𝐏𝐫ó𝐥𝐨𝐠𝐨

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-¡No más Michael porfavor te lo ruego bájame!- Suplicaba el de ojos esmeralda a su hermano

-¡Oh vamos! No seas tan llorón, ya te dije que los animatrónicos no te harán nada.- Se burlo este en respuesta mientras seguía acercando al pequeño a la plataforma de aquel robot para seguido levantarlo aún más quedando cara a cara con el oso amarillento

El menor pateaba el aire intentando soltarse del agarré de los chicos, era completamente inútil, el era mucho más débil y pequeño que ellos. Sin embargo, no se rindió y aún con sus ojos nublados continuó luchando hasta que oyó a uno de los de máscara hablar -Creo que alguien quiere darle un gran beso a fredbear⁓- Exclamó seguido de una carcajada por parte de los cuatro. Evan comenzó a llorar aún más fuerte al ser ingresado a la boca del animatrónico. Estos lo reposaron en esta e iniciaron a burlarse mientras simplemente lo contemplaban.

Al cabo de unos minutos las lágrimas del chico causaron la falla de los resortes al interior del robot llevando a que el hocico de este se cerrase aplastando el cráneo del menor que seguía adentro. La sangre de este empezó a brotar de aquel oso y las risas de los adolecentes pronto se convirtieron en rostros horrorizados. Dos de ellos decidieron irse del lugar para evitar ser relacionados al atroz crimen.

Michael por su parte quedó en shock sosteniendo el cuerpo desfigurado de su pequeño hermano, tiempo pasó para que el de orbes azulados reaccionara a la situación. Y cuando lo hizo este rompió en llanto mientras caía de rodillas aún abrazando el cuerpo sangriento del niño. Este no fue capaz de pronunciar nada más que las mismas palabras una y otra vez "-Lo lamento, lo lamento tanto, esto no debía acabar así....-"

Sin darse cuenta su padre había llegado, es más, este llevaba observandolo por un largo tiempo. William no se veía del todo afectado, pero no era de estrañarse, este había actuado exactamente igual con la desaparición de su hermana pequeña. El de cabello oscuro se acercó a aquel chico tirado en el suelo y en vez de consolarlo o al menos insultarlo, este le dió una simple orden -Levantate Michael.- Dijo con una expresión neutra. El castaño lo miró pero este se encontraba completamente traumatizado así que no logró comprender la orden del todo. William al ver que el chico estaba petrificado lo tomó bruscamente de la muñeca, forzandolo así a quedar en sus dos pies. Pero, incluso de esta forma el niño seguía aferrandose al cuerpo del menor. William simplemente suspiro y lo arrastró hasta llegar al automóvil. Tras esto se dirigeron al hospital, no sin antes pasar por su "hogar" para remover la sangre del cuerpo de Michael.

Al llegar, los médicos internaron rápidamente al menor en urgencias. William se quedo con Michael en la sala de espera, este último aún estaba temblando y parecia estar teniendo un ataque de pánico, pero a su padre no le podía importar menos.

Mientras Evan estaba en el quirófano, la policía llegó para interrogar como de costumbre, pero al ser William Afton y su hijo mayor, no hicieron mucho al respecto y terminaron por clasificar el caso como un simple accidente sin culpables. Por lo tanto, el chico salió eximido.

Los minutos parecían horas para Michael, sentía que había estado postrado en esa silla por años. Pero a pesar de lo inestable que se encontraba, tenía algo claro, si Evan salía con vida de allí, se aseguraría de ser un mejor hermano.

Una enfermera no tardó en acercarse para informarles el éxito de la cirugía ya que el niño milagrosamente había sobrevivido. Sin embargo, Evan se encontraba en coma, y había muy pocas probabilidades de que este despertase... A pesar de ello, Michael decidió ceñirse a aquel pequeño rayo de esperanza de volver a ver al menor.

Ya con los resultados era hora de irse, y William no tardó en hacerselo saber a Michael, quien quería visitar a su hermano más el de cabello oscuro no lo permitió, ya que, según el "era muy tarde para visitas" y le dijo al adolescente que volverían en la mañana. Este no estaba del todo de acuerdo pero sabía que no había mucho que pudiese hacer para lograr que su padre cambiase de opinión. Usualmente este hubiese armado un espectáculo iniciando una pelea pero la verdad es que lo único que pasaba por su mente era la misma escena del rostro sangriento de su pequeño hermanito.

Seguido ambos se dirigieron al exterior del hospital, buscaron su auto e ingresaron. Su padre condució hasta la pizzería puesto que debía limpiar todo el desastre y encargarse del asunto antes de que arruinase la reputación del local por el que había trabajado tan duro. A parte, si llamaba mucho la atención, los clientes no tardarían en descubrir sus verdaderos planes...

A Michael no le quedó de otra que caminar camino a casa, algo cabizbajo y aún con lágrimas en sus ojos, termino por sumergirse en sus pensamientos. Lo único que logró sacarlo de ese estado fue el tirón que alguien dió de su brazo seguido de una voz conocida...

-¡QUÉ MIERDA TE PASA! ¡¿Acaso te quieres matar?!- Dijo aquel ser señalando los autos pasando- ¿Huh? Esa voz... -¿Jeremmy...? -¿Quién más podría ser?- El rubio hizo una pausa y miró al rostro de Michael -¿..Has estado llorando?- Esas simples palabras fueron suficientes para traer al Michael de siempre devuelta -Pfft ¿Yo llorando? Nunca- -Seguro...- El silencio se hizo notorio mientras ambos esperaban a cruzar la calle -...¿Qué haces aquí de todos modos?- -Me sentí mal por lo de tu hermano, así que decidí ver como estabas...- -Bueno, pues estoy bien, así que ya te puedes ir a tú casa- Dijo Michael apresurandose a cruzar la calle -Pero- - No, no logró terminar su oración, el castaño ya había desaparecido por completo.

Michael corrió hasta su domicilio lo más rápido que pudo, no era capaz de ver a sus amigos a la cara, al menos no ahora, nada más al oír sus nombres recordaba aquella escena.

Al entrar en su cuarto lo primero que se encontró fue con su gran colección de pósters y figuras de foxy junto a su máscara que había dejado sobre su cama al bañarse. Odiaba lo que estaba viendo, odiaba que todo le recordase a su hermano. Este agarró una bolsa y comenzó a desprender agresivamente los pósters de su pared, tras esto arrojó allí también a sus figuras y por último se deshizo de su máscara. No quería ver nada de eso nunca más así que arrojó aquella bolsa por su ventana. Podría sonar algo impulsivo pero nunca estuvo tan seguro de una decisión.

El chico estaba agotado, se abalanzo sobre su cama apresuradamente y no llegó ni a quitarse su calzado antes de caer dormido. Sin embargo, no logró obtener un descanso pleno del todo, comenzó a tener pesadillas, demasiadas, todas relacionadas con el incidente, en unas Evan lo detestaba por completo y este pensamiento fue el que lo mantuvo despierto. "¿Y si me odia?"

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solo quería decir que lo más probable es que todos los otros capítulos sean bastante cortos así que no esperen mucho :')

El placer de tu llantoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora