Después de dos décadas en el brutal mundo del espectáculo, Louis Tomlinson está tratando de restaurar su tranquilidad mental en la paz del norte de Europa, donde el sol apenas se pone, el bar de María siempre está abierto y el joven Harry tiene una...
Hay gente dispersa debido a la noche del festival, por lo que es más complicado encontrar un lugar tranquilo para hacer un picnic. En un día normal, a Louis no le importaría que dos o tres personas compartieran el mismo campo o muelle, pero cuanto más piensa en la historia que María le contó, más seguro está de que quiere privacidad.
Afortunadamente, Harry no parece cuestionarlo en absoluto. Cuando sugiere uno de los muelles y Louis ve a la gente allí, sólo tiene que maullar de mala gana para que Harry lo entienda.
Sin más preguntas, Harry los lleva a la cabaña de él y sus amigos.
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La cabaña está oscura hasta que Harry enciende la luz. Louis silba mientras mira a su alrededor cuando coloca la bolsa de comida en la mesa de café. "Lindo."
Harry se ríe, "Es decente. Afortunadamente tenemos un descuento para el personal o vivir en esta cabaña durante todo el verano nos dejaría ciegos".
Louis sigue a Harry a la cocina cuando va a la nevera.
"Tenemos cervezas, sidras, vino... ¿O prefieres algo sin alcohol para variar?"
El sólo pensamiento hace que el estómago de Louis entre en pánico y tiene que frotarlo con una mano para calmarlo. Maldita sea, sus días de gloria realmente han terminado, eh. "Oh, definitivamente no más alcohol para mí".
"Deberíamos tener opciones sin alcohol también", se ríe Harry y, para la agonía de Louis, se inclina para ver los estantes inferiores de la nevera. La tela de sus pantalones se estira sobre su trasero, atrayendo los ojos de Louis como un imán.
Definitivamente ha notado los atractivos de Harry antes, los joggers que usualmente usa son halagadores en todos los ángulos. Y definitivamente ha robado una o dos miradas cuando se ha sentado en el bar de María mientras Harry da sus clases de yoga.
Pero al verlo de cerca así... Sabe que no es suyo para tocarlo, probablemente tampoco debería mirarlo con esos ojos, pero es sólo un humano.
"¿Refresco? ¿O sólo agua?"
"La soda está bien," dice Louis, con la garganta seca. Le quita los ojos antes de que Harry se dé la vuelta y acepte la lata de refresco con una sonrisa, "Gracias".
Se da cuenta de que Harry tiene una botella de sidra. "Oh, ser joven".
"Tomé como un trago antes", se ríe Harry. En realidad, es cierto, ahora que Louis lo piensa. Harry tomó un trago y por el resto de la noche, siguió mordiendo la pajilla.
Harry se vuelve hacia los cajones de la cocina y abre el de arriba. "Ahora, si pudiera encontrar un destapador".
Louis lo observa mientras busca en el cajón, luego pasa al siguiente. Temiendo que pueda hacer lo mismo que hizo con el refrigerador, Louis le quita la sidra de la mano antes de que pueda inclinarse hacia los cajones inferiores. "Oh, vamos, ¿quién necesita un destapador?"
