Cuando logré calmar mis nervios y mi respiración era medianamente normal, conseguí decirle:
-Sí, estoy bien, lo siento, debería estar más atenta por donde voy.
Mi frase debía tener algo de gracia, aunque yo no se la encontrara, pues el chico de la moto soltó una carcajada y me dijo:
-Encantado, soy Aarón.
Y yo le respondí con una breve contestación:
-Paula, me llamo Paula.
Se había presentado y había sido muy amable conmigo, pero algo seguía siendo raro, aún llevaba el casco negro puesto y no le veía con intenciones de sacárselo. Por algún extraño motivo quería saber que rostro se escondía bajo ese casco.
