Piano

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Eran las 11 de la noche.
La Mansión Agreste se sentía silenciosa en su totalidad a excepción del Atelier de Gabriel, donde si te acercas podías escuchar, el sonido de un teclado de computadora, dando señal que la increíble Asistente de Agreste seguía trabajando.
Cualquiera que escuchará que seguía trabajando a tan altas horas de la noche, pensaría que es un abuso, pero no, su Jefe le a dicho en varias ocasiones que sería mejor descansar y dejarlo para en la mañana pero Nathalie Sancour prefiere desvelarse antes que tener pendientes.

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Después de unos cuantos minutos el tecleo por fin cesó, diciéndonos que el trabajo estaba finalizado.
Nathalie acomodo su escritorio, apagó su computadora y se encaminó hacia su habitación. En medio del camino notó que la puerta a la habitación de Adrien estaba abierta. Se dirigió hasta esta y se percató de que el mencionado no estaba, y antes de entrar en pánico notó una pequeña nota pegada en su escritorio la cual decía:
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"Nathalie, me invitaron a una pijamada de último momento, no tuve tiempo de
avisarte.
Por favor perdoname (。・ω・。)
Te quiero, Adrien"                   
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Nathalie volteo los ojos, en señal de desaprobación, pero al igual estaba muy cansada como para regañarlo e ir por el, así que prefería esperar a la mañana siguiente.
Antes de ir se vio el piano de Adrien;no pudo quedarse con más ganas así que , se sentó y empezó a tocar. Llevaba años sin tocar uno y la sensación de calma y felicidad que sentía solo se podía comparar con "las mariposas en el estómago" que siente cuando está con el Señor Agreste.

Hablando de el, este estaba en su cama ya dormido, hasta que la melodiosa armonía de piano, se escuchó por toda la Mansión.
Le sorprendió lo bien que se escuchaba, tan bien que supo que la persona la cual estaba tocando no era su hijo. En seguida se levantó y fue directamente a la habitación de su hijo, donde se encontró a su Asistente bastante inspirada tocando el piano, se veía tan hermosa a la luz de la Luna que nisiquiera notó que su hijo no se encontraba.

Cuando Nath término de tocar su melodía, se sorprendió al ver que tenía público.

- Me sorprendes, Nathalie tocas excelente.
Le dijo Gabriel mientras se sentaba a su lado.

- Señor, discúlpeme por despertarlo y gracias por el elogió.
Contesto con un nerviosismo notorio por la cercanía con su Jefe.

- No te preocupes.
- ¿Quisieras tocar algo conmigo?

- Sería un placer.
Pues claro, quien en su sano juicio se daría el lujo, de rechazar el tocar junto al gran Gabriel Agreste.

Los dos al principio empezaron algo nerviosos, pero conforme se coordinaban una melodía perfecta se empezó a formar.
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Al cabo de unos minutos, los dos terminaron de tocar, bastante sonrientes.
- Fue maravilloso, no cree Señor?

- Claro que si...
Los ojos de Nathalie tenían un brillo que los hacia especiales y ese color azul turquesa tan distintivo hacia que toda ella se volviera perfecta.
- Tan maravillosa como tu.
Con una gran necesidad, Gabriel tomó por las mejillas a Nathalie, estrellando sus labios con los de ella.
Unos labios suaves, dulces, con un sabor a fresa, increíblemente delicioso, como la sensación que estos otorgaban.

Inmediatamente esa sensación de deseo y placer surgió en el y no supo controlarse, asi que tomó a Nathalie por la cintura y la sentó encima del piano. Mientras se seguían besando cada uno le empezó a quitar la ropa al otro, hasta estar completamente desnudos encima del piano.

- ¿De verdad quiere esto? Señor
Comentó Nathalie interrumpiendo.

- Es lo que más deseo en este momento, Sancour.
Con eso, volvió a besar con más pasion a Nathalie mientras de una sola embestida se metió por completo dentro de su intimidad sintiendo como esta se humedecia aún más.
Un gemido dulce salió de la boca de Nath al sentir el gran miembro de su Jefe abarcandola totalmente.

Gabriel empezó con movimientos suaves  lentos, profundos a un ritmo que a los dos les satisfacía, mientras miraba el hermoso cuerpo de su Asistente, alumbrado por la poca luz que la Luna otorgaba, haciendola parecer una diosa de pelo oscuro. Y con ese mechón rojo tan único lo único que provocaba es que Gabriel cada vez más subiera la velocidad de sus movimientos, haciendo rebotar los hermoso pechos de Nathalie y que en esa piel de porcelana se formarán pequeñas gotas de sudor, que parecían perlas , las cuales brotaban por el magnífico placer que sentía.

Desde la perspectiva de Nath, se veía como un Dios de cuerpo perfecto, ojos azul grisáceo tan profundo que se puede llegar a comparar con un hermoso cielo nublado y su cabello rubio platinado con un brillo hermoso. Y sumado con el placer que provocaba su muy dotado miembro, eran suficiente como para que Nathalie se sintiera en un séptimo cielo, del cual no quería bajar.
Pero al sentir cada vez más profundos y rápidos los móvimientos de Gabriel, supo que era hora de bajar en una caída libre llena de mil sencasiones repletas de placer y pasión las cuales sólo podían ser otorgadas por su único amor.

La final los dos se quedaron viendo, conectado sus miradas, respiraciones y sentimientos. Ese momento fue suficiente como para que los dos entendieran sus sentimientos y se dieran cuenta de lo mucho que se nesecitaban el uno al otro.

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One-Shot's Gabenath ♡˙∘٭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora