Inexorable / Rosalie Hale x Reader

🌿Presa del miedo,

Me levanté en la mañana por los llantos de un bebé, no sabía que mis vecinos de arriba tuvieran uno, escuché varios golpes en mi puerta, son pequeños y presurosos, así que, entendiendo la urgencia, corro hasta la entrada.

-¿Diga?-esta puerta no tiene mirador y mucho menos algún seguro, el barrio es peligroso así que tengo que ser cautelosa, más aún cuando mi hermanito está durmiendo en la única habitación al final del pasillo.

-Señorita Jhonson, ayúdeme-escuché la sollozante voz de la hija de mis vecinos de arriba, una niña de 7 años llamada Bianca, abrí de inmediato, ella sostenía al bebé que lloraba en sus brazos e ingresó corriendo-Cierre la puerta, cierrela-suplicó histérica.

Le hice caso y me acerqué. La ví con golpes, en el rostro y me sorprendió ver que sus manos estaban manchadas con sangre al igual que la manta amarilla en la que estaba el bebé.

-¿Es tu hermanito?-pregunté aún saber muy bien qué decirle, el bebé seguía llorando.

-No, no... es niña-dijo al borde de un colapso nervioso, Bianca estaba aterrada.

-¿Que ha ocurrido, Bianca?-le pedí saber ya que yo no le agradaba, siempre me hacía bromas de mal gusto o molestaba a mi hermano en las escaleras.

-Nadie nos quiso abrir la puerta-tras decir estás palabras, ella empezó a derramar lágrimas con la vista fija en mis ojos, me partía el corazón ver tanto dolor y miedo en alguien tan joven, una niña-Mi mamá murió, su esposo la mató en la noche y luego empezó a buscar en internet cómo deshacerse de un cuerpo.

Escuché violentos golpes en mi puerta, el bebé seguía llorando.

-¡Sucia rata, se que estás aquí!-el hombre tras la madera era mi vecino-¡Hay un rastro de sangre, idiota! ABRE.

La niña comenzó a hiperventilar, yo saqué mi móvil dispuesta a llamar al 911, pero la puerta estaba siendo forzada con golpes metálicos en la perilla. Seguro tenía un arma.

-Corre a la habitación de al fondo, Bianca-fui a las gavetas de la cocina y busqué algo con que defenderme-Cierra la puerta del cuarto, cambia esa mata con sangre y sal con mi hermano por las escaleras de emergencia, vayan al centro comercial más cercano y espéreme cerca a los juegos-la puerta comenzaba a ceder-Yo iré por ustedes.

Bianca asintió y corrió con su hermanita en brazos al único cuarto, ella cerró la puerta y justo en ese mismo instante mis manos tomaron un mazo de cocina.

La puerta principal fue derribada de una patada.

-¿Dónde están mis hijas?-su ropa estaba manchada de sangre y tenía un corte fresco en el rostro.

-No sé de qué me habla, señor Jones-mis manos tras la espalda temblaban mientras mis dedos se aferraban con fuerza al mazo.

-¿Dónde están?-volvió a preguntar, pero está vez se acercó intimidadome. El llanto de la bebé resonó con más fuerza y el hombre corrió al pasillo.

¡Mateo!

Mi cuerpo de alguna manera logró rebasalo y ponerse delante de él para bloquear la puerta.
El hombre y yo nos mirábamos de forma retadora hasta que un estruendoso sonido metálico se hizo escuchar por encima del llanto de la bebé.

-Te dije, no funcionan-escuché la voz de mi hermano-Las escalelas están viejas.

Entonces el hombre quiso hacerme a un lado, yo no lo permití. Luchamos, pero no como lo harían dos profesionales en karate o boxeo, ni siquiera en capoeira; el señor Jones y yo luchamos como una mujer y un hombre en una pelea doméstica y de alguna extraña forma logré sacarlo del pasillo.

Mi mano soltó el mazo cuando recibí un fuerte puñetazo. El señor Jones me golpeó nuevamente pero está vez logró tirarme al suelo, ya no podía seguir de pie y con los ojos entrecerrados del dolor ví que de su bolsillo sacaba balas y un revólver. Aterrada obligué a mi cuerpo a levantarse rápidamente y empezamos a forcejear.

Tres disparos resonaron.

Mi vecino se desplomó en el suelo dejando un charco de sangre.

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Feliz Jueves, nos vemos el viernes de la semana que viene🙌✨