capitulo 7

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/ Pov Val /


La luz de día se hacia presente en el campamento cerca del bosque encantado la noche helada por fin había pasado, como era normal una hermosa mujer de cabello color miel abría los ojos por los rayos del sol que deslumbraban sobre su rostro.

Rara vez el sol se mostraba de ese lado de la muralla, esta con un pequeño bostezo se fue levantando de el lecho donde estaba dormida, las gruesas pieles la mantenían caliente, una vez mas Jarl no regreso a dormir esa noche.

Val intento ajustar su visión miro durante unos momentos su campaña para dormir, desde hace unos días Jarl se comportaba distante y frio con ella, pero debe ser por todo el peso que tendrán sus acciones, ellos deben subir por el muro y ayudar al equipo de avanzada para abrir la puerta del Castillo Negro y dejarlos pasar.

Val se levanto con cierta pereza pero su animo cambio erráticamente al recordar que su hermana Dalla estaba a días de dar a luz a un pequeño, el problema es que aun estaban del lado equivocado de la muralla era riesgoso que Dalla de a luz antes de la guerra por la caída del Muro.

Pues en cualquier momento los otros podrían atacarlos necesitaban cruzar ya, pero no todo había sido malo en esperar, la paciencia siempre has sido la recompensa, Dalla siempre se lo recuerda hay que ser pacientes. 

Desde hace unos días fue como si tuviera mucha mas libertad y pasaba todo su tiempo con Dalla y Harma, Varamyr a veces la iba a ver para hablar de cualquier cosa mientras esperaban ordenes para poder atacar, como era costumbre ella afilaba sus cuchillos para estar tan bien preparada para desplumar a los cuervos.

Con un toque emocionada de ver a los cuervos sufrir una vez tomen su preciada Muralla, imaginando como serían los castillos de pierda de los arrodillados sureños, pero recordando aquel chico de cabello negro y ojos casi plateados, Val solo arrugo su cien al recordar a ese cambia capas.

Val amarro su largo cabello de color miel en una coleta para que su cabello no estuviera libre, se puso su piel de oso blanco para el frio que hacía esa mañana, aun si la noche había pasado cálida esta mañana era mas fría de los anteriores días.

Como siempre vestía pieles de colores blancos y acomodando sus cuchillos en una de sus botas, en su cintura incluso en las mangas de su mano, ella sonrió satisfecha al sentirse completa en tanto sacaba su daga debajo de su almohada.

Tenia que estar preparada para todo momento, muchos exploradores habían notificado ojos azules eran vistos por las noches, seres de hielo con armaduras azules merodeaban el campamento, pero nunca se acercaban demasiado eran muy silenciosos casi imperceptibles de saber si alguno estuviera ahí o no.

La nieve borraba constantemente sus pasos, no se les podía rastrear de forma tradicional,  ni acabar con ellos sin que mas de una centena muera en el intento y se vuelvan como ellos, no tienen suficiente grasa de morsa para hacer fuego tampoco.

Eso solo hacía que la urgencia por cruzar el muro aumentara, los avistamientos cada vez mas aumentaban exploradores desaparecidos o muertos ese era el punto de quiebre para la espera, lideres de clanes se reunían con Mance para empezar a movilizar el ejercito que se había reunido, una razón para ello la comida estaba por acabarse y escaecería el agua en uno o dos días.

Con eso en mente Val salió de su tienda para dirigirse a donde estaba su querida hermana, al pasar por tantas campañas era inevitable que todos los hombres de estas la mirasen y la codiciasen con sus ojos, si las miradas pudieran hacer cosas mágicas ella estaría ya completamente desnuda para que todos ellos intentaran probar un poco de la lechosa piel de Val, robar lo que consideraban lo mas importante de una mujer y plantar una semilla en ella.

Reyes, Locura y CenizasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora