|𝙲𝙰𝙿𝚒́𝚃𝚄𝙻𝙾 𝚅𝙸𝙸|

2.1K 218 63
                                    

"Tᴇɴsɪᴏ́ɴ"


Pov: Sally Face.

Han pasado ya tres semanas desde todo lo ocurrido entre __________ y yo. Nuestros padres por fin pudieron casarse con una pequeña boda en la playa, donde los invitados fueron nuestros vecinos de los apartamentos Addison y ahora se ven más felices que nunca, bueno, al menos no aún con nosotros.

La madre de __________ le prohibió darle dinero a ella en reparar su reproductor de música y tampoco puede comprarle uno nuevo. Sentía que todo lo que estaba pasando era mi culpa, yo empecé todo esto y no supe por que. Me sentí molesto y a la vez triste por ella, no tuvo la culpa de mi estupidez...

Lo que paso con el incidente de mi prótesis no se habló de nada, ese día ella trató de disculparse pero no se lo permití por que me balance sobre ella y su rostro era de miedo, preocupación y lástima. Ese día me di cuenta que la cague y si era realmente un fenómeno... Esa misma tarde estábamos solos en casa y encerrados en ese mismo cuarto cada quién alejado del otro. Ella estaba haciendo su tarea dándome la espalda en su cama, mientras yo estaba tocando un poco mi guitarra pero no me daba ánimos, me deprimí por haberla lastimado y humillado de esa forma y dejé la guitarra sobre la cama y recostarme.

Estuvimos así por un buen rato sin dirigirnos la palabra y decidí levantarme de la cama y salir de la habitación para buscar algo en la cocina. Saqué una cerveza de papá de la nevera y abrí la botella para empezar a beberla. Se suponía que papá ya no tomaba desde que se mudó Miriam a casa y todas us cervezas las dejó ahí mismo y ni siquiera se deshizo de ellas.

Larry dice que el alcohol ayuda mucho para este tipo de momento, y aunque no me gusta tomar, era mejor hacer eso que matarme a mi mismo con la intriga de estar encerrado en la misma habitación con ella.

Cada sorbo que daba me pegaba en seguida hasta subirse a mi cabeza y dar efecto el alcohol. Y así me la pasé toda la tarde hasta sentirme ebrio. Empecé a caminar tambaleandome y chocando con algunos muebles de ahí y pasar al baño para lavarme la cara, me desabroche la prótesis facial y me mojé el rostro para después mirarme el rostro.

Entré a la habitación y cerré la puerta detrás mío para mirar a __________ durmiendo tranquilamente. Que suerte tiene ella de no tener pesadillas todas las noches. Sin estar en mis cinco sentidos me acerqué a ella para observarla dormir. Se veía tan tranquila, inocente, no parecía que en algún momento alguien la despertara y ella no tomara atención en ella. Miré cada detalle en su rostro y sus facciones, como sus pestañas quebradas y largas, el delineado un poco manchado y unos pocos lunares en su cara. Algunos mechones rebeldes posaban en su rostro cubriendolo por una parte, intenté apartar algunos cuidadosamente y admirar más su rostro.

Quién sabe que tanto daño le habrán hecho en el pasado, cuantas personas la lastimaron o humillaron como a mí me lo hacían. Tantos castigos por meterse en problemas y las pocas vecs que ella solía defenderme antes de todo esto... Extrañaba eso con locura.

Un pensamiento en mi cabeza me decía que me acercara más a ella, que oliera su perfume de lavanda esparcido en su cuello y pecho. Me acerqué cada vez más a ella pasando mis dedos sobre su cuerpo, brazo, mejilla y por último sus labios.

Acercaba mis labios hacia los suyos con tal de saber como se sentía besar a una chica, poco a poco roce sus labios contra los míos, pero en seguida me detuve al darme cuenta que era inútil, además, ¡esto estaba mal! Se supone que somos familia ahora. Me negué a mismo y me separé de ella para después ir a acostarme a mi cama y olvidarme de esto.

¿𝐻𝑒𝑟𝑚𝑎𝑛𝑎𝑠𝑡𝑟𝑜𝑠? ¡𝐴 𝐿𝐴 𝑀𝐼𝐸𝑅𝐷𝐴! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora