❝Oscuridad.❞
Así como a algunos les gusta, a algunos no. Otros solamente tienen que convivir con ella. Becky va a descubrir el mundo a través de los ojos de otra persona.
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Esta historia no es mia, es solo una adaptación, todos los créditos y dere...
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Freen y Becky estaban acostadas, miraban el cielo. Freen admiraba el contraste entre donde acababan las estrellas y comenzaban las luces de la ciudad. Becky tan solo apreciaba la presencia de Freen y el movimiento lento de su pecho bajo su cabeza. Sarocha había colocado su chaqueta en el suelo para ellas estar un poco cómodas, sin embargo, no sentía frío pues el cuerpo de Armstrong la mantenía caliente. Las palabras hacían eco en la cabeza de ambas. Ellas se amaban al fin de cuentas, y querían estar juntas.
—Yo le conté a mi papá que me gustaba una chica y él no lo aceptó muy bien. —Respondió ella.
Becky sonrió contra su pecho.
—Bueno para mí. —Dijo la castaña.
— ¿En serio? ¿Estás feliz de que mi papá no me haya aceptado? —Preguntó Freen confundida.
—No. —Respondió Becky. — Estoy feliz porque me buscaste y tuve la noche más perfecta de mi vida.
—Viéndolo de ese lado, también estoy feliz de que él haya actuado mal. —Confesó Freen con una pequeña sonrisa.
— ¿Qué haremos ahora? —Preguntó Becky.
— ¿Cómo?
—Nos amamos. ¿Qué pasa después? Nunca pensé mucho además de la parte en la que realmente me quieres.
Freen carcajeó, haciendo su cuerpo vibrar contra el de la castaña.
—Voy a tener que platicar con mi papá. Intentaré evitarlo al máximo posible hasta crear buenos argumentos en mi cabeza. —Explicó Freen. —Después conversaremos con tus papás y, si todo sale bien, nos oficializamos.
Becky se estremeció contra ella.
— ¿Qué pasó? ¿Tienes frío? —Preguntó Freen.
—No, no. —Becky suspiró. —Eres muy "corajosa" al salir conmigo. Las personas no van a dejar de hablar sobre nosotras cuando lo sepan. —Comentó ella.
—No me importa lo que las personas piensan, Becky. Ellos pueden afectarme de varias formas. Pero nunca me sentiré ofendida por amar a alguien como tú. —Respondió Freen, abrazando a Becky.
La castaña se impulsó hacia arriba en el intento de darle un beso, pero su boca se encontró con la nariz de Freen. La pelinegra rio cuando Becky hizo un mohín.
—Aquí. —Dijo ella, su respiración golpeando contra sus dedos.
Becky se inclinó una vez más, sus labios cerrándose contra los de Freen. La lengua vino después para agregarle sabor a la danza de deseo y ritmo. Freen tomó a Becky del cuello, la otra mano apoyada en su espalda. Todo el tiempo que ella pasó deseando tener el cuerpo de Becky contra el suyo liberándose en ese momento.
