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Nervioso, Sergio respiró agitadamente, su corazón latía fuertemente; esperaba no morir esa noche. Su preocupación se elevó al escuchar como la voz de un chico por megáfono se unió a los demás, anunciando el inicio de la carrera. Cerró los ojos con fuerza, rezando en su mente mientras la tensión aumentaba. Un grito escapó de él cuando la competencia comenzó y Fernando, con furia, arrancó la moto.

Sergio abrió los ojos, buscando a Max con la mirada, pero no lo encontró. Intentó mirar hacia atrás y lo vio apenas unos segundos por delante. Sin darse cuenta de cuándo Fernando aceleró la moto, ni seguro de cuánto más podía resistir en ella, se percató de que ya estaban muy cerca de Max y Dona.

—No quiero morir... —murmuró para sí mismo, pero al escuchar una risa proveniente de Fernando, supuso que lo había oído.

-No morirás. Primero tu novio me mata antes de que te pase algo.- respondió Fernando con burla en su voz, sin apartar la mirada del camino. Aceleró aún más, y se perdieron en un callejón junto con los demás corredores.

El mexicano soltó un suspiro nervioso, liberando el aire atrapado en sus pulmones. Volvió a mirar a Max, cuya expresión furiosa se mantenía fija en el camino. Mientras tanto, Dona, la chica agarrada a él, le lanzó una sonrisa burlona, abrazándolo aún más y dejando un beso en su espalda. Esto enfureció a Sergio, cuya mirada se apartó de ellos al escuchar unos gritos, solo para presenciar cómo una pareja derrapaba de la moto, dejando tras de sí un rastro espantoso de sangre. La escena dejó a Checo con ganas de llorar mientras se alejaban, sumergiéndose en un ambiente tenso y cargado de emociones.

-¡Para!.- gritó Sergio, haciendo que Fernando frenara confundido. Al ver la misma escena que Sergio, rápidamente fueron a ayudar a los dos heridos.

-Sergio, necesito que te vayas, debo llevarla al hospital.- soltó el español de golpe, mientras él y el chico menos herido subían a la chica en la parte trasera de la moto.

Sergio estuvo a punto de asentir cuando escuchó el sonido de las sirenas policiales y vio a todos huir del lugar. Cuando estaba a punto de reclamarle a Fernando, se dio cuenta de que el chico ya no estaba. Intentó correr, pero un policía se le acercó dispuesto a detenerlo y llevarlo a la cárcel.

-No puedes huir.- dijo el policía con voz ronca mientras le ponía unas esposas, sumiendo a Sergio en un dilema tenso y sin escape.

-No, no sabe con quién se está metiendo. Yo no puedo ir a la cárcel.- respondió Sergio bruscamente, tratando de infundir miedo al policía para que lo soltara.

-De seguro no eres nadie. Si estás aquí en carreras clandestinas, es por eso.- replicó el policía, sin inmutarse.

-Mis padres son de los hombres más influyentes de este país. ¡Suélteme!.- reclamó Sergio, frustrado al ver que sus intentos no tenían efecto. El policía murmuró algo antes de caer inconsciente debido a un golpe.

-Max...-soltó Sergio con alegría al ver a su novio, quien era el responsable de haber dejado inconsciente al policía.

-Súbete feo.- dijo Max rápidamente. Sergio subió a la moto con dificultad debido a las esposas, que Max le quitó de un tirón, permitiéndole agarrarlo fuertemente de la cintura mientras arrancaba, pasando junto a varios policías que intentaban detenerlos.

-Cúbrete la cara.- pidió Max, dejando a Sergio confundido. El mexicano hizo caso, recostando el rostro en la espalda de su novio, dejando visible solo la mitad de su rostro.

Soltó una risa al sentir un fuerte flash en su rostro. Al recuperar un poco la visión, se dio cuenta de que les habían tomado una foto que seguramente publicarían en el periódico o en Twitter como "jovencitos fugitivos en carrera clandestina". Imaginó la reacción molesta de su padre Toto y la felicitación de Christian por seguir sus mismos pasos de la juventud. Soltó una risa inconsciente, captando la mirada de Max por unos segundos antes de que regresara  su vista a la carretera.

A 3MSC|| ChestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora