capitulo 22

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/ Melisandre /



Las llamas se arremolinaban en el brasero, en las llamas solo le mostraban calaveras y hielo, solo muerte con ojos azules, miro tantas veces en las llamas y todas esas veces era lo mismo, hielo y muerte...

Pidió una salida una respuesta para que su Azor Ahai saliera victorioso, uno y otra vez la imagen del bastardo aparecía, rodeado en llamas brillando con luz en la oscuridad, replanteándose una y otra vez la profecía.

Tal ves la profecía no podía ser interpretada tan especifica, tal ves el símbolo de una espada en llamas no sea tan literal, tal ves la espada que brilla en la oscuridad sea una persona, un bastardo.... un hijo no nacido en el matrimonio...

Un bello Bastardo con rulos negros, con los ojos grises, con la fuerza de cien hombres, ¿Habrá un hombre tan bello como el en este mundo ? Desde que lo conoce no ha sido mas que una fuente de interés para ella.

Su llegada al muro no ha hecho mas que fortalecerla, grande fue la sabiduría que levanto el muro, grande los hechizos entre su hielo, tan grande fue su recibimiento que el muro brillo de alegría por ellos, la llegada de Azor Ahai...

Tal vez dadora de luz no sea una espada tan literal, puede ser una locura... pero el bastardo tiene que ver con su Dios eso es seguro, su magia se agita cuando esta cerca, su vientre brinca de emoción deseoso de su semilla, algo que nunca antes había pasado ni con su Rey.

Simplemente lo desea... tal vez esto es lo que llaman los hombres amor a primera vista, casi la luna entera desde que llego y ese hombre no sale de su cabeza, reboza magia como ninguno, tan fuerte como un centenar de hombres.

El mas bello de los hombres ante su ojos, que hace que por las noches su respiración se acelere, sus mejillas se pongan rojas y el olor vibrante del deseo inunde su habitación, pensando en el... deseando beber del sudor de su cuerpo...

Ahora ese magnifico hombre esta en una prisión de hielo donde puede morir por la heridas y el frío, su cuerpo le grita que vaya, que se acerqué a el y ella le de su calor, que su vientre lo arrope a el y a su semilla, que sean sus besos los que curen sus heridas...

Que cuando amanezca el este adentro de ella... que sea ese hombre suyo, que pueda sentir su lengua luchando con la suya, pero su cordura regresa y le advierte que si lo hace estará traicionando a su principe, que estará traicionado a Azor Ahai...

Ruega al señor de la luz su protección, ruega que su lealtad a su Dios sea recompensada, que le de a ese bastardo solo a ella, para que cuando la larga noche sea superada en su vientre se llene de su semilla una y otra vez y de a vida algo mejor.

Ella misma se encontraba suspirando una y otra vez con el corazón lleno de preocupación encendiendo las velas constantemente de su habitación para que no haya sombra alguna en ella, la noche paso larga y desesperada...

A los primeros rayos del sol ella salió de su habitación solo para encontrarse a Devan en la entrada de su puerta, se veía agotado con ojeras en los ojos, olía a cerveza y estaba completamente desarreglado.

- Mi señora el rey desea verla en su recamara habrá una reunión de urgencia - ella asintió y se encamino para ver al rey.

Mordiéndose los labios mirando a donde se lo habían llevado, camino altiva con orgullo con las manos cruzadas frente, sus collar de rubí brillo con molestia servía a Azor Ahai pero ese bello bastardo la volverá loca si no se asegura que aun vive.

Reyes, Locura y CenizasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora