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Después de la escuela, me encontraba entretenido charlando con Yuki, George y Carlos. Pato y Lance se habían marchado a casa por asuntos personales y porque todavía seguían crudos.

-Te lo digo en serio, creo que me enamoré de él.- Yuki confesó con una sonrisa tonta en el rostro.

-Pero si nos estás diciendo que te robó el celular.- molesto, respondí.

-No solo el celular, también se robó mi corazón.- el japonés soltó un suspiro de enamorado.

-Pero tú eres idiota.- solté estresado.

-¡AHHHH, allá está mi amado!.- gritó George cerca de mi oído al ver a un chico moreno que estaba recargado en una moto, a lado de él se encontraban tres chicos más .

Solté un suspiro pesado al ver cómo George corría escaleras abajo para abrazar al moreno. Inconscientemente, sonreí al ver cómo el moreno abrazaba a George y le daba un beso en la mejilla. Era el único que no había hecho nada cuestionable en esa fiesta. Sin embargo, mi sonrisa se desvaneció al llegar a su lado y ver al dueño de mis pesadillas, Max, sonriéndome con burla.

-Vaya, pero si es el feo de Sergio.- soltó con burla.

Lo miré con desprecio mientras intentaba ignorar sus comentarios tontos. Busqué a Yuki y a Carlos con la vista, pero ya estaban ocupados besándose con los otros dos chicos.

-Tú y yo podríamos estar haciendo lo mismo.- Max intento coquetear conmigo.

-No, gracias, no me gusta besar a chicos que casi matan a mis amigos.- rechacé con firmeza.

-¡Pero eso no decías esa noche que nos dimos el baño de espuma mientras nos besábamos!.- gritó burlonamente al ver cómo varios chicos pasaban a un lado de nosotros, los chicos nos miraron confundidos.

-Shhh, eso fue un accidente.- justifiqué haciendo reír con ganas a Max.

-Ay, feo, yo sé que sentiste algo cuando me viste llegar.

-Lo único que sentí fue asco y risa, ¿quién anda en moto sin camisa y con una chamarra de cuero?.- pregunté riéndome de la expresión de sorpresa de Max.

Max estaba apunto de responder, pero se quedó callado al escuchar cómo Yuki y el supuesto Pierre concordaban en una cita doble con Carlos y Charles, el mejor amigo de Max.

-Deberías venir con nosotros, Checo, así pasas más tiempo con Max.- Charles propuso pero solo me reí.

-No gracias. Tengo que hacer mucha tarea hoy.- mentí.- Bueno, debo irme.- me despedí de todos con un beso en la mejilla, excepto de Max, a quién simplemente miré con desprecio.

-Tarde o temprano vendrás rogándome por un beso.- Max gritó mientras me alejaba, lo que hizo que más estudiantes nos miraran con el ceño fruncido.

Avergonzado, corrí hacia el coche de mi padre, y le mentí diciendo que Carlos tenía una cita con un nuevo novio que parecía un buen chico, cuando en realidad era un tipo problemático. Ojalá mi padre no supiera que era un vendedor de drogas.










El joven mexicano se encontraba en su habitación, viendo una película de terror

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El joven mexicano se encontraba en su habitación, viendo una película de terror. Había terminado sus tareas hace un rato y se había dado una ducha. De repente, se sobresaltó al escuchar su teléfono sonar, por lo que se levantó de la cama para contestar, escuchando la voz de la madre de George al otro lado de la línea.

-Hola, corazón, George me dijo que estaría contigo... ¿sigue ahí?.- La amable mujer preguntó con preocupación.

Sergio, todavía sorprendido, se atragantó con una palomita que tenía en la boca. Tras beber algo para recuperarse, respondió con nerviosismo:

-Sí, está aquí. Acabamos de terminar la tarea hace media hora. ¿Quiere que lo despierte y se lo pase?.

-No cariño, muchas gracias, dile que puede volver mañana por la mañana.- la mujer se despidió y colgó.

Checo dejó el teléfono en la mesita de noche, se acercó a su armario y escogió un pantalón caqui junto con una camisa blanca de manga larga. Se subió las mangas de la camisa hasta dejarlas un poco por debajo de los codos, se acomodó el cabello y salió en su coche rumbo a una de las fiestas que Max organizaba para celebrar sus victorias en las carreras de motos, o al menos eso le había dicho Carlos.

Cuando llegó a la fiesta, sintió todas las miradas posadas en él. Un chico lo miró fijamente y se humedeció los labios con la lengua. Con miedo y temor, continuó caminando hacia el interior de la casa y, en la distancia, vio a su hermano Carlos besándose apasionadamente con Charles en una esquina de la habitación.

Entonces, sintió unas manos en su cintura y al girar la cabeza, notó cómo los ojos azules de Max lo miraban intensamente. Max tenía las pupilas dilatadas y el cabello despeinado.

-Si vuelves a vestirte así cuando esté cerca, te prometo que no podré resistir las ganas de hacerte el amor.- Max susurró en un tono lo suficientemente alto para que lo escuchara por encima del ruido de la música.

A 3MSC|| ChestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora