In Your Eyes || Freenbecky

Hoy quiero regresar sola

Becky escuchaba ruidos de algunos autos, escuchaba algunos pájaros en los árboles, escuchaba el ruido de sus zapatos y los de Freen contra el asfalto. Sentía algunas mechas de su cabello en la mano que prendía del brazo como apoyo para que Freen la guiara, sentía suavemente su olor a vainilla, pero cuando el viento venía, ella podía sentir también el olor a flores que venía de su cabello sedoso.

— ¿Por qué le dijiste a la conserje que te caíste? —Preguntó Freen.

—Yo me caí, Freen.

—Eso no es completamente cierto.

Becky suspiró.

—Mi mamá es medio sobreprotectora, si le hubiera contado a la conserje lo que pasó, ella le contaría a la directora quien le daría la noticia a mi mamá, que llegaría a la conclusión de que yo debería estudiar en un ambiente controlado.

— ¿A qué te refieres con "Ambiente controlado"?

—Al inicio...—Dijo Becky frustrada después de un gran suspiro. — En los primeros años de escuela ella me matriculó en un buen colegio cerca de casa. —Suspiró nuevamente. — Ella quería que hiciera amigos y fuera una niña normal, pero yo no lo era. Y por más que quería serlo...los otros niños eran malos. Y todo era nuevo y aterrador para mí. Así que un día ella decidió que debía estudiar en casa. Era solamente yo, mi mamá a veces, y una profesora particular.

— ¿No lo encuentras mejor?

—No. —Respondió Becky con firmeza.

— ¿Sabes, Becky? Sin bromas malvadas. Sin bullying. Eso parece atrayente, por lo menos para mí.

—Era muy tranquilo, Freen. Me sentía sola todo el tiempo. Los miércoles mi mamá trabajaba, aún trabaja, y cuando la profesora se iba, yo iba al parque y me sentaba cerca de los juegos para escuchar la risa y los gritos de los niños. Escucharlos correr... ellos parecían tan libres. Y yo con el doble de su edad parecía tan presa en mis propias limitaciones. —Comentó Becky bajando su rostro. No quería que Freen sintiera pena de ella, solamente que la entendiera.

—Te entiendo Becky, pero esos chicos no pueden quedar impunes. Ellos te lastimaron hoy y eso nos hace pensar qué límite tiene la palabra 'broma' para ellos. No creo que hacer sangrar a una persona se considere en esos términos.

—Nunca pasó eso antes, Freen. No creo que se vuelva a repetir, solamente prométeme que no vas a contarle a nadie. Mi vida social no es tan buena, pero es la mejor que puedo tener.

Becky la miró, Freen correspondió a su mirada. Ella se preguntó una vez más si Becky realmente era ciega. Era imposible que alguien que expresaba tanto con una mirada no pudiera, por lo menos, tener acceso a facciones una vez en la vida.

—Te lo prometo, Becky. —Dijo Freen no muy convencida de sí misma. — Pero prométeme también que si ellos vuelven a atormentarte me vas a decir.

Becky deslizó su mano por el brazo de Freen encontrándose con la mano de la chica. Por un momento Freen pensó que ella entrelazaría sus dedos y eso la hizo fruncir el ceño: "¿Qué estaba haciendo Becky?". Armstrong tomó la mano de Freen con las dos manos y localizó su dedo meñique y lo entrelazó al suyo. Eso hizo sonreír a la chica, y el sonido audible de su risa hizo reír a Becky también.