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╰┈➤❝CONQUEROR❞
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Rhaenyra Targeryan se encontraba analizando cuales eran los puntos más favorables para atacar la enorme fortaleza que era el lugar ancestral de los Stark y, ahora se había convertido en la sede principal de los abanderados de su hermana Visenya.
La platinado mayor llevaba aproximadamente un mes sin dormir correctamente, la noticia sobre el escape de su hijo Lucerys la había dejado prácticamente paranoica pues decía que todo mundo la quería traicionar y veía enemigos hasta donde no los habían.
Demon por su parte se ahogaba en copas mientras torturaba y humillaba a cada meretriz que encontraba en King's Landing, la crueldad de aquel hombre era cada día más notoria, y esta crecio luego de que se dio cuenta que Visenya había dado a luz a los cuatro hijos de aquel norteño y del menor de los Targeryan Higthower.
Para Daemon su primogénito con Visenya estaba muerto, y en su mente manipulada por las palabras de Rhaynera, aquellos cuatro vástagos de la menor de los Targeryan eran hijos de Cregan y Aemond, pero una dura verdad pronto tocaría la puerta de aquel hombre canalla, una verdad tan cruel que ni los mismos dioses podrán parar el desastre que se avecina.
... Rhaenyra miró severamente a su marido quien sostenía una copa de vino entre sus manos, el olor a vino y putas baratas que Daemon emanada era insoportable, el consejo cada día soportaba menor la agresividad y el poco interés del rey consorte, y para rematar ahora tenían una Reina que no confiaba en su palabra.
Daemon - la Targeryan llamó a su marido para ver si este podía prestar un poco de interés en la reunión.
No jodas Rhaenyra. - la brusquedad en las palabras de aquel hombre tensaron el lugar.
Soy tu reina Daemon, debes respetarme. - la platinada arrojo con molestia ante su marido haciendo que esté se levantara con brusquedad y la estampara en la pared mientras sus manos apretaban el cuello de la platinada con fuerza.