Sonó el timbre y todas empezamos a salir ya muy tarde en la noche.

-Hola, preciosa-Melissa me saludó parada a un lado de su auto y me guiñó un ojo-¿Quieres ir a tomar algo antes de ir a casa?

Negué mientras me subía a su auto.

-Lo único que deseo ahora es dormir-trate de sonreírle, pero lo más seguro es que le haya lanzado una mueca, solté un bostezo.

Melissa empezó a hablar mientras conducía, yo no le prestaba mucha atención, de hecho yo estaba a punto de dormirme hasta que la extraña sensación de que alguien me observaba se hizo presente cuando nos detuvimos en un semáforo.

Sentía que me seguían y observaban desde hace más de un mes, hoy ví que no estaba loca y por el espejo del retrovisor ví una inconfundible cabellera rubia esconderse entre las sombras de un callejón.

¿Rosalie? Volteé de inmediato en esa dirección.

-¿Estás bien?¿Qué ocurre?-Melissa miró el espejo, pero ya no había nada, tan solo había sido unos microsegundos, pero yo la ví ¿Será que la falta de sueño me está jugando una mala pasada? No, yo estoy segura de lo que ví, era Rosalie, puedo jurarlo.

-No pasa nada-le resté importancia-estoy cansada y empiezo a imaginar cosas.

Melissa me sugirió descansar un momento en su auto, cerré los ojos, pero no podía dormir, solo descansaba mi vista mientras pensaba y me daba cuenta que varias cosas en mi vida se habían solucionado; por ejemplo, el caso sobre el papá de Bianca se había archivado y los de servicios sociales se hicieron más tolerantes ¿Será que Melissa tiene algo que ver en ésto?

-Llegamos-ella estacionó y me abrió la puerta de su automóvil, me ayudó a bajar y tropecé quedando más cerca a ella. Melissa se ruborizó, y yo dejé de ver sus ojos para enfocarme en sus labios, tragué grueso al recordar los besos que me dió Rosalie y me sentí caliente.

Fue tan rápido, solo quería sentir lo mismo, no pude evitar besarla. Sus labios me recibieron entusiasmados, sus manos empezaron a tocarme y me dejó sin aliento, seguramente era uno de los mejores besos que he recibido en mi vida, pero no me sentía como con Rosalie.

Nos separamos, no dije nada, simplemente me dirigí a la puerta mientras ella sacaba sus cosas del maletero, lo siguiente paso demasiado rápido como para que alguien pudiera registrarlo, pero aún así yo lo hice, lo ví tan claramente como si hubiera sucedido en cámara lenta.

Inexorable / Rosalie Hale x ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora