𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟒

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[...]

Después de unos cuantos metros de caminata se toparon con un restaurante que encajo con el criterio de ambos y por lo tanto se acercaron.

En la entrada de aquel local, tras una larga espera, uno de los trabajadores les ofreció un asiento un tanto alejado y mucho más limitado, ya que el resto de las mesas de apariencia decente se encontraban ocupadas. Y a pesar de su mala ubicación los dos jóvenes aceptaron al verse lo suficientemente hambrientos para recorrer otra calle.

Ya una vez sentados un mesero tomó su orden y con ello solo quedaba esperar...

Durante el transcurso de cocción de sus alimentos, Evan no paró de mirar a Michael. Aquel gesto no paraba de alterar al castaño, puesto que no era una mirada dulce, sus ojos solo ofrecían una sensación vacía pero al mismo tiempo aterradora. Ninguno de los dos se atrevió a pronunciar ni una oración. Simplemente el menor observaba y el más alto se quedaba inmóvil intentando evitar el contacto visual con el niño. La única cosa que detuvo la incómoda situación fue el camarero aproximándose con su cena.

Tras ver al muchacho alejarse ambos comenzaron a comer. Sin embargo el de orbes esmeraldas tenía un plan... Y al notar lo aislados que se encontraban de los demás presentes en el lugar supo que sería aún más sencillo llevarlo a cabo.

Espero unos cuantos minutos y detuvo sus cucharadas, tras ello, reposó suavemente el utensilio al costado de su plato.

No paso mucho para que su hermano lo notase y por ello prenguntó -¿...No vas a comer más?- Evan río -¿Así que ahora si te importo?- Dijo mirando fijamente a su hermano -...- -Perdóname Evan..- -"Perdóname Evan" Hah... Como si fuese tan fácil- -Déjame recordarte que TÚ casi matas a TU hermano- A este punto las lágrimas ya habían iniciado a gotear de los ojos del adolescente, quien intentó decir entre sollozos -Y-Yo lo lament-... -Shhh, no necesito tus patéticas disculpas- Lo calló rápidamente el pequeño

-Pero... ¿Sabes? Hay algo que podría hacerme sentir mejor..- Dijo seguido de una oscura sonrisa.- Michael aún en lágrimas lo miró en confusión y como si el pequeño hubiese leído sus pensamientos pronunció -Quieres saber que es, ¿No es así?- El mayor asintió en respuesta-

Evan tomó delicadamente la mano del ojiazul y la guió bajo la mesa. Con esto el mayor tuvo un mal presentimiento pero ya era muy tarde para detenerlo. El castaño claro llevo esta hasta su entrepierna e hizo que su hermano la rozase

El adolescente intentó alejarse pero Evan era mucho más fuerte por lo que fue forzado a continuar. No pasó mucho para que los shorts del más bajo comenzaran a humedecerse con su líquido preseminal. Pero antes de llegar al orgasmo este detuvo la mano del mayor.

Bruscamente lo haló acercándolo a su cuerpo, apretó sus extremidades y lo inmovilizó. Seguido acercó su mano al miembro del de orbes azules e inicio con pequeños rozes. El castaño se retorció levemente a causa de la estimulación. Una vez más trató de apartarse de su hermano quién lo detuvo apretando sus muñecas aún más fuerte.

El de orbes esmeraldas procedió a despojar las prendas inferiores del más alto para acto seguido tomar su virilidad entre sus manos y comenzó a masturbarlo. Esto llevó a que el chico en sus brazos soltase un leve sonido -N-Ngh!.. Y-Ya detente, alguien nos podría ver...- Suplicó el castaño mientras se estremecía ya con sus ojos acuosos-

-Oh Mikey, no hay nadie en esta zona, eso es lo que menos debería preocuparte en el momento- Tras esas palabras incorporó su mano al interior del suéter del adolescente hasta llegar a su pezón. El menor comenzó a pellizcarlo de a pocos sin detener el movimiento de su otra mano. Esto hizo que Michael soltase un gemido un poco más audible seguido de otros pequeños ruidos.

Evan notó ello por lo que tomó unas de las servilletas en la mesa y las empujó en la boca del chico en forma de mordaza. Tras ello continuó con su cometido.

Continuó hasta que el chico dió señales de que estaba apunto de correrse y se detuvo. Lo dejó en medio de un orgasmo y lo soltó volviendo a subir su pantalón y sacando las servilletas ya mojadas de su cavidad bucal. El pequeño continuó con su cena y le indicó al mayor que hiciese lo mismo.

Al momento de irse el ojiazul aún estaba erecto por lo que tuvo que enrrollar el suéter llevaba puesto de forma que rodease su pelvis esperando lograr disimularlo. Evan solo río y junto a su hermano se dirigieron devuelta a su hotel.

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Perdón, no sé qué estoy haciendo a este punto. Juro que morí mil veces intentando escribir esto 😩

El placer de tu llantoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora