Todos en el coche íbamos en completo silencio. Yuki y Carlos intentaban aligerar el ambiente con uno que otro comentario, pero yo estaba tan absorto en mis pensamientos que apenas les presté atención.No quería pensar en esos idiotas y mucho menos en el beso que le di al imbécil de Max.
¿Estás bien? - Esteban me preguntó, sacándome de mis pensamientos.
Asentí. - Sí, gracias por defenderme.
Ni siquiera entiendo de dónde salieron esos cabrones, nadie los invitó. - Esteban maldijo.
No debiste... - lo miré seriamente. - ya sabes... pelearte con un idiota.
Y hablando de idiotas.
Mi rostro palideció cuando unos fuertes sonidos de motos nos interrumpieron. Esteban, asustado, aceleró el coche a toda velocidad. Miré a Yuki y a Carlos, que iban asomados en la ventana, sonriéndoles y saludando a esos idiotas.
¡Metan la cabeza! - les grité asustado, mientras trataba de regular mi respiración.
¡Mierda, esos hijos de puta nos están siguiendo! - Esteban dijo, acelerando aún más.
El grupo de Max y él se acercaron al coche, comenzando a dañarlo. Le daban golpes a la puerta y a los vidrios. Yuki y Carlos se acurrucaron en medio de los asientos con miedo, mientras yo les gritaba que se detuvieran. Esteban frenó, haciendo que uno de los amigos de Max se chocara contra el coche y casi lo atropellarán. Fue entonces cuando pudimos perderlos de vista.
Mi corazón latía fuertemente, mis manos temblaban y sudaban. Volví a mirar a Carlos y a Yuki, quienes tenían los ojos llorosos.
-¡Ese al que casi atropellas es Pierre! - Yuki le gritó a Esteban, y Carlos trató de calmarlo.
-Yuki, tú sabes que si Esteban no lo hacía, nos habrían matado a nosotros. - Carlos defendió.
Comencé a respirar con normalidad y tranquilidad al haberlos perdido, pero nuestra paz no duró mucho. Max se acercó rápidamente en su moto, con la mandíbula tensa y los nudillos blancos por la fuerza con la que estaba apretando el manubrio. Se veía increíblemente atractivo con esa chaqueta de cuero que tenía puesta, ya que no llevaba camisa. Dejé de lado esos pensamientos al ver cómo Max detuvo la moto justo en frente del auto, por lo que Esteban no tuvo más opción que frenar en seco.
-¿Qué es lo que quieres, imbécil? - le grité tan enfadado que casi me quedó sin voz.
-Dices que soy un imbécil, pero bien que te besaste con este imbécil.- dijo con una sonrisa de lado. - No te metas en esto, feo.
Esteban me miró dolido al escuchar las palabras del neerlandés. Max agarró la camisa de Esteban y lo sacó del auto, comenzando a golpearlo.
-¿QUÉ HACES?, ¡DÉJALO EN PAZ!.- grité de nuevo.
Yuki y Carlos estaban escondidos dentro del carro mientras yo me subía sobre el hombro de Max, intentando ahorcarlo con todas mis fuerzas. Pero al parecer no le hacía ningún daño, lo que solo provocó la risa de Max. Finalmente, se apartó de Esteban para quitarme de encima de él. Esteban vió la oportunidad y se fue rápidamente en su auto, con Yuki y Carlos en él, solté un grito al ver que me habían dejado solo a mitad de la calle, esperaba de todo menos que los tres me dejaran tirado con este idiota.
Max me bajó de su espalda, y yo me quedé frustrado mirando a la nada, esperando que regresaran por mí. Carlos no podía ser tan idiota como para dejar a su hermano tirado, ¿verdad?. Max aprovechó para reírse de mí, nunca lo había visto reírse con tanta intensidad.
-¿Esos eran tu novio y tu hermano?.- preguntó aún riéndose. - Te han dejado tirado.
-Si no me lo dices, no me doy cuenta - dije con brusquedad. - ¡Además, es por tu culpa que estoy aquí!.
-¿Por mi culpa? - volvió a preguntar sin dejar de reírse.
-Sí, por tu culpa. Eres un bruto, una bestia, un imbécil - dije aún más enojado. - Te pasaste toda la noche molestándome.
-No te vi tan enojado cuando nos besamos - respondió burlonamente.
Desvié mi mirada de la suya, sintiendo cómo me observaba de arriba abajo con una sonrisa que me enfurecía aún más.
-Está bien, que te vaya bien de regreso a casa, feo - dijo, preparando su casco para irse en su moto.
-¡Espera! - pedí.- ¿Cómo voy a regresar a mi casa?
-Caminando, ¿no es obvio?.
Lo miré con tanto coraje que, si las miradas mataran, él ya estaría a tres metros bajo tierra. Miré a mi alrededor y me di cuenta de que ya eran pasadas las tres de la mañana. Mi teléfono estaba en el auto de Esteban, y no tenía forma de pedir ayuda.
-Déjame subir en la moto - pedí suplicante.
-¿Cómo? - preguntó haciéndose el desentendido.
-Que me dejes subir en la moto - volví a pedir.
-A ver, dices que soy un bestia y un bruto, ¿verdad? - preguntó mirándome. - No puedo permitir que alguien así te lleve a casa, y lo hago por tu bien, ¿vale? - Max se puso el casco. - Mañana te arrepentirás de no haber sido coherente.
Max estaba a punto de arrancar la moto cuando vi un auto acercándose a lo lejos. Me acerqué a la calle para intentar detenerlo y que me llevara, pero resultó ser solo un hombre pervertido al que Max ahuyentó al instante.
-Me das lástima. Anda, súbete - dijo.
Sin dudarlo, me subí detrás de él, agarrándolo por la cintura para no caerme. El viaje transcurrió en completo silencio, y al llegar a mi casa, lo miré mal mientras entraba. Él me miró burlonamente, así que le saqué el dedo.
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A 3MSC|| Chestappen
RomanceEste fic está inspirado en tres metros sobre el cielo, Max es un motero y Checo un niño de casa.