❝Oscuridad.❞
Así como a algunos les gusta, a algunos no. Otros solamente tienen que convivir con ella. Becky va a descubrir el mundo a través de los ojos de otra persona.
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Esta historia no es mia, es solo una adaptación, todos los créditos y dere...
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Becky ya había dejado de cantar, pero ninguna de las dos se ofrecía a deshacer el cómodo abrazo. La canción aún sonaba en sus mentes, se transportaron a la década en la que las dos adolescentes habían acabado de descubrir el amor en la otra. Becky fue retirada de los buenos recuerdos cuando escuchó el pecho de Freen silbar. Se sintió culpable pues sabía que ella no podía hacer mucho esfuerzo, estar de pie por mucho tiempo.
-Necesitas acostarte, amor. -Sugirió Becky tranquilamente, alejándose del pecho de Freen para no pesar sobre ella.
-Todo está bien, amor. -Respondió Freen en un susurro. El cansancio haciéndole parecer que había corrido un maratón.
Becky se alejó y llevó a Freen lentamente hacia la cama, un brazo extendido en busca del mueble. Cuando lo encontró instruyó a Freen a sentarse en la orilla. La pelinegra lo hizo y acarició el rostro cansado de la mujer ciega que amó por toda una vida. Una mirada triste invadió a Becky, y fue reflejada en los ojos de Freen.
- ¿Este es uno de esos romances perfectos en donde un personaje muere al final? -Preguntó Becky, sonando casi como un susurro.
Freen sonrió, el esfuerzo de una pequeña sonrisa haciéndola toser.
- ¿Cómo pude haberte dado un romance perfecto? Nunca llevé un tiro por ti o te salvé de un camión a gran velocidad, ni siquiera nombré una estrella con tu nombre. -Dijo Freen con pesar.
-Viste el mundo por mí, Freen. Me describiste lo hermoso que era cuando yo no podía verlo. Y creo que viviría mil vidas más siendo ciega, si tuviese el privilegio de ver el mundo a través de tus ojos.
Becky sonrió tristemente. Freen volvió a acariciarla, tardándose en el afecto.
-Todos morimos al final, amor. -Dijo Freen bajo, respondiendo a la pregunta anterior.
Becky envolvió los brazos alrededor del cuello de ella y se permitió deshacerse en lágrimas y sollozos en su regazo. Freen tan solo la envolvió en los brazos y le ofreció apoyo, mientras sus hombros saltaban con la intensidad del llanto.
Becky se alejó lentamente, intentando contener las lágrimas sufridas que se desvanecían.
-Pasaste toda tu vida siendo mis ojos. No creo poder estar lista para volver a ser ciega. -Declaró Becky con su voz rasposa.
Freen se unió a ella en un llanto colectivo. El dolor pesaba entre ellas pues aquello parecía una pesadilla. Un golpe en la puerta las hizo recomponerse.
- ¿Mamá? -Llamó Ying tímida desde la puerta.
-Dinos, cariño. -Respondió Becky sin volverse.
-Hyejoo está aquí, quiere verlas. -Anunció la mujer.
Freen sonrió.
-Déjala entrar. -Pidió Freen. -Ying, hija, ¿podrías ayudarle a esta vieja a acostarse? Mi columna no me permitirá hacerlo sola.
