"Isaac"

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Estaba tan absorto leyendo el nuevo libro mientras estaba reunido con mis amigos, que no me había dado cuenta en varias ocasiones de que ellos me dirigían la palabra. Tampoco de que ya había leído sesenta páginas y este nuevo viaje lo había comenzado hace tres horas.

Leer era una de las cosas que más me gustaba hacer, y últimamente lo hacía con más frecuencia por varios motivos. El primero, es por escapar de la realidad y sumergirme en distintos mundos, algo que me fascinaba sentir ya que me hacía sentir especial. El segundo, es porque leer nutría mi mente y hacía que me imaginación se expandiera. Y el tercero, es por un hecho algo vergonzoso que no era capaz de admitir ni siquiera frente a las personas que me conocen: distraerme para no estar pendiente de las parejas que conozco para no admirarlas de sobremanera.

Sí, en varias ocasiones, he escrito breves historias donde los personajes principales que se sumergían en un puro amor infinito eran basados en parejas que conocía. Verlas e incluso presenciar el inicio y desarrollo de sus hermosos vínculos me inspiraban demasiado.

—¡Isaac! —llamó Elle, estaba frente a mí, chasqueando sus dedos para llamar mi atención.

No quería ver cómo su otra mano acariciaba con delicadeza la mano de su novio. Tampoco quería notar la otra burbuja de amor donde Charlie se encontraba recostado en las piernas de Nick mientras este último le acariciaba el pelo y le sonreía con ternura. Pero no pude evitarlo.

Dediqué una sonrisa a mi amiga, y ella siguió hablando.

—¿Podrías prestarme un poco de atención, por favor?

Con pena, cerré el libro en mis manos y lo dejé a un lado. Elle y su novio sonrieron al mismo tiempo mientras me observaban hacer caso a la petición.

—¿De qué me perdí? —pregunté.

Una risa colectiva de todo el grupo me contagió al instante. Ya estaban acostumbrados a ser un poco ignorados por culpa de mis libros. Es algo que, por suerte, no les molestaba.

—Hablábamos de hacer hoy una noche de películas en casa de Tao... Pero esta vez con un nuevo integrante —contestó ella. Supe de quién se trataba cuando dirigió su mirada en dirección a la otra burbuja de amor.

Sumar a Nick a nuestras noches de películas me parecía algo estupendo. Sabía que a Charlie le encantaba la idea de integrar a su novio en nuestro grupo, y también que el resto estaba feliz de mantener un vínculo sano entre todos.

—¡Claro, me apunto!

Luego de decir esas palabras, me puse a pensar en que si alguna de esas películas iba a ser romántica, todos iban a estar acaramelados o con ganas de abrazarse mientras yo estaría en una lucha interna entre querer y no querer escribir sobre ellos. Hasta ahora, no lo había hecho por miedo a que se sintiera raro si se llegara a descubrir que escribo historias sobre mis cuatro amigos.

—¿Qué tipo de películas veremos? —pregunté para cerciorarme.

—Esta vez le toca a Charlie elegir el género y título —respondió Tao.

Definitivamente había perdido.

Luego de la reunión en el parque con mis amigos, volví a casa para ayudar a mis padres con los quehaceres del hogar y tomarme otras horas de lectura de mi corto libro. Habíamos pactado quedar en casa de Tao a las 21:0 p.m. y faltaban dos horas para que eso sucediera.

Me di una relajante ducha, elegí la ropa que iba a usar, y apronté mi mochila. Cuando terminé de guardar los snacks fui en busca de mi libro para leer en caso de emergencias, y al agarrarlo me di cuenta de que ya lo había leído por completo.

Fue casi un ataque de desesperación cuando entendí que faltaba solamente media hora para reunirme nuevamente con mis amigos al ver el reloj en la pared de mi habitación. Media hora que no alcanzaba para pasar en busca de otro libro en la librería ya que era muy tarde y el tiempo que me quedaba apenas me daba para ser puntual.

Odiaba releer libros porque pensaba que hacerlo me quitaba tiempo de disfrutar otra historia desconocida, así que fui a la sala de mi hogar y comencé a buscar con apuro algo que leer en los estantes de los muebles.

Me decepcioné mucho cuando los pocos libros que allí habían tenían títulos como: "Cómo cocinar con el alma", "Elige tu casa ideal", "Cuánto corre un avestruz" y "Mecánica para novatos". Y antes de tomarme el tiempo de preguntarme seriamente quién leía ese tipo de cosas en esta casa, me limité a saludar con un grito a mis padres y me dirigí a casa de Tao.

Tengo la suerte de no vivir tan lejos de casa de mi amigo, sino hubiera hecho otra cosa que también detestaba que era la impuntualidad. Y gracias a ello, llegué cinco minutos antes.

Me mantuve parado frente a la puerta luego de tocar timbre, hasta que dos personas con diferencia de altura se asomaron para abrirme.

—¡Isaac!

Charlie y Tao me recibieron con un abrazo en modo de saludo, y luego subimos juntos las escaleras para adentrarnos en la habitación del anfitrión.

—Ponte cómodo... —sugirió Tao.

Encima de la cama, estaban sentados Elle y Nick charlando sobre cosas que apenas podía lograr escuchar. Cuando notaron mi presencia en el lugar se acercaron a saludarme de igual manera que los otros dos chicos.

—¡Qué bien te ves! —halagó Nick. Paseando su mirada en mi atuendo que, al parecer, estaba destacándose.

—Gracias... también... ¿ustedes? —dije confuso.

Todos vestían de pijamas, lo cual indicaba que ya estaban listos para comenzar la noche de películas, así que me quité mi mochila y saqué dentro de ella el mío. Me retiré un momento para ir a cambiarme al baño, y luego volví a la habitación.

Esta vez estaban acomodados sentados en el suelo, las dos burbujas de amor nuevamente comenzaron a formarse cuando vi que Tao abrazaba a Elle con un brazo por encima de sus hombros, y Nick hacía lo mismo con Charlie.

Habían dejado un espacio en medio para que yo pudiera sentarme allí. Decidí sentarme en el lugar sugerido, pero antes de que Charlie moviera un solo músculo hablé.

—¿Podemos ver algo de terror? Hace mucho no me asusto con una película de esas...

Deseaba con tanta intensidad que Charlie respondiera positivamente a eso, que era notoria hasta en el brillo de mis ojos mientras lo miraban fijamente sin parpadear.

—Veremos "Bajo la misma estrella". —anunció él.

Enseguida dió inicio a la película, y todos hicieron pequeños movimientos en el lugar para acomodarse. Ambas parejas se besaron brevemente como si de seguro no lo harán durante la película. No sabía si morir de ternura con lo lindos que se veían, o empezar a entrar en pánico por la montaña rusa de sentimientos que iba a estar por vivir gracias a ellos y la película elegida.

—Hubiera preferido saber cuánto corre un avestruz —dije en voz baja y repentinamente. Pensé que solo lo estaba diciendo en mi mente hasta que todos me miraron extrañados y comenzaron a reír.

Heartstopper - Historias brevesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora