Un día de otoño, cuando tenía 23 años, Maya por fin, después de más de 4 años de carrera, había encontrado trabajo en la profesión de sus sueños: el periodismo. Aunque apenas había firmado un contrato de prueba por un mes durante los fines de semana, Maya estaba emocionada y nerviosa mientras se preparaba para su primer día.
Los nervios comenzaron a afectarla mientras se preparaba en la mañana, y en su ansiedad por llegar puntual al plató, se olvidó completamente de ir al baño antes de salir de casa.
"Ay, no puedo ser tan pendeja. ¿Cómo me pude olvidar de ir al baño? Ni modo, iré en cuanto llegue", pensaba Maya mientras apretaba sus muslos.
Al llegar al plató, fue recibida calurosamente por sus nuevos compañeros, incluido Juan, su co-presentador. Mientras que se preparaban para el noticiero, Maya buscó desesperadamente un momento para ir al baño, pero el tiempo parecía desaparecer entre las indicaciones y las últimas preparaciones para la transmisión en vivo.
El programa comenzó y los nervios de Maya se intensificaron. La presión de estar frente a las cámaras y la adrenalina del directo le hicieron olvidar temporalmente su necesidad de orinar. Sin embargo, a medida que avanzaba el programa, la urgencia volvió con más fuerza que nunca.
Intentó concentrarse en entregar las noticias, pero sentía que su vejiga iba a estallar. Buscaba un corte comercial, pero los segmentos parecían alargarse interminablemente. Su inquietud era bastante evidente, por lo que Juan se preocupó por ella:
"¿Estás bien, Maya? Te ves un poco... tensa", le susurró Juan mientras una reportera hablaba.
"Sí, estoy bien, nomás un poco nerviosa", contestó Maya, forzando una sonrisa.
Los minutos pasaban agonizantemente lentos para Maya, que se retorcía en su silla tratando como sea de aguantar disimuladamente.
Finalmente, llegó el corte comercial que Maya tanto estaba esperando. Se levantó rápidamente para ir al baño, pero al dar unos pasos sintió cómo un chorro de orina escapaba de su vejiga y humedecía su ropa interior e incluso sus jeans blancos.
La vergüenza y el pánico la invadieron, pero antes de que pudiera reaccionar, su compañero Juan, que notó la humedad en su zona íntima, la tomó del brazo y la llevó rápidamente al cuarto de limpieza.
Sin perder tiempo, Maya empezó a buscar algo que pudiera usar como inodoro. Para su suerte a los pocos segundos encontró un cubo vacío donde al fin pudo orinar, evitando así hacerlo frente a todos sus nuevos compañeros de trabajo en el plató.
Al salir se disculpó con el equipo de limpieza, se puso su chaqueta en la cintura para tapar la fuga anterior y volvió a su asiento.
"Gracias, Juan. Si no fuera por ti mi corta carrera se hubiera ido al carajo", dijo Maya con lágrimas en los ojos, sintiéndose afortunada de tener un compañero tan atento y solidario.
"¡Qué va! Todos tenemos nuestros trancazos, esto no te define. Ahora échale ganas y terminemos el noticiero", dijo Juan, tranquilizándola.
El corte comercial acabó, y Maya pudo completar el programa con profesionalismo y orgullo, demostrando su habilidad y pasión por el periodismo. De regreso a casa, Maya empezó a pensar que igual casi orinarse encima no había sido tan malo. ¡Seguro que nunca olvidará este día!
Se acostó esa noche contenta de haber cumplido su sueño y orgullosa de haber podido aguantar su orina en un momento tan importante, incluso llevando 10 horas sin ir al baño, estando increíblemente nerviosa y autopresionada a más no poder.
// FIN //
Heeeey, que tal está mi hermosa gente? Aquí os dejo esta historia que se me ocurrió. Pronto actualizo "Historias omo con Europa" y saco otra sorpresita en inglés!
Os amooo, muchas gracias por seguir ahí apoyándome <33
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El aguante Maya
Ficção Geral¡Hola! Aquí os traigo la historia de Maya, una mujer mexicana de 23 años que desde los 17 le encanta aguantar su orina durante largos períodos de tiempo. Disfruta sintiendo cómo su vejiga se llena y las ganas de orinar se vuelven cada vez más intens...