Love Is A Word, You Gave It A Name (Traducción )

6.2 Impatient ꨄ

HARRY

Está lloviendo al día siguiente. Por supuesto que está lloviendo al día siguiente. Siempre está lloviendo en películas y programas de televisión cuando alguien está pasando por algún tipo de duelo. Y Harry ha establecido que su vida es una comedia romántica mal escrita, por lo que realmente no lo sorprende.

Afortunadamente, prefiere disfrutar de la lluvia.

Ahora todo lo que necesita es un alféizar grande y estará listo para mirar con nostalgia hacia afuera, siguiendo las gotas de lluvia que se aferran al vidrio mientras contempla sus opciones de vida.

Tiene que trasladar sus clases de yoga al interior en lugar de a la playa habitual. Lo cual está bien. Mucha gente disfruta del sonido silencioso de la lluvia contra las ventanas y el techo, por lo que es el momento perfecto para un poco de yoga restaurativo. Definitivamente lo necesita él mismo.

Después de la clase, Harry sale a buscar su batido de la tarde en el bar de María, no dispuesto a abandonar su rutina sólo porque el clima ha decidido volverse en su contra. Afortunadamente, María abre casi todos los días, a pesar del clima.

Las últimas tres semanas han sido casi insoportablemente calurosas, por lo que la lluvia que acaricia su piel es maravillosa.

Todavía sin querer mojarse la ropa, corre por el patio, sorprendido por lo amplio que está sonriendo. Correr bajo la lluvia podría ser una de sus actividades favoritas.

Sin embargo, su sonrisa se desvanece tan pronto como apareció. Hoy no hay muchos clientes en con María. Ni siquiera Louis. Harry no tiene derecho a sentirse decepcionado de no que no esté allí.

Incluso si lo estuviera, ¿qué espera que suceda? Se hizo esto a sí mismo y sólo él tiene la culpa.

María conoce su orden como la palma de su mano, así que tan pronto como lo ve, comienza a preparar su batido. Harry no dice nada mientras se sienta en uno de los taburetes, alborotando el exceso de agua de su cabello.

Su batido pronto es empujado frente a él. "No te molestes en pagar."

Harry frunce el ceño. "¿Por qué?"

"Sabes por qué. Él acaba de irse".

Oh.

"Oh." Harry acerca el vaso y lo acuna entre sus manos, su garganta ya ardiendo con la necesidad de llorar.

"¿Qué pasó con ustedes dos?" pregunta María, confundida y sorprendida, pero aun así de alguna manera amable.

"¿Él no te lo dijo?"

"Estuvo muy callado hoy".

"¿Dijo algo sobre mí?"

Harry apenas reconoce la voz de cachorro golpeado que sale de su boca. Está lleno de sus inseguridades, su dolor, y odia escucharlo. ¿Quién es él para preguntar si Louis ha hablado de él?

No cambiaría nada.

María se queda callada cuando mira a Harry antes de finalmente suspirar. "¿Qué esperas que diga?"

Es una gran pregunta. Harry sólo puede encogerse de hombros.

"Harry, te conozco. Te conozco desde que tenías 16 años. Y tengo que decir que esta es la primera vez que me cuesta entenderte".

Revolviendo distraídamente su batido con la pajilla y mirando el remolino hipnotizador, Harry susurra "Pensé que sería más fácil".

"¿Explícate?"

"Es más fácil", dice Harry, ignorando por completo la petición de María. "No puedes juzgarme, no sabes..."

"Cariño, no te estoy juzgando. Sabes que nunca hago eso".