𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏

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[Devuelta al POV normal]

Era temprano en la mañana cuando sonó el teléfono fijo de los Aftons. Este con su ringrinear no tardó en despertar a su hijo mayor quién bajó las escaleras y se acercó a la pequeña mesita donde se encontraba el dispositivo para posteriormente levantarlo del marcador. Al atender la llamada notó que provenía del hospital, era sobre su hermano, aparentemente el niño había despertado.

Por más que Michael hubiese estado deseando esa noticia por los últimos tres años, no estaba preparado, no sabía como Evan reaccionaría al verlo... Lo más probable es que lo odiase. Pero también existía la posibilidad de que hubiese perdido la memoria lo que le permitiría iniciar su relación con el desde cero y ser el mejor hermano para el menor. De nuevo se había adentrado en su mente y había olvidado por completo la llamada. -...¿Joven afton? ¿Sigue ahí?- Preguntó la enfermera en la línea- Oh mierda- Pensó para si mismo- -S-Sí aquí estoy- -Le estaba diciendo si quería agendar una visita a su hermano para hoy en la tarde- Continuó algo molesta- -E-Eh seguro...- -La asignaré para las cinco de la tarde, ¿Está bien para usted?- -Si, está perfecto..- Con esto finalizó la llamada.

Ahora solo le quedaban al rededor de dos horas para reunirse con su hermanito depués de tanto tiempo. Pero eso mismo era un problema que Michael no había contemplado al asignar la hora de la visita, puesto que el hospital donde C.C estaba internado estaba al menos a una hora de su "hogar" y su padre estaba trabajando en la pizzería por lo que no podría llevarlo en auto.

Sin embargo, el castaño no se daría por vencido tan fácilmente, este estaba determinado a ver a Evan sin importar lo que costase. No hace mucho Michael había conseguido su licencia de conducción. Así que apresuradamente tomó las llaves del auto de su padre y se marchó. El tenía claro que esto no sería del agrado del mismo pero no le quedaba más opción si realmente deseaba ver a su hermanito.

[...]

Después de un viaje agotador Michael llegó al hospital donde se encontraba el pequeño. Se acercó hacia la recepción y le indico a la persona en turno por quién venía. Aún quedaban al rededor de veinte minutos para su cita pero como el hospital estaba casi vacío le permitieron la entrada a la habitación del de ojos esmeralda.

El mayor sentía como su cuerpo temblaba y sudaba frío. Su más grande temor era el rechazo por parte de su hermano.

Por su parte, Evan estaba muy tranquilo considerando el hecho de que acababa de despertar de un coma.

El pequeño se encontraba sentado en el borde de su cama mirando hacia la ventana. Su habitación estaba ubicada de tal forma que la vista daba hacia la entrada del hospital. Por lo tanto este había visto como su "hermano" si es que aún podía llamarlo de esa forma había ingresado al edificio. Nada más con verlo de lejos se notaba lo mucho que había cambiado, a diferencia de cómo solía verse antes.

Su piel que antes era completamente bronceada ahora era tan pálida como la de una muñeca de porcelana.

Su ropa ya no eran los mismos shorts azules y camiseta gris de siempre, este estaba usando un suéter oversized oscuro que llegaba a cubrir sus rodillas. Y en cuanto a aquella máscara que Evan tanto odiaba, al parecer había desaparecido por completo.

Incluso estaba más delgado, y es verdad que nunca fue de gran contextura pero si solían marcarse sus músculos por la gran cantidad de ejercicio que hacía.

Sin embargo, estos ya no se encontraban ahí, el pobre chico se veía completamente frágil en aquel momento.

A este punto Evan se había distraído tanto pensando en la apariencia del mayor que olvidó por completo la visita del mismo. Eso hasta que escuchó el como se abría levemente la puerta..


El placer de tu llantoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora