Cuando Charlie comenzó la universidad, e iba a la misma que la mía, decidimos convivir en la misma casa durante el tiempo en el que ambos decidamos hacerlo. El lugar, se ubicaba cerca de la institución, dato interesante ya que ambos queríamos que así fuese. Y debido a la gran sorpresa del padre de Charlie, quien nos regaló su vehículo para hacernos más fácil todo tipo de trayecto, nos sentíamos muy cómodos con esta nueva etapa.
Estábamos apilando las cajas con nuestras pertenencias en todo lugar que fuese posible dentro de nuestro nuevo hogar. Mi novio, bufando por no querer cargar mucho peso, a pesar de su incomodidad, no abandonó la actividad ni un solo segundo hasta estar seguros de haber terminado.
Cuando la última caja fue posicionada en el suelo, hice una fugaz mirada al gran desorden que teníamos.
Y luego, lo miré a él.
—¿Cansado? —pregunté, sonriendo levemente al ver la carita de sufrimiento llena en sudor de Charlie.
—Tú... ¿no? —respondió él, frunciendo el ceño.
—Sí —dije acercándome a él—, pero queda mucho por hacer...
Al ver que me acercaba, Charlie comenzó a retroceder al mismo ritmo de mis pasos, queriendo escapar de la inminente situación que se avecinaba.
—No quiero besos, Nick —explicó. Sin sacarme la mirada de encima. —Sabes que detesto el sudor. Me siento asqueroso.
Mi sonrisa gigante demostraba hacer caso omiso a su petición, y mis pasos, comenzaron a aumentar su ritmo, hasta que Charlie se chocó contra la puerta, cerrada, que daba a su única salida.
—¡Uuups! —dije en un tono suave de voz.
Lo miré con una ceja arqueada, observando cómo su rostro cambiaba sus facciones para mostrar diversión al notar que no me importaba el contexto de absolutamente nada si se trataba de tener que besarlo. Esa acción en mi mente, cada vez que se aparecía en ella, era algo imposible de omitir.
Lo besé tan apasionadamente, agarrando tan fuerte su delgada y cómoda cintura, que el escape de un jadeo de parte de mi novio interrumpió la atmósfera romántica que se había creado. Sabía que ese tipo de besos hacían que Charlie se llenara de vergüenza por los inesperados ruidos que emitía, pero me encantaban en demasía.
—Deja de hacerme eso...
—¿Besarte? Nunca —respondí, plantándole otro beso para luego irme a la pila más alta de cajas y empezar a desempacar.
Charlie se quedó en el mismo lugar, enfocando su vista en lo que yo hacía. Sabía que estaba cansado, que se sentía incómodo, y que teníamos mucho por hacer, y eso podría explicar lo que la expresión de su rostro mostraba.
Minutos después de que mis manos se pusieron a la obra, intentando con rapidez quitar de las cajas todas nuestras cosas y a la vez acomodarlas en los muebles, Charlie se movió, acercándose a mí e interrumpiendo lo que hacía al posar sus manos en mis hombros.
—Me daré una rápida ducha, y luego hacemos esto juntos —afirmó.
Mientras seguía agachado, levanté mi cabeza y la vista para poder apreciar su hermoso rostro. Él acercó sus labios a los míos y me regaló un beso. Lo que mi mente esperaba que sucediera.
Cuando Charlie se retiró de la sala principal, seguí quitando cosas de las cajas, intentando amortiguar con un poco más de trabajo el excesivo cansancio que mi novio iba a tener al final del día. Y mientras mis manos y piernas se movían con rapidez, tuve que detenerme por completo al notar que en una de las cajas un papel perfectamente doblado sobresalía de una agenda que no era mía.
Intenté ser respetuoso al pensar que no era de mi incumbencia aquello que estaba escrito en ese papel, pero el hecho de que la fuerte tinta sobrepasaba hacia el otro lado del blanco papel doblado, hacía que aumentara mi curiosidad.
Miré hacia atrás, buscando a mi novio, y al notar su ausencia, tomé con apuro aquél papel misterioso para leerlo.
El inicio de todo ese texto, ya podría adentrarnos en la negatividad.
"No creo poder estar preparado para tantos cambios, no en tan poco tiempo. No sé cómo mi mente va a reaccionar en esta nueva etapa en la universidad. Mi mente es muy engañosa, cruel y manipuladora.
Quiero que no aparezca ese típico sabotaje que siempre me tiene preparado cuando menos lo necesito. Y hoy, que voy a comenzar a vivir como realmente siento que quiero vivir, ojalá mi mente solo se concentre en Nick, el amor de mi vida. Porque él es el único motivo por el cual la felicidad dura más de lo normal, incluso prometiendo ser eterna.
No quiero tener que luchar contra el miedo y la felicidad, quiero disfrutar ser feliz con ausencia total del miedo, sin que éste, esté un paso atrás a mis espaldas, esperando una mínima distracción para que pueda notarlo. Hoy quiero ser feliz, concentrarme en Nick.
Me encantaría poder disimular lo aterrador que me siento por no saber qué va a pasar conmigo en la universidad. No sé si me va a gustar, no sé si viviré lo mismo o algo peor que en la secundaria, o si todo va a estar bien. El no saber nada, me deja en la nada, y sentirte en la nada a veces puede ser horrible.
¿Y si mi ansiedad me hace querer dejar de comer otra vez? ¿Y si lastimo a Nick con estos problemas que no sé manejar? ¿Y si el miedo me quiere paralizar otra vez? ¿Cómo podría afrontar otra vez todo este lío mental?
Solo te pido, miedo, que me ataques a mí, sin dejar que los demás te noten, porque si pude combatirte otra vez y ganar, una revancha puede hacerme más fuerte."Cuando mis ojos terminaron de leer con una vista borrosa aquellas palabras escritas, mi mente gritó, tanto... que pude sentir que la fuerza de ese grito empujaron las lágrimas estancadas en mis ojos para hacerlas caer por mis mejillas.
Y sé, que esa tristeza que pude sentir al entender por qué Charlie había tenido una expresión extraña durante todo el día, me impulsó a querer demostrarle que ahora mismo no estaba solo en lo que estaba pasando. Y de haber sabido que su actitud y ánimo estaban siendo víctimas de cambios por el miedo, hubiera elegido otro día para mudarnos y antes de ello trabajar juntos en su bienestar.
Porque si él supiera con certeza lo recíproco que es ese sentimiento de felicidad que siente conmigo, no habría lugar a miedos, porque también sabría que ahora mismo no está solo, y jamás lo va a estar. Ese miedo que lo quiere asustar, a mí no me asusta, y también puedo ayudarlo a vencerlo con más facilidad.—¿Te sientes bien? —dijo una voz conocida a mis espaldas.
Me puse de pie, sin disimular la humedad en mi rostro, y me acerqué a esa persona con premura.
—Ahora somos dos contra uno, chiquito...
Y sin decir más nada, Charlie me abrazo con fuerza, apoyando su cabeza en uno de mis hombros luego de que yo envolviera su cintura con mis brazos. Pude darme cuenta de que había entendido de lo que hablaba cuando escuché su primer sollozo.
![](https://img.wattpad.com/cover/310997694-288-k954777.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Heartstopper - Historias breves
FanficEste solo es un fanfic conformado por breves historias ambientadas en el cómic y serie Heartstopper.