Guilty or innocent My love is infinite, I'm giving it No need for prisoners
I'm, aye I'm taking it I'm taking it all for us Doing it all for love.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
╰┈➤❝CONQUEROR❞
⇵
El fuego abrazador y el humo se podía divisar desde largo, una batalla campal se estaba llevando a cabo en el estrecho de Gaznate, la princesa Aemma comandaba la flota real que se había formado para servir a su madre la reina Visenya.
En el agua sobre aquellas enormes embarcaciones Aemma luchaba contra los hombres de Corlys, la joven era rápida, astuta y precisa al momento de usar la espada, caían uno a uno bajo la espada de la joven Targeryan- Stark.
En el cielo dos dragones peleaban y consumían todo a su paso, el príncipe Viseryon a lomos de su dragona Hydra luchaban contra el hijo bastardo de Leanor Velaryon, el joven Addam Velaryon a lomos de Ala de plata, una batalla digna de un espectáculo.
Ambos dragones estaban aferrados una al otro, Hydra tenía sus feroces dientes enterrados sobre el cuello de la dragona mientras rugía de dolor, las garras de Ala de plata desgarraron una parte de la piel de Hydra pero eso no detuvo a la dragona de seguir presionando en la batalla.
Mientras que en tierra el príncipe Lucerys luchaba contra su propio padre, así es, Leanor Velaryon se enfrentaba a su hijo, las espadas chocaban ferozmente una con otra, Lucerys era un digno oponente.
Por favor hijo date por vencido y regresa con tú madre, si doblas rodillas ante ella y le pides perdón ella te recibirá. - dijo el mayor.
Ese hombre no sonaba para nada como su padre... ¡Mierda! Que le había sucedido al dulce hombre que lo había criado, era el pensamiento que llenaba de angustia a Lucerys, estaba tan sumido en descubrir como su padre terminó sometiéndose ante Rhaenyra, que no se dio cuenta cuando este lo pateó en el pecho haciendo que se tambaleara y caerá de golpe sobre la arena.
Leanor apuntaba directamente sobre el cuello de su hijo, el mundo pareció detenerse ante tal escena, el momento eufórico cuando el rugido de un dragón y la tierra tembló, la arena salió dispersa y con los rayos del sol en su máximo apogeo se pudo ver al jinete que había descendido con su dragón.